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miércoles, 22 de mayo de 2013

¿Interacciona el omeprazol con clopidogrel? un reflexión sobre la transparencia en la información



La forma en que las agencias reguladoras nos proveen de información sobre medicamentos es susceptible de mejorar en transparecia. Las opacidades suelen beneficiar a actores distintos a la ciudadanía. Ponemos un ejemplo de la mano de Luis Carlos Saiz, de Navarrabiomed.








* Título completo de la Comunicación
Interacción Clopidogrel-IBP: un caso para la reflexión
* Área Temática
Sanidad 2.0: Empoderamiento de los ciudadanos y Transparencia
* Resumen de la comunicación
Introducción

La adecuada protección de los ciudadanos en materia de farmacovigilancia requiere de las agencias reguladoras máxima transparencia y equilibrio en la comunicación de los potenciales riesgos. Un ejemplo idóneo para ilustrar la necesidad de fortalecer estas actitudes se obtiene analizando en detalle el caso de la interacción clopidogrel-IBP.


Descripción del caso

En 2010, las autoridades reguladoras emitieron alertas desaconsejando mayoritariamente el uso concomitante de clopidogrel+omeprazol/esomeprazol, sin alusiones a otros IBP.
Las dudas generadas por este posicionamiento motivaron la solicitud de información adicional a la EMA por el boletín Notas Farmacoterapéuticas. La presente comunicación resume el contenido de la documentación finalmente recibida.
Con respecto al proceso de solicitud, las dificultades para acceder al material bibliográfico han sido importantes: mediación del Defensor del Pueblo Europeo y 2 años de espera.
El análisis del dossier remitido constata la equipotencia farmacodinámica de la actividad antiagregante de clopidogrel al administrarse con o sin omeprazol, sin existencia de pruebas de riesgo clínico.
En el orden farmacocinético, tanto omeprazol como pantoprazol muestran un efecto estadísticamente significativo sobre el metabolito activo H4 del clopidogrel. Paradójicamente la ficha técnica de clopidogrel propone a pantoprazol como más seguro, pese a no explicitarse punto de corte en el Cmax o el AUC por el cual el efecto de omeprazol fuera clínicamente relevante y el de pantoprazol no. La misma consideración positiva se otorga a lansoprazol, con elevada inhibición del CYP2C19 y sin estudio específico junto a clopidogrel.


Conclusiones/Recomendaciones

- En beneficio del paciente se requiere que las autoridades sanitarias sean más explícitas al fundamentar sus posicionamientos y faciliten con transparencia el dossier completo de sus evaluaciones.

- Un paciente con alto riesgo de hemorragia precisa de IBP como protección gástrica. La debilidad de los argumentos al diferenciar negativamente a Omeprazol/Esomeprazol en este caso de interacción invitan a una urgente reflexión. 


Transcripción del vídeo:


La FDA, en noviembre de 2009, recomendó evitar el uso concomitante de clopidogrel junto a omeprazol o esomeprazol. La decisión se tomó en base a dos estudios encargados al fabricante de clopidogrel centrados en variables farmacocinéticas y farmacodinámicas, concluyéndose que la actividad inhibitoria de omeprazol sobre el isoenzima hepático CYP2C19 provocaba reducciones tanto de los niveles del metabolito activo de clopidogrel como de su capacidad para la agregación plaquetaria.  Si otros IBP provocaban efectos similares, se desconocía. En cuanto a los datos procedentes de estudios clínicos prospectivos que no avalaban la significación clínica de la interacción, fueron relativizados por entenderse que poseían importantes limitaciones. Y se emitió la alerta, quedando a la espera del resultado de otros dos estudios, uno con pantoprazol y otro con doble dosis de carga de clopidogrel.

En marzo de 2010 la Agencia Europea de Medicamentos emitió su propio comunicado en total consonancia con el de la FDA. Pero los profesionales sanitarios teníamos en la cabeza cantidad de preguntas: ¿justificaban estos dos pequeños estudios una alerta de tal envergadura? ¿cómo deberíamos a partir de ahora gastroproteger a los pacientes con alto riesgo hemorrágico? ¿o por qué se excluye de la advertencia al resto de IBP? Siguiendo el precepto “quien pregunta no yerra”, los redactores del boletín madrileño Notas Farmacoterapéuticas nos dirigimos a la Agencia Europea en agosto de 2010 esperando respuestas. Y vaya si esperamos. Dos años después, tras el rechazo inicial a liberar la información por parte de la agencia y la intervención lenta pero eficaz del Defensor del Pueblo Europeo, contamos por fin con el dossier completo del caso.




La primera sorpresa se alojaba en la principal variable farmacodinámica: al comparar la inhibición de la agregación plaquetaria con clopidogrel frente a la combinación con omeprazol, ambos grupos mostraban equipotencia. Por lo tanto, de haber interacción habría que buscarla a un nivel farmacocinético. En la ficha técnica de clopidogrel se sugiere que pantoprazol y lansoprazol son más seguros pues producen reducciones menos pronunciadas de su metabolito. Analicemos pues, la evidencia que lo sustenta. Lansoprazol es, entre los IBP, el inhibidor “in vitro” más potente del isoenzima CYP2C19 y, a diferencia de pantoprazol, no puede presentar ningún estudio específico in vivo junto a clopidogrel. Sin embargo el informe del fabricante comisionado por la agencia recomendó su uso, afirmando lo contrario de lo que expresa el principal artículo citado.

Con pantoprazol disponemos de un estudio específico pero las dudas no son menores. Por un lado desconocemos el criterio para determinar que una reducción del 40% en la concentración del metabolito activo de clopidogrel producida por omeprazol sea clínicamente relevante y el 15-20% con pantoprazol no lo sea. Pero además se olvida que 80mg de ambos IBP no son dosis equipotentes, lo que concede una clara ventaja a pantoprazol. Por último, dentro de este breve comentario al dossier entregado por la agencia europea, en ocasiones se aplican argumentos de forma selectiva. Un cuarto estudio comisionado valoró si la doble dosis de carga de clopidogrel influía en la interacción. Y efectivamente influyó, mostrando niveles del metabolito activo de clopidogrel similares a los observados en pacientes sin IBP. Sin embargo, el informe desestima esta alternativa arguyendo que 80mg no es una dosis habitualmente utilizada para omeprazol. Siguiendo esta saludable lógica, ¿no habría que poner en cuarentena el resto de conclusiones también basadas en esta altísima dosis de omeprazol?

Pero es hora de concluir. Y lo haremos reclamando que las autoridades sanitarias avancen en transparencia fundamentando sus posicionamientos y facilitando el acceso al dossier completo de sus evaluaciones. En este caso concreto no se han evidenciado diferencias farmacodinámicas significativas y hasta hoy tampoco existen pruebas de riesgo clínico con omeprazol. Ni lansoprazol ni pantoprazol pueden ofrecer un extra en seguridad, a riesgo de forzar la evidencia disponible. Un paciente con alto riesgo de hemorragia seguirá precisando de un IBP como protección gástrica, sin que el uso de omeprazol pueda catalogarse como de mala praxis. Y cuidado, tan negativa puede ser una alerta demorada que no previene infartos evitables, como una alerta inadecuada que contribuye a una gastroprotección subóptima. Si deseamos mantener la excelencia de nuestro sistema de farmacovigilancia, habremos de tener esto bien presente de cara al futuro.
     
 

miércoles, 3 de abril de 2013

¿Bajarán los médicos de su nube?




Muchos médicos estamos en las nubes. Pasamos mucho tiempo inmersos en alta contemplación, investigando, leyendo, buscando evidencias científicas. Hace unos días visitando a un familiar en un hospital de Madrid vi pasar al jefe de servicio seguido por dos adjuntos, cuatro residentes y seis estudiantes. Les aseguro que algunos de ellos caminaban a un metro del suelo...

Si la ciencia nos separa del suelo, de la gente, lo estamos haciendo mal. Si las estructuras sanitarias impiden el verdadero contacto, la verdadera compresión del paciente, nos habremos equivocado.

Cuando mis pacientes ven que dedico un tercio de mi tiempo a hacer vales descuento para recetas o cualquier otro trámite administrativo se dan cuenta de que esto no está bien, ¿eso no lo podría hacer otro? preguntan. Cuando me dedico a esas actividades dejo de mirarles, me separo de ellos, me voy de alguna forma abducido por el ordenador.


Sigue habiendo muchas escaleras y barreras. Las principales dentro de cada una de nuestras cabezas, algunas fuera.



En Madrid la receta electrónica es una de las promesas a la ciudadanía incluidas en el programa electoral del gobierno actual. Se han vuelto a transguedir todos los plazos. Esto en una empresa privada habría puesto en la calle a los responsables. No puedo evitar hacer la reflexión de si quizá con los vientos privatizadores imperantes no habría que empezar privatizando los cargos intermedios y de administración de la Consejería de Sanidad.


Tratar cada dia de empezar por el principio, ser lo más profesional posible, trabajar las propias barreras y deficiencias y tratar de mejorar las de la organización es un reto que no cesa. No perder la ilusión de que es posible, de que tiene sentido es una misión necesaria. Qué difícil nos lo suelen poner...


sábado, 2 de marzo de 2013

Los 5 peores problemas sanitarios






Leah Binder escribe en Forbes un interesante artículo que me pasa mi amigo el dr. Josep Vidal. En él reflexiona sobre los 5 peores problemas de la sanidad estadounidense.

Problem 1: Too Much Unnecessary Care
Problem 2: Avoidable Harm to Patients
Problem 3: Billions of Dollars are Being Wasted
Problem 4: Perverse Incentives in How We Pay for Care
Problem 5: Lack of Transparency

En España yo añadiría alguna pincelada:

1.

Millones de consultas a médicos de familia por causas burocráticas evitables (vengo a por mis recetas...)
Millones de consultas por problemas banales que el propio paciente podría solucionar.
Millones de pruebas diagnósticas innecesarias

2.

Uso excesivo de antibióticos y medicamentos.
Uso excesivo de técnicas diagnósticas agresivas.
Uso excesivo de técnicas terapéuticas agresivas.


3.

Se despilfarran recursos de muchas formas:

a. Teniendo profesionales desmotivados
b. En tratamientos no útiles (protectores del cartílago...)
c. Con la mala coordinación entre hospitales y centros de salud
d. Con la abundancias de jefes y cargos intermedios
e. Con asesores poco eficientes.

4.

Incentivación perversa de profesionales. Un médico de familia que tenga 2200 pacientes (un servidor) gana igual que uno que vea 1500. Un médico de familia que haga investigación, docencia, publicaciones, innovación... gana igual que uno que no lo haga. Un profesional sanitario que llegue tarde, tome café o se escaquee gana igual que uno que no lo haga. Podríamos seguir...

5.

Al ser los sistemas sanitarios opacos es muy difícil comparar calidad, seguridad y gasto. La transparencia debería ser obligatoria para que el ciudadano y la sociedad ganaran.





Por otro lado, considero que hay otros problemas mucho más graves:

1.Crisis del modelo biomédico y de la definición de salud y enfermedad

Cada vez creamos más etiquetas de enfermedad, hay más enfermos que sanos. Convertimos en enfermedad el embarazo (montones de pruebas, medicamentos...), el parto (hospitalizado, controlado, hipervigilado), la menopausia, la vejez... incluso la infancia (niños movidos). La definición de enfermedad es más amplia y la de salud más estrecha.


2. Precarización de la salud social y de la personal.

El ciudadano cada vez tiene más difícil gestionar su salud, es más dependiente del sistema. Por otro lado los hábitos de vida condicionan obesidad, sedentarismo, uso de tóxicos... que quitan salud a las personas. El sistema sanitario termina siendo un enorme laberinto lleno de Minotauros, pruebas y peligros. La gran incertidumbre social genera angustia y ansiedad, la crisis de valores tristeza y depresión... Encontrar una buena noticia viene siendo tan raro como encontrar alguien sonriente, este probáblemente no sea el camino.


3. Desmotivación de los profesionales sanitarios

Los sistemas sanitarios suelen maltratar a sus profesionales, con sobrecargas, faltas de incentivación, sistemas rígidos, burocracia... Trabajar en contacto con el dolor y la enfermedad es delicado, quema fácilmente a quien se acerca a ello. No hay una cultura de protección del profesional sanitario. Un profesional quemado no trabajará bien. Tampoco hay una comunicación interna. Las instancias de gobierno no escuchan al profesional de trinchera (oyen sus quejas desde lejos pero no bajan a interesarse). El trato a los recursos humanos es muy ineficiente en general.

4. Falta de visión, misión y valores

No hay una visión política a largo plazo. Se conduce la nave a base de bandazos y de intereses cortoplacistas. Así es imposible navegar. Los valores están en entredicho. La tesis de la Consejería de Sanidad de Madrid es introducir la gestión con ánimo de lucro de hospitales y centros de salud. Primar el ahorro (eficiencia) sobre la justicia (equidad). Muchos nos tememos que será mas caro finalmente y claramente injusto (los pacientes no rentables serán excluidos). Este choque de valores ha condicionado la #mareablanca y es otra gran amenaza para el conjunto de la sociedad.

5. La pirámide de población

¿Conocen a alguien con más de 60 años que esté sano? ¿conocen cómo será la pirámide de población española en 10 años?... pues no les digo en 20. Este es de todos el principal problema. Gestores como Rafael Bengoa se dieron cuenta, pero pocos más. 

domingo, 2 de diciembre de 2012

El futuro de la medicina




A los seres humanos nos encanta pensar en el futuro. Pero el futuro es reacio a dejarse ver desde el presente, eso lo saben bien los economistas...


El vídeo que hoy nos acompaña cuenta la visión de Daniel Kraft sobre la medicina del futuro, un futuro rebosante de tecnología y sofisticación.

Yo no lo veo exáctamente así. La diferencia está en que la visión del Kraft es la de un médico en un despacho de Silicon Valley, California y la mia la de un médico de familia con 45 pacientes diarios en la sierra de Madrid. Evidentemente no es lo mismo.

Mis pacientes no accederán jamás a medicina genómica ni se someterán a escaners de cuerpo entero ni a sofisticadas pruebas diagnósticas de diseño, muchos tampoco usarán teléfonos inteligentes ni accederán a sus aplicaciones de moda.

Ancianos, personas socialmente excluidas, enfermos terminales, enfermedades raras, complejas o sin un claro tratamiento no hallarán alivio es las propuestas que el optimista dr. Kraft nos cuenta.

Con humildad de médico de cabereca constato a diario el fracaso de no poder hacer más que escuchar, acompañar, sostener, orientar... siguiendo el viajo adagio "curar a veces, aliviar a menudo, confortar siempre".

El futuro de la medicina no se aleja de su pasado y su presente: establecer relaciones entre pacientes y médicos basadas en la confianza y el respeto con la finalidad de ayudar a la persona en tiempo de enfermar y potenciar su tiempo de salud. Tal vez no necesitemos tanto ruido ni tantas Apps.






Foto: '_螞蟻。'
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miércoles, 24 de octubre de 2012

El gran peligro de la información farmacológica sesgada





Desgraciadamente los estudios científicos con resultados negativos para medicamentos no se publican, lo que produce un sesgo peligroso. Ben Goldacre lo cuenta en su último libro y en esta charla TED.





jueves, 17 de mayo de 2012

Medicina aumentada




Seguimos explicando el concepto de medicina aumentada, esta vez en el congreso de Comunicación y Salud de Granada.





Medicina clásica = conocimiento académico


Medicina aumentada = conocimiento aumentado + red social profesional 



Vídeo cortesía de Marisi Girón Prieto @msys100

miércoles, 2 de mayo de 2012

Medicina aumentada




Medicina clásica = conocimiento académico


Medicina aumentada = conocimiento aumentado + red social profesional


Un médico moderno se enfrenta a escenarios de gran incertidumbre armado con una gran cantidad de conocimiento. Requerirá nuevas herramientas para manejarlo y una red social profesional que le dote de filtros humanos para optimizar sus respuestas y mejorar su resolubilidad.

Tenemos las herramientas, nos falta la cultura.
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viernes, 13 de abril de 2012

The family doctor




En nuestro país hay dos maneras de entender la medicina. La primera y más prestigiada se basa en la especialización y busca profesionales que sepan mucho de una parte del cuerpo o de un determinado tipo de enfermedades. Se apoya en una atención hospitalaria y de mucha tecnología y goza de todas las prebendas para investigar y tener visibilidad social y política.

La segunda está pasada de moda, se basa en la atención integral de la persona, de su familia, de su comunidad, de sus circunstancias. La llevan a cabo médicos cercanos al domicilio del paciente y trata de dar respuesta a problemas de salud de cualquier tipo, zona corporal, o edad. Esta medicina tiene poco prestigio, se dedican muy pocos recursos a ella y no goza de apoyo para investigar o emitir mensajes a la sociedad. Está sometida a una pesada carga burocrática y a gran sobrecarga de trabajo. No genera votos por lo que no interesa gran cosa a los políticos.

Hay buenos y malos profesionales en uno y otro ámbito.

Cuando me tocó enfrentarme a la decisión sobre qué medico quería ser, lo tenía claro. Quería ser un médico integral, me interesaba la persona por entero. Lo tuve fácil, sólo había una opción.

Sigo estando contento de aquel dia. Orgulloso de poder prestar el servicio que presto, afortunado por poder seguir esforzándome en aprender a tratar mejor a los demás.

Esta semana los futuros médicos en formación MIR han elegido plaza. Cada uno ha enfrentado la elección con su criterio personal basado en sus propios valores. No me llama la atención que la medicina de familia no sea un objeto de deseo. Hay que ser de una pasta especial para atreverse, no es nada fácil.

Felicito a todos/as aquellas que se animen con este reto. En algunos casos no será lo que esperaban y abandonarán, en otros acertaran y tal vez lleguen a ser excelentes profesionales.




Lo importante sigue siendo creer en lo que uno hace, es uno de los mayores dones.

Bienvenidos a todos/as.


Foto: El doctor Fernando Casado atendiendo a don Dionisio (Ap XII causas)

domingo, 29 de mayo de 2011

¿Qué es la prescripción por genéricos? ¿para qué sirve?

Las recetas pueden prescribir fármacos con nombres comerciales inventados (llamados técnicamente "de fantasía") o fármacos genéricos, la sustancia que contiene.

Es una nueva cultura que cumple criterios de mayor seguridad del paciente y ahorro personal y social. En mi consulta trato de prescribir fármacos genéricos por estos motivos. En este vídeo lo explican con detalle.

viernes, 27 de mayo de 2011

Las barreras están dentro de nosotros



Hay lecciones que  es necesario que nos recuerden mil veces, ayer un buen amigo tuvo la gentileza de hacerlo al borde de la media noche. Y le obsequié un poema. Magos y poetas nos entendemos bien, nos sabemos necesarios en este mundo ardiente y misterioso que nos acoge.

Todos los días un buen número de pacientes me expone sus dificultades, sus barreras, sus límites. Unos en forma de dolor, otros de desesperanza, todos con distintos matices, todos con el mismo problema de fondo. Chocamos contra el límite, contra el muro que nos impide ir o hacer lo que el deseo nos pide.

Son los niños y los locos los que de forma sencilla nos recuerdan que no existen los límites, que todo es posible. Los adultos debemos desaprender muchísimas cosas para entenderlo. Si conseguimos convertirnos en magos o en poetas, el camino es más fácil. Si sabernos reirnos de nosotros mismos también.

Los sanadores deberían vivir esta lección. Es quizá lo más importante que pueden hacer. Los curriculum no sanan, esta vivencia sí. Y los que cruzan desiertos de enfermedad no necesitan nuestros títulos o maestrías, solo un poco de agua.

jueves, 3 de marzo de 2011

La importancia de la independencia, el caso #Prescrire




AMENAZADA LA LIBERTAD DE CRÍTICA CIENTÍFICA: EL CASO ASTELLAS PHARMA VERSUS PRESCRIRE

La revista francesa Prescrire es un ejemplo mundial de independencia y ciencia, uno de los mejores boletines que podemos utilizar para formarnos un juicio sobre los medicamentos, su utilidad y su mejor forma de uso.

Prescrire ha terminado en los tribunales por la demanda del laboratorio Astellas Pharma, que juzgaba inadmisible la crítica a la ampliación de indicaciones del tacrolimus tópico, en la dermatitis atópica. Dicho medicamento es un potente inmunosupresor que requiere un uso prudente pues se ha asociado a cáncer de piel y linfomas, entre otros efectos adversos. Prescrire desaconsejaba su utilización en la prevención del eccema atópico ya que la relación beneficio-riesgo es desfavorable.

El triunfo legal de Prescrire no elimina “los efectos secundarios” de tal política de demandas, que sobre todo pretende acallar discrepancias y críticas científicas “en origen”. Es decir, lograr la autocensura y limitar la libertad e independencia científica hasta tal punto que se publiquen sólo comentarios favorables o neutrales respecto a la utilidad, mejor uso y seguridad de los medicamentos.

Los medicamentos tienen un campo de honor en el tratamiento de las enfermedades y de los problemas de salud, y sin ellos la vida sería muy distinta, a peor. Pero tan malo sería la falta como es el exceso de medicamentos, por cuanto no existe el medicamento sin efectos adversos. Es imposible utilizar un medicamento sin que se produzcan al tiempo beneficios y daños, y el equilibrio es muchas veces sutil (y desconocido frecuentemente en los nuevos medicamentos). Por ello los profesionales y estudiantes sanitarios precisamos de revistas como Prescrire que analicen con independencia el beneficio-riesgo de los medicamentos, solos o asociados, en la indicación principal y en otras indicaciones, y en pacientes con una y con múltiples enfermedades.

Por todo ello rechazamos de plano la política de demandas judiciales que pretenden limitar o evitar la libertad de crítica científica. En España ya tuvimos un ejemplo que también terminó con el triunfo de la independencia (el caso Merck contra Laporte), pero no basta con lograr la absolución judicial pues el fondo de la cuestión no es ni la multa ni la cárcel sino la seguridad de los pacientes y el beneficio social.



Este texto se publica en varios blogs sanitarios en el dia de hoy

miércoles, 23 de febrero de 2011

Los estudiantes de medicina de Farmacriticxs nos invitan!


En 2009, un grupo de estudiantes de medicina crearon Farmacriticxs, con la intención de aportar un punto de lucidez, reflexión y crítica ante los excesos de medicalización social que estamos viviendo.

Es una iniciativa importante que surge de lo más jóvenes y llama la atención a todos los profesionales sanitarios y a la sociedad en general. Las soluciones no están en una pastilla para cada problema. La salud y la enfermedad son situaciones más complejas.

El día 2 de marzo tendrá lugar en Madrid una jornada abierta en la Universidad Autónoma, con un interesante programa.

Merece la pena escuchar a los más jóvenes decir cosas que tendrían que estar en la boca de los más mayores.

viernes, 8 de octubre de 2010

Abrazar



Gran lección del Dr Cochrane sobre su experiencia en un campo de concentración durante la segunda guerra mundial, muchas veces lo único que podemos hacer es abrazar.

«La sala estaba llena, y como el moribundo estaba chillando y no quería que despertara al resto de enfermos, le metí en mi habitación. Le exploré. Era obvio que tenía grandes cavitaciones bilaterales y afectación pleural. Pensé que esto último era lo que causaba el dolor y los alaridos. Carecía de morfina, y sólo tenía aspirina, que no hacía ningún efecto. Me sentía impotente. Yo casi no sabía hablar ruso, y nadie en la sala lo hablaba. Finalmente y de forma instintiva me senté en la cama y le recogí entre mis brazos; de forma casi instantánea dejó de chillar. El paciente murió apaciblemente en mis brazos pocas horas después. No fue la pleuresía la que originó los chillidos, sino la soledad. Fue una maravillosa lección sobre la atención terminal. Me quedé avergonzado de mi error diagnóstico y mantuve la historia en secreto.»   Dr. Cochran


Cortesía del dr. Julio Bonis y su recomendable blog  http://pelladegofio.blogspot.com/

miércoles, 14 de abril de 2010

LAS DOS VISIONES EN MEDICINA

La medicina de Familia se distingue de la ejercida en el Hospital por muchas razones. Una de ellas es el conocimiento del médico de Familia de mucha "información blanda", datos de la vida, familia y entorno del paciente que los médicos de hospital desconocen. Esto permite que las cosas se vean de dos formas distintas.

¿Usted cúal prefiere?

Doy las gracias a la dr. Elena Fernández por la redacción del texto.



Caso clínico clásico

Varón de 72 años que demanda atención a domicilio por “heces negras”. Entre sus antecedentes:
hipertensión, dislipemia, ictus isquémico de la arteria cerebral media derecha en 2000, hemiplejia izquierda desde entonces, cáncer de próstata diagnosticado en 2000, infecciones urinarias de repetición en la última década y síndrome lacunar motor puro derecho en 2004. En tratamiento con clopidogrel y tamsulosina. Visita a domicilio de su médico de cabecera con un residente. Paciente estable, sin hallazgos de interés en la exploración. Se decide mantenerlo en casa, tratarlo con omeprazol, y solicitar una colonoscopia y análisis. Anemia en la analítica que se trata con hierro. No se realiza colonoscopia sino gastroscopia que lleva al diagnóstico de “gastritis crónica atrófica congestiva con úlceras bulbares Forrest III”.

Caso clínico cierto

Antonio Sendín nació hace 72 años en El Cuadrón, pueblo de la Sierra Norte, a 80 Km. de Madrid.

Está casado y tiene cuatro hijos (dos mujeres) y cinco nietas. Vive en una casa de su propiedad, con su esposa, en la primera planta, en una parcela con jardín privado. Cuenta con familiares y amigos en el pueblo, pero los hijos viven y trabajan en Madrid.

Fue ganadero hasta su jubilación en el año 2000. Tenía por costumbre y placer caminar por la sierra, montar a caballo, cultivar su huerto y la lectura de novelas y ensayos. En el pueblo tiene fama de buena persona culta.

Su vida cambió el primer día del mes de diciembre del año 2000, apenas unos meses después de su jubilación, cuando bruscamente comenzó a sentir pérdida de fuerza en el brazo derecho. Sus
familiares observaron dificultad para hablar y desviación de su boca hacia la izquierda. Acudieron a Urgencias del Hospital (La Paz) más cercano, a 90 Km., donde le ingresaron con el diagnóstico de accidente cerebrovascular. La mujer explica que tras los primeros días de estancia en el hospital el cuadro empeoró por progresión del infarto cerebral.

Quedó paralizada la mitad derecha de su cuerpo, motivo por el cual durante meses (casi un año)
realizó rehabilitación, en el hospital inicialmente y después fue dado de alta y continuó la
rehabilitación en su domicilio donde acudía a diario un fisioterapeuta. En la actualidad, agosto de
2008, el fisioterapeuta sigue viniendo, dos veces por semana, corriendo los gastos a cuenta del
paciente.

Durante el ingreso se realizó una biopsia de próstata ante un valor inesperadamente elevado de PSA.

El resultado de la anatomía patológica fue de neoplasia in situ. El paciente parece ignorar este
diagnóstico, o al menos nunca ha comentado o preguntado acerca del mismo. Empezó tratamiento con clopidogrel y tamsulosina.

Tras meses de rehabilitación, Antonio pudo volver a caminar con ayuda de un familiar pero persiste la hemiplejia y la parte derecha de su cuerpo (dice, “nunca volveré a ser lo que era”). En 2003 expresó “no me gusta que me vean así” y quiso mejorar por lo que fue derivado, a través del médico del pueblo, al centro de día de la Residencia de Ancianos de Robledillo, pueblo del entorno de El Cuadrón.

Esta incorporación demostró su deseo de mantenerse activo dentro de sus posibilidades y de
disminuir la carga de la enfermedad para la familia, a quienes cambió la vida también tras este
incidente. Cada día lo recogían por la mañana y volvía por la tarde. Dos años después, 2005, dejó de asistir porque “es deprimente, en el centro hay pacientes que se encuentran en peor situación que yo”. Estableció una excelente relación con la médico de la residencia, que conserva hoy en día.

Antonio parece no entender que su vida ha cambiado; rechaza la parálisis y sus consecuencias. Esa no-adaptación se traduce en un cuadro ansioso-depresivo que requiere tratamiento farmacológico, pero no responde al mismo. En 2006 sufrió un shock hipovolémico asociado al tratamiento con benzodiacepinas (lorazepam y alprazolam). Se intenta el tratamiento con mianserina que no tolera.

En diciembre de 2007, presenta un cuadro de agitación. Su médico de cabecera pauta haloperidol con lo que mejora. Es un nuevo médico, tras el concurso de traslado, incorporado en febrero de 2007; por esas casualidades de la vida este médico está casado con la médica de la Residencia de Ancianos de Robledillo, lo que facilitó mucho el establecimiento de una buena relación con el paciente.

Desde el ictus acude al domicilio una señora que ayuda a la esposa de Antonio a levantarlo por la
mañana y a ducharle. Durante el invierno Antonio duerme con su esposa en la cama del dormitorio de matrimonio pero en verano duerme en una habitación cuarto de estar con una cama individual que tiene un gran ventanal con vistas a la plaza del pueblo. Aunque este cambio también habrá afectado a la vida de la pareja y a su sexualidad, la cuestión no se ha tratado en ningún momento ni por el médico, ni por el paciente, ni por la esposa.

En ocasiones, se sienta en una silla a la puerta de casa, después de bajar con dificultad las escaleras, siempre ayudado por su mujer y/o sus hijos/yernos. Cada vez sale menos a pasear por las calles porque “no quiero que me vean así” y cuando lo hace va en silla de ruedas.

Los fines de semana, cuando vienen sus hijos y yernos, aprovechan para llevarlo a pasear en todo
terreno por la sierra y a disfrutar de comidas familiares en los restaurantes preferidos de Antonio.

Estas alegrías no le compensan, piensa que no merece la pena vivir así y manifiesta “estoy
desesperanzado” porque con el paso del tiempo no ha mejorado, no “he vuelto a ser el mismo de
antes”. Y al decirlo mira la parte derecha del cuerpo, levanta penosamente el brazo derecho con
ayuda del izquierdo y lo deja caer bruscamente.

El rechazo a su evolución, la no-aceptación de su situación, es lo que me llevó a conocer a Antonio
este verano, mientras hacía una rotación rural que incluía El Cuadrón. Una mañana de mediados del mes de julio, acudió su esposa a la consulta para recetas y comentó que le había salido una herida en la espalda y quería que le visitásemos. Antes de marcharse, explica que está algo más “agresivo” últimamente y con mayor actitud negativa.

Antonio estaba vestido, bien arreglado y sentado en el borde de la cama de la habitación con el
ventanal que mira a la plaza. Con su cabeza girada hacia la izquierda parecía mirar la actividad
exterior, como si intentase no mostrar atención ni a su parte derecha ni a nosotros. Primero
exploramos la espalda, para valorar la herida que nos había comentado su mujer, sin que
encontráramos de momento lesión evidente. Preguntamos sobre síntomas varios y sobre sus
sentimientos y sensaciones y respondió casi sin palabras, apenas encogiendo los hombros y
señalando su parte derecha. Reconoce estar más irascible por su situación. Después de una pobre
“escucha terapéutica” (casi nada que escuchar) y una muestra de empatía (mano en el hombro del paciente de su médico) se pauta de nuevo tratamiento con haloperidol. En esta entrevista su mujer, sentada en un extremo de la habitación aprovecha para repetir con monotonía, a cada momento, que “no tiene interés por nada”, “nada le interesa”, y para suspirar. Quizá traduzca el agotamiento de estos ocho años y quizá tampoco entienda esta situación. En el comedor, al escribir la receta, hay un rato para tratar de escuchar a la esposa, y para intentar apoyarla.

Apenas quince días después, por la tarde, una de las hijas contacta telefónicamente con su médico, el médico de El Cuadrón. Las heces de Antonio tenían un aspecto diferente hoy: muy pastosas, negruzcas y con olor intenso. Sólo había sido una defecación y Antonio se encontraba bien. El médico le visitaría al día al paciente y si surgía un empeoramiento en esas horas, deberían llevarlo a urgencias.

Al día siguiente visitamos a Antonio. Se encontraba tumbado en la cama del cuarto de estar.

Tenía buen aspecto, se encontraba bien y no había signos ni síntomas de hipovolemia. Al paciente parecía no preocuparle este nuevo acontecimiento. Su mujer por el contrario no lo expresaba así; le parecía preocupante, y aprovechaba para repasar en voz alta todo lo vivido desde aquel mes de diciembre de 2000.

Tras explorar al paciente y confirmar con el tacto rectal el episodio de melena, se explicó a la familia (estaban acompañados por una de sus hijas) que debía realizarse una colonoscopia para intentar aclarar el origen de la hemorragia y una analítica de sangre para comprobar la cantidad perdida.

Después (en el momento no lo pensó), el médico del pueblo llamó por teléfono para recomendar
tratamiento con omeprazol por la sospecha de gastritis erosiva por clopidogrel. El análisis se hizo al día siguiente (la familia llevó a Antonio al centro de salud, distante 15 Km., para hacerle la
extracción) y los resultados llegaron el mismo día. Se observó anemia moderada y se inició
tratamiento con hierro. Quedaba pendiente de realizar la colonoscopia. La esposa estaba preocupada por si se trataba de un proceso maligno lo que permitiría descartar la colonoscopia.

La solicitud telefónica llevó a una cita a los tres meses, pero una de las hijas se pasó directamente por el servicio correspondiente en el Hospital La Paz (con una nota explicativa del médico del pueblo) y lo citaron a los quince días.

Realizamos una última visita a Antonio para reconocerlo y entrevistarlo a fondo, mientras su médico revisaba la historia y hablaba con su esposa. Ese día estaba sentado a la puerta de su casa y le pedimos si no le importaba subir a la habitación. Fui presente de la convivencia familiar, del esfuerzo en el subir las escaleras y en el camino por el pasillo hasta la habitación, de la resistencia de Antonio a ser ayudado aunque fuera por necesidad, de la reacción de su mujer,…

Antonio tumbado en la cama y yo sentada enfrente, a poca distancia. Aprovecho para escucharle
acerca de su vida. Su infancia, su familia, su trabajo, su pueblo, sus aficiones,… y su enfermedad.

Frases entrecortadas con miradas detenidas en la ventana. Ventana como símbolo de puerta que se abre a la vida, vida con movimiento: lo que no tiene Antonio. Me transmite y me cuenta su tristeza por no poder salir a la calle, por no poder montar a caballo, por no poder leer (porque se le olvidan las cosas),… Mira a su lado derecho y encoje los hombros. Me emociono al escucharle.

No tiene sentido vivir así porque él ve que los días pasan y no hay mejoría; creía y tenía esperanza en que con la rehabilitación recuperaría su movilidad… Piensa que es una carga para su mujer, sus hijos y yernos y sus nietas. Ellos no pueden hacer nada para solucionar su situación, me explica.

Silencio. Le cojo su mano derecha y ese contacto es correspondido con un ligero y tímido apretón de manos por parte de Antonio. Silencio.

En la Unidad de Endoscopias deciden hacer gastroscopia y no colonoscopia, como se había solicitado.

Encuentran una gastritis crónica atrófica congestiva, y dos úlceras bulbares Forrest III. Se mantiene el tratamiento con clopidogrel y omeprazol.

Un mes después, con motivo de una gastroenteritis en fin de semana, la familia lleva a Antonio a
urgencias hospitalarias. Sin ingreso, vuelve con sonda urinaria. En la visita para quitar la sonda,
Antonio aprovecha un momento de ausencia de la mujer para pedir formalmente al médico del pueblo eutanasia. La mujer desde el pasillo dice “si hace eso el médico irá a la cárcel”.

jueves, 25 de marzo de 2010

EL MÉDICO DEL FUTURO



Uno de los libros más interesantes dentro del panorama médico español de los últimos años es El médico del futuro, elaborado por un grupo de compañeros que han hecho una labor estupenda.

Adapto su decálogo con algunas correcciones personales. ¡Cómo me gustaría ser capaz de ser ese médico!


1ª Un médico que trate pacientes, no enfermedades. Que adapte los síntomas a la circunstancia individual del paciente y lo haga partícipe en las decisiones relativas al tratamiento de sus enfermedades.
2ª Un médico que adopte una aproximación crítica y sea capaz de ejercer su profesión en circunstancias de ambigüedad e incertidumbre.
3ª Un médico comunicativo y empático, capaz de establecer una excelente relación con su enfermo y ganar su confianza.
4ª Un médico responsable individual y socialmente, consciente de los límites de la medicina y capaz de comunicar a sus pacientes lo inevitable de la enfermedad y de la muerte.
5ª Un médico capaz de tomar buenas decisiones tanto para el enfermo como para el sistema sanitario, es decir, que sepa conciliar los costes y los beneficios.
6ª Un médico capaz de liderar un equipo médico y que evite la fragmentación de la atención sanitaria.
7ª Un médico competente, capaz y seguro.
8ª Un médico honesto y digno de confianza quien mediante la adecuada transparencia resuelva los conflictos de intereses derivados de las influencias externas.
9ª Un médico que sepa reconocer sus errores y trabaje para mejorar su forma de asistencia.
10ª Un médico que sea ejemplo de profesionalismo. Que sin renunciar a los derechos de disfrutar del merecido descanso y de una vida familiar digna, asuma su profesión con sentido vocacional que impregne todas las facetas de su vida.