La definición de salud es antropológica, depende de lo que la sociedad que la defina considere que es el ser humano. Suele ser una definición negativa dado que es mucho más facil delimitar lo que es enfermedad. La primera aproximación a lo que la salud es la presupone como un estado o un tiempo libre de enfermedad. En el siglo XX se desarrollaron las sociedades del bienestar sobre los estados del mismo nombre que potenciaron los servicos públicos y un nivel de vida y de consumo nunca vistos. Fue entonces cuando se definió la salud como el estado de bienestar físicio, psicológico y social y no solo como la ausencia de enfermedad. La rápida evolución de estas sociedades y la gran importancia de la globalización y la tecnificación de las comunicaciones y el intercambio de información han dejado obsoleta esta perspectiva. Las sociedades líquidas y moviles, de predominio urbano, globalizadas e intercomunicadas en red precisan otra imagen de salud cuando se miran al espejo. Esta debería tener una base de adapatación y aceptación y otros componentes de relación y ecología.
La salud centrada en el bienestar ha obrado la paradoja de dejar a la mayoría de la población fuera de su ámbito. La tolerancia a la dificultad, la frustración o la contrariedad es mínima y cada vez se consideran más aspectos normales de la vida como enfermedades no deseadas que precisan de un tratamiento que rápidamente alguien se encarga de proporcionar al mercado de consumo. La sedentarización junto con el aumento de la ingesta calórica van transformando las sociedades haciendolas de alguna manera más enfermas. Por otro lado la inversión de las piramides poblacionales en los países más desarrollados hacen que las sociedades envejezcan. Esta combinación de sedentarización, obesidad y vejez promueve un deterioro visible claramente en el aumento exponencial de enfermedades metabólicas y cardiovasculares por un lado y degenerativas por otro.
La urbanización progresiva y la centralización poblacional en ciudades también ha significado un gran cambio medioambiental de primer orden para gran número de ciudadanos. El alejamiento del campo y la naturaleza impone ritmos y rutinas nuevas que impilican mayores tiempos de transporte del domicilio al trabajo y menos interacción social con la comunidad de vecinos. La dinámica social se centra en familias nucleares o personas que viven solas, dejando atrás la protección de la familia extensan y las comunidades pequeñas.
Otro ingrediente de interés lo constituyen las tecnologías que permiten la sociedad de la comunicación y el conocimiento. El acceso a redes de comunicación avanzadas nos conectan a fuentes de información, bibliotecas virtuales y conocimiento de todo tipo así como a personas de todo ámbito y lugar. Las redes sociales abren nuestro universo relaciónal y modifican totalmente las posibilidades, modos y formas de comunicar. A su vez generan un nivel mayúsculo de ruido de fondo. Nuestros ámbitos públicos y privados se han llenado de pantallas que nos bombardean con datos desde la mañana hasta la noche. En cada domicilio se instalan varios aparatos de televisión, muchos ya con conexión a internet, ordenadores, tabletas, teléfonos inteligentes... que se prolongan en los medios de transporte donde los ciudadanos cargan con sus aparatos móviles y persisten en los entornos laborales en forma de monitores de ordenador o de televisión. La resultante es una disminución de la cantidad y calidad de silencio personal, variable imprescindible para desarrollar el pensamiento y la reflexión personal, la creatividad y la dimension trascendente. A su vez el ruido de fondo aumenta las distracciones que dificultan la conciencia de presente. El ensimismamiento o dispesión se constituye como el estado mental habitual, minimizando la calidad de la experiencia presente.
Los conceptos salud-enfermedad son un continuo que manifiesta los procesos de adaptación o no del ser humano en los planos corporal-instintivo, emocional-relacional, mental-transpersonal y medio ambiental-ecológico en los que éste busca un equilibrio dinámico consigo mismo y con su entorno.
Esta definición basa el concepto salud en el concepto adaptación que constituye la característica básica de la materia viva y la adapta a los planos de organización del cerebro humano. En la arquitectura cerebral convergen tres niveles de complejidad evolutiva superpuestos. En primer lugar tenemos el cerebro reptiliano que comanda las funciones corporales básicas y permite un comportamiento instintivo basado en conductas rápidas y en intuiciones. En segundo nivel lo constituye el cerebro mamífero o límbico que permite la vida emocional y por ende la relacional con todas las implicaciones de conducta que esto conlleva. Por último el cerebro neocortical con sus funciones cognitivas avanzadas que permite la vida mental y el desarrollo de la dimensión transpersonal, espiritual o trascendente. Estos planos buscan permanentemente un equilibrio tanto con el medio ambiente y sus circunstancias como con el medio interno que constituye otro ecosistema emocional y cognitivo personalizado. Surgen situaciones de bienestar que propicionamos y de malestar que rehuímos pero sólo tendremos capacidad de sentirnos bien si conseguimos desarrollar la suficiente aceptación de las mismas junto con la suficiente conciencia del momento presente que nos haga darnos cuenta tanto de lo que ocurre fuera de nosotros como de la cualidad de nuestra vivencia. Se puede argumentar que puede existir salud sin conciencia pero entendemos que será con ella cuando la misma alcance su mayor plenitud.