Foto de Jinterwas
Uno de los documentos con información más sensible que existen es la historia clínica. Contiene detalles y datos sensibles que nadie querría ver profanados. En los últimos años este documento se ha transformado completamente pasando del formato papel al electrónico. Cada vez es más fácil que profesionales sanitarios de distintos ámbitos accedan a ella desde centros de salud, hospitales, dispositivos y consultas. La pregunta preceptiva que planteamos es ¿se guarda la confidencialidad de forma correcta?
Tenemos en la mano un reciente estudio realizado en siete hospitales españoles que indica que las cosas se podrían hacer muchísimo mejor. Pone el dedo en la llaga y alerta del elevado número de vulneraciones de confidencialidad que se producen. Hay mucho que mejorar.
"Respecto al acceso a la documentación clínica, un 54,9% de los PS reconoce haber consultado historias clínicas por curiosidad (el 33,6%, muy rara vez) y no haberlo hecho nunca el 50,1% de los médicos y el 39,3% del personal de enfermería (p < 0,05). Aquí, el análisis multivariable sólo halla significación estadística entre la respuesta correcta y la profesión de médico (OR = 1,4; IC del 95%, 1,1-1,8) y la mayor edad (OR = 1,02; IC del 95%, 1,01-1,03). En relación con la clave personal de acceso a la historia clínica informatizada (HCI), un 9,6% de los médicos y un 25,1% de las enfermeras dicen no tener clave, y entre los que la tienen, el 65,0% refiere no haberla cedido nunca y el 24,3%, de manera excepcional."
Pese a que muchos sospechamos de los potenciales problemas de confidencialidad que tiene el Big Data parece que los comentarios de pasillo y las miradas indiscretas siguen siendo muchísimo más peligrosos a la hora de guardar un secreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario