El periodista
Álvaro Sánchez León entrevista esta semana a cuatro médicos de familia:
Clara Benedicto, Ana
Pastor, Santiago Álvarez y a un servidor. Reflexionamos sobre los 30 años de Atención Primaria en España, reflexionamos sobre las amenazas y oportunidades presentes y futuras.
Diario médico nos abre sus puertas en esta ocasión, lo que agradezco especialmente dado lo difícil que es visibilizar contenidos sobre primaria en los medios.
El trabajo de Álvaro Sánchez es excelente.
Resume en unas páginas toda una mañana cargada de ideas y contenidos, un puñado de horas en las que tratamos de ser propositivos y avanzar. La serie de entrevistas de
Juan Simó, la iniciativa
AP 12 causas, el
documental 6 minutos van en la misma línea. Cada vez más médicos de familia y profesionales de atención primaria tenemos claro que es imprescindible contar lo que hacemos a la sociedad y a nuestros compañeros de otros niveles asistenciales y de gestión.
Es tiempo de visibilizar para poder dar valor y en una época de decrecimiento apostar por la Atención Primaria además de inteligente es eficiente.
La atención primaria española no es una utopía, es una realidad
satisfactoria, pero con muchas necesidades y retos. Después del estirón
inicial, el progreso del 'pilar' del SNS está estancado.
Álvaro Sánchez León. Madrid |
alvaro.sanchez@colaboradoresunidadeditorial.es
| 07/04/2014 00:00
En enero de 1984 se aprobó el Real Decreto 137/1984, de
11 de enero, sobre estructuras básicas de salud: el epicentro normativo
con el que se regulaban los equipos de atención primaria. 30 años
después, el primer nivel asistencial sigue muy vivo, pero con muchas
deficiencias que acaban por sepultar los progresos sanitarios y sociales
que ha liderado hasta el momento. Las condiciones laborales, la falta
de financiación, y las escasas expectativas de desarrollo profesional de
sus profesionales, entre otras cosas, han hecho que con 30 años de
vida, la atención primaria siga siendo una adolescente con algunos
logros y mucha potencialidad, pero con un importante déficit de
crecimiento.
A pesar de los años de quejas casi constantes y de la
pasividad administrativa, la falta de evaluación seria sobre la atención
primaria ha sido también protagonista de su estancamiento.
- La atención primaria sería el
nivel ideal pensado en 1984 si tuviera más recursos, menos burocracia,
más conexión con el hospital, y una política laboral digna y atractiva
Diario Médico ha reunido a cuatro médicos de Familia
reconocidos por su compromiso con el primer nivel asistencial: Salvador
Casado, del Centro de Salud de Collado Villalba (Madrid) y autor del
blog La consulta del Doctor Casado; Ana Pastor, exvicepresidenta de la
Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) y actual
secretaria general de la Federación de Asociaciones Científico Médicas
de España (Facme); Santiago Álvarez, médico del Centro de Salud de
Torrelodones (Madrid) y tutor MIR de la especialidad, y Clara Benedicto,
joven especialista de Familia, que en estos días ejerce como suplente
en Urgencias, conocida por el impulso de iniciativas como 12 meses, 12
causas para atención primaria. Dos mujeres y dos hombres. Tres seniors y
una junior. Dos referentes del mundo 2.0. Una responsable de sociedades
científicas y un tutor. Cuatro entusiastas de la Medicina de Familia.
un ideal nada utópico
La impresión
de los cuatro ponentes coincide en que la atención primaria española no
es una utopía, sino una realidad satisfactoria, con muchas necesidades.
Analizando el modelo actual con el realismo que se vive en la trinchera,
Casado cree que, de momento, se ha perdido la oportunidad de que
primaria "sea el centro del campo desde el que se reparta el juego
sanitario. El Sistema Nacional de Salud (SNS) sería más eficiente con un
primer nivel que supere las dificultades que encuentra para desarrollar
toda su potencia".
Pastor destaca la misma impresión con una metáfora
demoledora: "La atención primaria es la Cenicienta del sistema
sanitario, cuando debería ser la princesa". E insiste en que las
potencialidades son enormes, pero que después del estirón de finales de
los años 80, el desarrollo de esas oportunidades se ha estancado.
Santiago
Álvarez considera que la primaria española "es una realidad muy sólida y
muy valiosa" -una cuestión en la que coinciden los ponentes-; sin
embargo, "ese valor se nos escapa muchas veces a los profesionales,
porque la sufrimos a diario especialmente". No es una utopía, aunque
Martínez sí cree que "tiene mucho de ideal pendiente".
- El futuro a corto plazo del nivel
requiere incentivos económicos y no económicos, aumentar el peso
tecnológico y reducir en la consulta la "masa tumoral" burocrática
Clara Benedicto resume su análisis con una figura
televisiva de referencia: "La Medicina de Familia en España es todo lo
contrario al Doctor House, que es muy resolutivo, muy tecnológico, se
puede dedicar totalmente al paciente, ir a su casa, entrar en la esfera
psicológica, tener en cuenta a la comunidad, no hace burocracia...". Con
ojos de médico casi recién salido del horno, cree que la AP "está muy
aquejada por la rigidez que se impone desde dentro y desde fuera. Creo
que está infantilizada".
Aunque los cuatro admiten que hay mucha disparidad, que
cada centro de salud de cada provincia tiene sus propios matices, como
refiere Casado, "si la AP es la Cenicienta del SNS, dentro de la
primaria, la Medicina Rural está especialmente maltratada".
La AP a corto plazo
¿Y cómo debería
ser la atención primaria en un futuro a corto plazo? Ana Pastor lo
tiene muy claro: "Primaria debe ser todo lo contrario a Gran Hermano: un
nivel supervisado, controlado, falto de flexibilidad... La estructura y
el modelo es el adecuado, pero necesitamos más autonomía, transparencia
y elasticidad. Lo ideal sería que la política no influyera en las
decisiones sobre sanidad, y en concreto, sobre atención primaria".
Además, considera relevante que la AP del futuro a corto plazo cuente
con más recursos, para que la "dotación sea digna y equiparable a la
atención hospitalaria".
- Los retos prioritarios de AP son
proponer alternativas constructivas desde dentro, consolidar la
presencia en el grado y prestigiar a sus profesionales
El primer nivel del futuro cercano al que aspira
Álvarez incluye tres pautas principales: "Menos carga administrativa,
más uso seguro de los recursos tecnológicos, y más medios para que los
médicos de Familia disfrutemos de la relación con los pacientes y no nos
centremos sólo en ser eficaces".
Sobre el uso de la tecnología en AP, Benedicto pone un
pero: "Que la tecnología se use como herramienta, y no como novedad. De
lo contrario, generaremos dependencia en vez de posibilidades".
Casado ve el futuro inminente en dos escenarios: el
bueno y el malo, todo depende de "si se toman las decisiones y se
emprenden las acciones oportunas para rebajar la presión asistencial".
Su propuesta fundamental es seguir el camino de la tendencia social "y
se cablee la primaria a todos los niveles para conectarnos entre
nosotros, que circule información entre pares, que nos permita estar
cerca del hospital, y que facilite la conexión con los superiores".
- El actual modelo vale, pero
dotándolo de más autonomía, más transparencia y elasticidad. Lo ideal,
que la política no influyera en las decisiones
Para lograr remontar el tiempo perdido y madurar al
ritmo del tiempo, los cuatro ponentes establecen sus retos. Muchos de
ellos son deberes que ellos mismos se imponen y proponen a sus colegas, y
al resto de profesionales de primaria. Otros son deberes que
corresponden a gestores, políticos, y a las instituciones que,
oficialmente, representan a un colectivo amplio como el de los médicos
españoles que ejercen en el primer nivel.
Retos prioritariosLos retos
obligados del presente para evitar la parálisis son, según Casado,
"reinventarnos, porque nadie da ideas en el contexto oportuno. Hay
muchas charlas de café en las que arreglamos el mundo, pero nunca se ha
debatido en serio cómo volver a empezar con la experiencia de ahora. Y,
claro, de nada sirve que haya propuestas si después no son escuchadas
por quien corresponde". Además, el autor de La Consulta del Doctor
Casado destaca el reto de la incentivación en el primer nivel: "O se
incentiva y se hace bien, o todos iremos a menos. Y cuando hablo de
incentivar hablo de incentivos económicos y no económicos".
Ana Pastor ve en la atención de calidad al paciente
crónico un reto prioritario. "Ahora que está de moda, debemos demostrar
que nosotros, que los hemos hecho desde siempre, lo sabemos hacer muy
bien y tener nuestro lugar, en este ámbito, dentro del sistema". Por
otra parte, destaca como reto la presencia en la Universidad, "que se
amplía, pero que hay que consolidar, porque todavía Medicina de Familia
no es un área de conocimiento".
La secretaria general de Facme subraya además que es el
momento de que los médicos de primaria "nos hagamos atractivos para los
demás y seamos capaces de vender bien todo lo que somos y todo lo que
hacemos", y resalta además la importancia de "conseguir que los empleos
en AP sean dignos".
Álvarez observa tres retos: "Competir duramente y
deportivamente con atención hospitalaria a la hora de ser resolutivos,
reducir al máximo la masa tumoral burocrática, y defender el propio
criterio clínico frente a injerencias externas". Benedicto apunta otros
tres: "Hacer una reflexión sobre lo que queremos ser, retomar la cultura
de la evaluación y la autocrítica, y ser dueños de nuestras decisiones
clínicas".
CONCLUSIONES
La AP no es una utopía Aunque tenga deficiencias, la
AP está consolidada, tiene una gran potencialidad y cuenta con buenos
profesionales capaces de seguir avanzando. frenos externos La lentitud y
la pasividad de medidas políticas han estancado el crecimiento del
nivel. Además, los médicos echan en falta un compromiso real de los
colegios, las sociedades y los sindicatos, y reclaman nuevos órganos de
representación. frenos internos Las quejas sin propuestas, la pobre
valoración del propio trabajo del médico, y la débil unidad de los
equipos de AP sin el concurso de enfermería merman el éxito. conexión La
AP del futuro debe conectar más a todos sus profesionales entre ellos,
con el hospital y con los gestores. Lo contrario aislaría al pilar del
SNS. trabajo digno Ejercer en primaria debe ser atractivo. Al menos, la
tendencia debe ser lograr empleos dignos que fidelicen a los médicos de
ayer, de ahora, y de siempre.
VOZ EN OFF. Del atractivo de ser médico de Familia
Entre todos los participantes en el debate abierto
sobre primaria en Ippok, la red social de Diario Médico y Correo
Farmacéutico que agrupa a los profesionales de la salud, el consenso es
unánime en las respuestas a la siguiente pregunta: ¿Cree que la
Administración hace atractivo ser médico de primaria? Todos coinciden en
que "no". "Nada". "En absoluto". Entre ellos, Abdón Camacho enfatiza:
"La Administración ha convertido la atención primaria en una burocracia
sin sentido".
Los participantes en el debate abierto a la red señalan
sus recetas para conseguir que la AP despegue de verdad después de 30
años de vida. Andoni Cobreros reclama "más participación de los
profesionales". Eduardo Maldonado pide "mejores sueldos y condiciones
laborales". Araceli Tezanos se conforma con solicitar "ilusión por el
trabajo" y pone así el foco sobre la propia actitud del médico.
Otros
lectores se centran en el paciente, y demandan "mayor libertad de
actuación con el enfermo" (Carmen Ortiz) o "más tiempo con el usuario,
más rapidez de diagnóstico, no escatimar en pruebas y estar al día en
tecnología para futuros diagnósticos", según apunta Trinidad Delgado.
María
del Pilar Rodríguez, sin embargo, lanza la receta a los despachos
oficiales: "Que los políticos se crean que la sostenibilidad del sistema
y su racionalidad dependen de la AP".
En la línea de las
reclamaciones históricas dentro del nivel, Eduardo Canto pide
"presupuesto propio". Coincide con él Jerónimo Carrillo, que dispara en
dos direcciones: "Mayor presupuesto" y "adoptar medidas para mejorar la
respetabilidad que se merecen sus profesionales".
Inmaculada López
sugiere una receta original: "Implantación de las relaciones entre
médicos y farmacéuticos, para que puedan trabajar conjuntamente. Gana el
paciente". José Luis Navarro considera que la clave del avance real del
nivel podría centrarse en lograr "una gestión menos politizada y más
encaminada a la relación coste-beneficios de sus acciones". María
Dolores Rubio prefiere recomendar "mayor implicación del médico de
atención primaria en el seguimiento de patologías complejas".
Francisco
Javier Sada hace una enmienda casi a la totalidad. Su receta para
avanzar es "reinventarla de nuevo, desfuncionarizarla, sobre todo entre
el personal médico, y que los centros de salud funcionen como empresas".
¿A
qué debe aspirar la atención primaria? Luis Gallardo tiene claro que lo
primero es "la cobertura universal al cien por cien de la población".
Pablo Ortiz pone el listón en "captar más del 80 por ciento de la
patología". Para Eva María de la Torre, ese porcentaje es suficiente si
llega al 75 por ciento.
Eduardo Canto prefiere antes que el primer
nivel asistencial "alcance la capacidad de autocrítica y de medir sus
resultados en salud", y Nieves Sanz vuelve a colocar el foco sobre los
propios profesionales, y su aspiración prioritaria es que "mejore su
consideración".
José Daniel Gómez cree que la AP debe caracterizarse
por la "resolución eficaz de los problemas médicos y sociosanitarios", y
Juan Vidal ve que tiene potencia para ser "el regulador" del SNS.
El
objetivo fundamental para José Manuel Soto está en lograr "una mayor
relación entre médico y enfermería, y entre médicos y pacientes". Andoni
Cobreros ubica su reto clave en "la autogestión" de las unidades
básicas de salud.
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Reportaje sobre AP
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