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mindfulness
¿Qué pasaría si se consiguiese
demostrar que la principal causa de enfermedad es la inconsciencia? Muchos
dirían que no, que precisamente la ausencia de consciencia hace desaparecer el
dolor y el sufrimiento como saben los que duermen o los que reciben anestesia.
O tal vez que formas de vida sin consciencia también enferman y padecen. No nos
meteremos en esos jardines. Tan solo reflexionaremos sobre el supuesto de que
la falta de consciencia genere enfermedad, sufrimiento y dolor.
Dentro de las propiedades
emergentes del ser humano destaca su facultad consciente, su capacidad de darse
cuenta de las cosas y de sí mismo. No es mucho lo que sabemos de ella salvo
queda imprescindible para definirnos como humanos.
A la hora de enfermar todos
tratamos de encontrar una cura. Si no somos capaces de encontrarla consultamos
con un médico. Lo habitual es que nos recomiende hacernos pruebas para
averiguar lo que nos pasa o nos recete algún remedio si considera que nos
ayudará. ¿Qué pasaría si nos prescribiera conciencia?
Probablemente le miraríamos raro,
nunca lo hacen. Pero si miramos más de cerca no es tan descabellado como
parece. En primer lugar podrían darnos luz sobre lo que nos pasa. Sobre la
posible causa de nuestra enfermedad y el correspondiente tratamiento de dicha
causa. Habitualmente la medicina propone tratamiento sintomático dirigidos a
corregir las manifestaciones incómodas de la enfermedad. Si vomitamos nos dan
algo para calmar los vómitos, si nos duele nos dan algo para calmar el dolor.
Cuando el médico nos propone una posible causa y además nos da un consejo para
modificarla nos resulta mucho más eficaz. Si los vómitos son producidos por un
empacho de marisco tendremos más cuidado la próxima vez que lo comamos. Si el
dolor es producido por una mala postura al dormir trataremos de modificar la
forma en que dormimos.
Por otro lado la conciencia es
importante a la hora del tratamiento. El que nos ayuden a darnos cuenta de la
importancia del remedio propuesto y la forma correcta de administrarlo es
fundamental para que este haga efecto. Si sufrimos una neumonía pero no hacemos
mucho caso de la toma correcta del medicamento podemos ponernos muy malitos.
Finalmente para prevenir
enfermedades es básico que sepamos en qué podemos mejorar. En muchas ocasiones
despistes o no darnos cuentas de algo que hacemos o dejamos de hacer nos
condiciona caer enfermos. Si el médico nos ayuda a detectarlo será más fácil
andar con cuidado.
En medicina no todo es
diagnosticar y tratar. Hay un campo extenso de comunicación entre profesionales
y pacientes que incluye la prescripción de conciencia, tanto en la forma en que
se proporciona la información como a la hora de proponer cursos de acción que
mejoren la vida del consultante. Darnos cuenta de lo que nos enferma y lo que
nos da salud es básico para todos. Si me dieran a elegir lo más potente a la
hora de salir de una consulta médica diría que una buena toma de conciencia supera
casi siempre a las pastillas.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo. Yo llevo tiempo prescribiéndola, en las tendinitis va de fabula.
Menos automatismo mecánimo, más magnetismo
También creo que el único pecado, si es que existe alguno, es la inconsciecia.
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