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lunes, 14 de noviembre de 2016

La pastilla de la felicidad

 Dia 90: Felicidad artificial
Foto de  Angel Arcones




Los antiguos alquimistas buscaban la piedra filosofal y el elixir de la eterna juventud. Hoy seguimos buscando. En lo profundo de nosotros habita un anhelo por encontrar la pastilla que nos dé la felicidad liberándonos de todos los problemas. Rápidamente surgen ávidos vendedores que nos proponen el remedio: "tome esto para tener deseo", "beba esto para no sentir esas desdichas", "aquí tiene la pócima para ser más bella", "con esto se le agrandará esa parte del cuerpo o disminuirá aquella otra"...

El problema es que los fármacos tienen efectos secundarios. Todo tiene un coste, a veces muy alto.

Antes de tomar un medicamento tanto profesionales como pacientes deberíamos preguntarnos dos veces si es del todo necesario.





jueves, 27 de octubre de 2016

La expropiación de la salud


 
 El suplicio de Prometeo. Gioacchino Assereto



Llevamos décadas viviendo en un sistema inviable dónde casi todo se hacía a crédito. El muelle no se pude estirar más y hemos empezado a experimentar la enorme fuerza del decrecimiento. Por eso la crisis sistémica que padecemos está llevando aparejada una larga serie de devaluaciones empezando por las más evidentes, las económicas. Decrecen los sueldos, los puestos de trabajo, los derechos de los trabajadores, la protección social... Decrecen las inversiones en investigación, educación y sanidad. Pero hay elementos más sutiles que también nos están escamoteando, uno de ellos es nuestra propia salud.

Durante el siglo pasado en los países desarrollados se construyeron sistemas sanitarios complejos para dar respuesta a los problemas de salud de la población. Poco a poco la ciudadanía delegó en estas grandes estructuras los cuidados de los problemas de salud. La progresiva especialización social, la atomización de las familias en pequeñas unidades, la vida urbana y la destrucción de las redes de relaciones de familia extensa, pueblo ó barrio y otros factores han depauperado las capacidades de cada ciudadano para ser independiente. En relación con la salud ante cualquier cuestión lo normalizado es acudir a un una consulta sanitaria para salir de dudas.

Pese a que un ser humano tiene capacidad para responder de forma adecuada ante multitud de problemas de salud menores y pequeñas molestias temporales cada vez hay más presión para reducir estas habilidades. Hay potentes lobies creando tanto enfermedades como servicios y productos para solucionarlas. Es un hecho que la salud se ha mercantilizado como tantas otras cosas. La ley del mercado es inexorable, todo es susceptible de comprarse y venderse, por eso a unos pocos les interesa mucho expropiar la salud de grandes colectivos. Es mucho dinero el que está en juego.

Nuestras abuelas tenían capacidad sobrada para criar a sus hijos haciendo un mínimo gasto en productos y servicios sanitarios. Ahora estamos en el otro extremo y consumir salud es algo cotidiano. Cada vez más productos alimentícios añaden la etiqueta saludable, probiótico, biológico... También aumenta la oferta de dietas, complementos dietéticos, parafarmacia, homeopatía, terapias manuales y una gran lista de medicinas alternativas más ó menos complementarias. Los psicólogos, psicoterapéutas, psiquiatras, consultores, coachs... ofrecen sus servicios en cualquier localidad, complementándose con una mayor repertorio de psicofármacos y un manual estadístico de enfermedades mentales que codifica a más personas como enfermas cada vez que se reedita.

Estando así las cosas, con más enfermedades, más enfermos, más ancianos y más problemas de salud complejos no hay sistema sanitario que resista. Tampoco sociedad. No es mantenible una sanidad que se centre en la enfermedad. Si no potenciamos y nos centramos en la salud no saldremos del atolladero. No será fácil revertir el status quo ni las tendencias medicalizadoras que han instaurado un sistema donde el hiperdiagnóstico y el hipertratamiento son cotidianos. Nunca se habían consumido tantos fármacos como hoy en día, nunca se habían hecho tantas pruebas diagnósticas. ¿Son todas necesarias? claramente no. Muchas pruebas y pastillas no sirven más que para producir problemas.

Lo más difícil de explicar es que los sistemas sanitarios en general tienen una larga lista de efectos secundarios. Todas sus propuestas tienen su pro y su contra. Los medicamentos curan pero también pueden dañar. Las pruebas diagnósticas pueden detectar enfermedades pero también fallar y no detectarlas ó confundir al detectar como enfermedad algo que no lo es. En los hospitales existen potentes máquinas y medios diagnósticos con importantes efectos nocivos potenciales y cirugías, quimioterapias y radioterapias diseñadas para mutilar y dañar parcialmente para conseguir un beneficio mayor. Entrar en un quirófano implica un riesgo alto, hoy lo hemos convertido en algo cotidiano.

Reconocer la importancia de los hábitos saludables para el mantenimiento de la salud y obrar en consecuencia es fundamental para que nuestra vida se mantenga en las mejores condiciones posibles. El sedentarismo, la alimentación descuidada e hipercalórica, la desidia en el  autocuidado psicológico, la pérdida de motivaciones personales ó de relaciones significativas terminan produciendo enfermedad. Urge recordar que el ritmo de vida en el que estamos inmersos produce daño real si no es equilibrado con grandes dosis de ejercicio físico, naturaleza, relaciones de calidad, comunicación efectiva, afectividad compartida, sexualidad congruente y cultivo de la ética, los valores y la dimensión transcendente.

Tener profesionales sanitarios a nuestro alcance sigue siendo valioso, tener un sistema sanitario ó una póliza de seguro de enfermedad también. Pero es necesario reaprender a relacionarnos con ello. Es fundamental recuperar soberanía en el ámbito de nuestra salud para no caer en espirales, dependencias y situaciones que terminen volviéndose contra nosotros. Para que esto se produzca se necesita una toma de conciencia social que probablemente insten tanto profesionales sanitarios con un alto componente ético como profesionales de la comunicación ó la divulgación científica rigurosos e independientes. A nadie le gusta que le roben la salud, algo que es evidente cuando incluso la Organización Mundial de la Salud mete la pata al transmitir una información sobre el potencial de producir cáncer de las carnes procesadas ó cuando un gobierno la lía creando alarma con el manejo de la gripe, el Ébola ó cualquier otra cuestión. Acceder a fuentes de información fiables, tomar conciencia del juego de intereses que mueve los hilos del mundo sanitario y recuperar la propia capacidad de mantenerse sano serán los retos que enfrentaremos a corto plazo. Unos conseguirán recuperar su salud otros la mantendrán expropiada.




"Desde su creación, el Sistema Nacional de Salud ha contribuido, sin saberlo, a la desaparición de los autocuidados." Dr. Selwyn Hodge


martes, 25 de octubre de 2016

Higiene mental y emocional


-->Washing handsFoto de  Joeri van Veen

Debo confesar que me gusta barrer. Es una actividad sencilla, cotidiana, que permite mantener limpias las superficies habitadas. No hace falta una especial destreza ni se precisa alta tecnología, basta con una escoba y un recogedor. Algunos prefieren aparatos eléctricos o robots automáticos, en mi caso no son necesarios. He optado por la forma manual que me permite acariciar el suelo con precisión, incluso en los rincones o filos más inaccesibles. De este modo obtengo casi siempre un buen botín de polvo y pelusas que deposito triunfal en el cubo de la basura. Pocos saben que la mayoría de lo recogido son restos epiteliales de los habitantes de la casa. Como otras muchas cosas, algo tan profano tiene bastante de sagrado. Disponer adecuadamente nuestras cenizas nos evita vivir rodeados de inmundicia y suciedad que es lo que ocurre cuando olvidamos nuestras obligaciones.

Me sorprende que en un mundo que adora el aspecto físico y mantiene un importante culto al cuerpo se obvien actividades de higiene y cuidado tan importantes como las derivadas del manejo de residuos. La tasa de estreñidos que no son capaces de regular adecuadamente su producción de deshechos sólidos es altísima. La frecuencia de incontinentes urinarios incapaces de mantener un ritmo adecuado en sus fluidos también es elevada. Y del nivel de higiene doméstica, que como hemos visto tiene mucho que ver con nuestra propia piel, mejor no hablamos.

Ahora bien, quiero dar un paso más y considerar la higiene mental y emocional. ¿Barremos a diario nuestra mente? ¿Lavamos con frecuencia nuestras emociones? En cuanto al ámbito mental baste decir que lo solemos tener muy contaminado. Pasamos el día recibiendo información excesiva, publicidad intrusa, quejas de todos los tamaños y noticias terribles. Todo ello aderezado de un mordaz ruido de fondo de muchos decibelios. Nos pasamos el día rumiando pensamientos que nos preocupan o agobian que luego intentaremos digerir lentamente al igual que hace la vaca en sus incansables estómagos. Es verdad que dormimos y el sueño es una ayuda para tirar de la cadena pero me temo que en muchas ocasiones no es completamente suficiente. Mantenemos un alto nivel de suciedad mental cuyo olor nos molesta tanto a nosotros como a los que están cerca.

De la parte emocional podemos decir cosas parecidas. Estamos acostumbrados a recibir con buena cara las emociones agradables y nos desesperamos por la rapidez en que estas desaparecen. También a cerrar la puerta a las desagradables, escapando de ellas a la carrera, proyectándolas en quien tengamos más a mano o haciendo ímprobos esfuerzos para mantenerlas metidas en enormes armarios. Salir del armario o simplemente abrirlo es una de las cosas más difíciles como todos sabemos. La gran mayoría los mantiene sellados con llaves y candados lo que al final se suele revelar enteramente inútil dada la gran volatilidad emocional, ya que todo gas inestable escapa por cualquier rendija y es capaz de explotar allá donde se encuentre. De hecho preferimos doparnos con psicofármacos o buscar formas tóxicas de evasión  antes de acometer la sencilla labor de abrirlos y ventilarlos. Negar, proyectar, desplazar o guardar son las maneras más comunes con las que nos relacionamos con nuestras emociones incómodas. Estas no tienen más remedio que acumularse fuera de la vista para surgir más grandes en la siguiente oportunidad de manifestarse. Al tener una cualidad explosiva sabemos de sobra lo que pasa cuando su tamaño es considerable, la explosión nos hace perder el control y quema todo lo que toca. Estas deflaciones son responsables de muchas de las dolorosas quemaduras que todos arrastramos.

Caminamos pues por la vida con nuestras bodegas llenas de suciedad y las paredes cubiertas de cicatrices. Para muchos la existencia es cuanto menos inhóspita y hostil  tizna el color de las gafas con las que vemos el mundo de un velo cetrino y macilento que hace que las formas pierdan su brillo y su gracia.

Se imaginan que recuperásemos la facultad de lavar nuestra mente y nuestras emociones a diario. Que fuéramos capaces de refrescar el alma de una manera similar a cuando nos lavamos las manos y la cara...

No existe un único sistema de higiene personal. Como su propio nombre indica es un hábito privado que cada cual acomete a su modo. Tal vez podamos avanzar alguna generalización. Al igual que ocurre con nuestro cuerpo, cuando nos acostumbrarnos a lavarlo a diario ya no podemos omitir la costumbre sin sentir una pesada incomodidad. De igual modo la higiene mental y emocional necesita ser incorporada a las rutinas diarias. El agua que lava ideas y emociones se llama consciencia. Las ideas y emociones dan vueltas dentro de nosotros hasta que son tomadas en cuenta. Al verter en ellas plena conciencia conseguimos que sigan su camino por el sumidero psicológico al dejar de ser necesarias.

La música puede ser una buena opción para suavizar o transformar estados de ánimo y serenar ideas pesadas. Para que cumpla adecuadamente su función se recomienda su disfrute en directo ya sea produciéndola o escuchándola de un músico o grupo que tengamos delante. Basta con cantar un rato en la ducha o tararear, o tal vez cantar con otros, basta detenerse un momento a observar a un músico callejero, la magia de la música nos alcanzará rauda. Si no pudiera ser optaremos por reproducirla en algún formato que tenga la suficiente fidelidad y a ser posible dedicando atención a su disfrute y no como un ruido de fondo más.

El silencio es otro interesante reconstituyente que nos permite prestar atención a lo que bulle por dentro. Suele ser accesible y combina bien con la naturaleza. Un paseo por un parque o un bosque, por un sendero o un camino tranquilo nos ayudará a sedimentar el agua turbia que a menudo contenemos consiguiendo aclararla.

El contacto físico es uno de los medios más potentes de higiene mental y emocional, tanto al recibirlo como al proveerlo. Si alguna vez han acariciado lo sabrán. Y funciona incluso con animales de compañía. No importa la edad ni el estado mental, tanto los bebes como los ancianos demenciados agradecerán la magia del contacto físico, y nosotros, adultos atribulados, lógicamente también.

La comunicación de calidad es otra buena ayuda. Expresar lo que estamos pensando o sintiendo es enormemente liberador. Si tenemos un interlocutor seremos afortunados, si no lo tenemos siempre podremos escribir. La escritura es un milagro que aprendemos en la infancia y relegamos casi al olvido en nuestra vida adulta, máxime ahora que tan solo escribimos con pulgares textos mínimos plagados de horribles iconos (y faltas de ortografía) para usar menos palabras si cabe. Al escribir y al hablar convertimos en palabras lo que pensamos y sentimos. Reproducimos la magia de transformar lo que nos pasa en narraciones y estas son mucho más fáciles de vivir y entender, por eso nos gustan tanto las historias ajenas. Cuando somos capaces de relatar la propia, por muy oscura o rigurosa que sea, nos liberamos un poco de la misma al conseguir crear una pequeña distancia que suele ser suficiente para ver fuera de nosotros esos fantasmas, sombras y agobios que en la bruma interior nos causan zozobra e inquietud.

Si no conseguimos un interlocutor otro curso de acción es buscar ayuda profesional. Los psicólogos son excelentes profesionales con capacidad de escucha, ayuda y orientación. No nos sacan de nuestros problemas pero nos colocan en la mejor posición para que seamos capaces de salir de ellos. En el pasado la gente acudía al pastor o sacerdote que también ejercía estas funciones, hoy su papel sigue existiendo pero ha perdido el peso que tenía antaño. Otra posibilidad es acudir al centro de salud y hablar con nuestro médico o enfermera, en este caso la limitación la pone el tiempo. Los médicos van siempre deprisa y en nuestro medio solo tienen seis minutos por paciente, los días buenos. No es fácil resumir nuestro problema en tan poco tiempo y la multitud en la sala de espera tampoco se lo pone fácil al facultativo.

Por último me gustaría acordarme de tres amigos que suelen ser de gran ayuda para mantenernos limpios y lustrosos emocionalmente: el humor, la gratitud y el perdón.
Del primero poco que decir, un talante alegre con el don del sentido del humor es un bálsamo increíble para aliviar quemaduras internas y librarnos de pensamientos sombríos o pegajosos. La gratitud también ayuda a ver el vaso de la vida medio lleno y valorar las cosas que nos son dadas en su justa medida. Si somos capaces de agradecer algo nos quedamos con buen sabor de boca por haberlo recibido, cuando no es así la queja suele emerger tiznando nuestro espacio interior de un polvo negro difícil de limpiar. Y del perdón diremos que pese a no estar de moda sigue siendo una maravillosa posibilidad de liberación interior. Cuando perdonamos una falta no hacemos un favor al que la ha cometido, nos lo hacemos a nosotros por cuanto nos libramos de un lastre emocional de mayor o menor peso según valoremos la afrenta. Hay lastres capaces de amargarnos la vida y muchos cargamos con mochilas llenas de pesos que nos fue imposible perdonar. Hay una pedagogía del perdón que se ha olvidado,  pero que se puede rescatar practicando.

De niños nos enseñaron a lavarnos los dientes y las manos, actividades que nos acompañan en la vida y que nos ayudan a visitar poco al dentista y a padecer menos gastroenteritis, a la par que nos hacen sentirnos mejor. La higiene es algo útil y benéfico. Sin embargo a pocos nos enseñan a limpiar nuestros pensamientos y emociones, a mantener una mínima higiene a este nivel. Acumulamos dolor, pensamientos negativos y emociones tóxicas. Acumulamos suciedad y polución que contaminan nuestros jardines interiores al igual que hacemos en el exterior con nuestras ciudades y medio ambiente. ¿Qué pasaría si consiguiéramos mantener nuestro mundo interior más limpio? ¿Si aprendiéramos a reciclar las ideas y emociones de una manera correcta? Me temo que mientras no consigamos hacerlo con nosotros mismos no lo podremos hacer con el planeta, por una sencilla ley que dice que lo que nos hacemos a nosotros se lo hacemos a los demás. Algún dia en las familias se ayudará  a los niños a reciclar una pataleta o un enfado mal llevado en una acción, o a reconvertir un pensamiento sombrío en un dibujo. Me gustaría pensar que caminamos hacia ello. Nos jugamos más de lo que pensamos.





lunes, 3 de octubre de 2016

Menos silla, menos plato y mucho más zapato

my old shoes
Foto de  Martin Strattner



El ejercicio es bueno para la salud. Sabemos que mejora el corazón y el aparato circulatorio y también disminuye molestias de espalda y aparato locomotor. Ahora también sabemos que disminuye el riesgo de cáncer.

El problema no es saber que el ejercicio es bueno, sino aplicarlo a nuestra vida.

Para ello necesitamos dar tres pasos:

1. Darnos cuenta.
2. Preparar un plan personal.
3. Ponerlo en práctica.


Para darnos cuenta basta echar un vistazo a nuestras rutinas semanales, abrir cualquier revista, libro o publicación sobre salud o mirar en Internet. ¿Cómo estamos de forma física? ¿Hacemos alguna actividad física deportiva? ¿Cuántas horas permanecemos sentados al día?

Para plantearnos un cambio necesitamos un plan personal. Pensar qué podemos mejorar y cómo podemos hacerlo. Identificar bien qué nos gustaría hacer, qué actividad nos gusta de verdad y nos sería rentable en tiempo y agradable de hacer. Según sean nuestras condiciones físicas serán recomendables unas actividades u otras, un ritmo más rápido o más lento.


Y por último ponerlo en práctica para generar una rutina. Es interesante que al principio nuestros objetivos sean modestos. Es mucho más importante la perseverancia que la intensidad.



Sobre el plato y la alimentación pasa algo parecido. Solemos comer más de lo necesario, y lo sabemos. Los tres puntos anteriores también nos sirven aquí. Proponernos pequeños cambios llevaderos y fáciles de mantener es el secreto para una mejora continua de nuestra alimentación. Mejor que obsesionarnos con el numerito que marque la báscula propongo poner la vista en el plato. Aprender a comer tranquilamente, dándonos cuenta del proceso de comer, de la intensidad del sabor, de las texturas del alimento en la boca, disfrutando. Y de paso poner cosas ricas y sanas en la mesa con abundancia de todo lo que sea vegetal y reduciendo un poco carnes, pescados y algo más salsas, grasas saturadas y comida precocinada.

El secreto está en disfrutar más de la vida aportando suficiente movimiento y reduciendo silla y comida excesiva.





-Moore SC, Lee IM, Weiderpass E, Campbell PT, Sampson JN, Kitahara CM, et al. Association of Leisure-Time Physical Activity With Risk of 26 Types of Cancer in 1.44 Million Adults. JAMA Intern Med. 2016 Jun 1;176(6):816-25. doi: 10.1001/jamainternmed.2016.1548.

Artículo de referencia vía Mateo Seguí Díaz






jueves, 29 de septiembre de 2016

La noche como inspiración









Todos sabemos lo que es la noche. La experimentamos a diario cuando el sol nos abandona, por eso ha sido desde siempre fuente de inspiración. En mi caso quizá con mayor vehemencia dedicándome como me dedico al ejercicio de la medicina, disciplina que trata de sombras y noches.

Recientemente he tenido el privilegio de asistir a un recital de piano en el que Félix Ardanaz abordó este tema con partituras de Chopin, Schubert, Ravel y Liszt ejecutadas con maestría y buen hacer. Sin duda es uno de los pianistas más prometedores del panorama nacional.

Tras la reciente lectura del libro Recuerda que vas a morir, de Paul Kalanithi en el que el autor nos ofrece la historia de su enfermedad terminal con las sombras y luces que encontró, este concierto me ha parecido muy iluminador. Toda noche tiene sus estrellas o alguna vela que la surca. Es verdad que cada vez miramos menos el cielo nocturno desde unas ciudades tan iluminadas que alejan de la vista las constelaciones. Del mismo modo miramos poco nuestras sombras, y quizá por eso van produciéndonos mayor pavor. La muerte se ha convertido en tabú, la enfermedad en objeto de consumo. Hemos diseñado una pléyade de servicios y productos sanitarios con los que tratamos de maquillar la cruda realidad: al final todos acabaremos muertos. Pero nos engañamos pensando que aun tenemos tiempo, que todavía no hay de qué preocuparse.

La música nos lleva de la mano por la noche, siempre lo ha hecho. Los antiguos maestros intercalaban movimientos lentos que nos la hacían presente o nos regalaban canciones en las que era fácil contemplar su reflejo. En el palco desde el que escuché a Ardanaz puede sentir el profundo misterio que encarna la noche. Una sensación que produce escalofríos en la espalda y que sin duda han sentido los que desde el paleolítico levantaron la vista en la oscura sabana. Les animo a mirar, les animo a escuchar; seguro que encontrarán inspiración.






martes, 20 de septiembre de 2016

¿Qué podemos hacer con la vejez?

 In his own little world...
Foto de Vineet Radhakrishnan




La sociedad del bienestar es tóxica para la vejez. Privarnos de la suficiente movilidad, mantenernos sentados excesivas horas, aportar más comida de la necesaria, pasar mucho tiempo frente al televisor, disminuir las interacciones sociales... nos pasa una enorme factura tanto al cuerpo como a la mente. Un exceso de medicamentos no mejorará nuestra calidad de vida, tampoco un sobreconsumo sanitario.

El nivel de deterioro de las personas con edad avanzada en los países desarrollados es muy alto. Principalmente por una hipoestimulación mental y una infrautilización corporal. El cuerpo se desinfla y la mente se enlentece.

¿Hay alternativas?

Podemos decir que sí. Hay personas que envejecen bien. ¿Cómo lo hacen? casi todas aplican el antiguo dicho: Menos plato y más zapato.

Sabemos que las siguientes cosas ayudan:

  • Caminar a diario y mantener un aceptable grado de movilidad. 
  • Comer ligero, seguir una dieta mediterránea rica en alimentos frescos.
  • Mantener y cuidar las relaciones sociales con la familia, amistades y vecinos. 
  • Mantener el interés por aprender, leer y mantenerse al día.
  • Disfrutar de la naturaleza, el aire libre y los placeres tranquilos.
  • Permitirse un capricho de vez en cuando. 
  • Hacer cosas que nos gusten, tener alguna ocupación o pasatiempo divertido.
  • Reir.
  • Tomarse las cosas con humor sin dar a los problemas demasiada importancia.
  • Adaptarse sin acritud a las limitaciones que la vida o la enfermedad propongan.

Merece la pena no esperar a ser anciano para empezar a aplicarlo. La verdadera sabiduría tiene que ver con eso que los antituos llamaban arte de vivir. Algo para lo que necesitamos silencio y tranquilidad, buena compañía, naturaleza y una buena relación con nosotros mismos.




martes, 13 de septiembre de 2016

Hipersedentarios




                Commencement chairs

                     Foto de Andrew Malone






Cuando trato de convencer a un paciente de que disminuya las horas en las que permanece sentado me mira con extrañeza. Cuando expongo que el exceso de silla es tóxico y maltrata nuestra espalda y nuestro cuerpo asienten pero por dentro piensan lo contrario.

Lo cierto es que nuestros niños cada vez sufren más obesidad y trastornos asociados derivados de la disminución de la actividad física. Lo mismo pasa con jóvenes, adultos y viejos. La norma es padecer una baja condición física, tener aparatos locomotores desvencijados y mal mantenidos con poca fuerza y musculatura. Luego nos sorprendemos cuando el organismo nos lanza señales de advertencia en forma de lumbago, dolores de espalda, cuello, hombro, rodilla... El ejecutivo que se queja de dolor lumbar suele compartir con el anciano la misma causa: insuficiente actividad física habitual. Hemos olvidado el placer de pasear o movernos a diario, el necesario equilibrio entre estar sentados y caminando. Comemos, trabajamos, leemos, estudiamos, nos relajamos... sentados. Si hacemos el cálculo de horas en la silla es probable que nos sorprendamos con cifras que se acercan o superen las setenta horas sentados a la semana. Sumadas a las 56 que pasamos tumbados por la noche nos dejan muy poco tiempo de pie o en movimiento.

Las guías inglesas aconsejan permanecer de pie o en movimiento dos horas de las siete que tiene una jornada laboral estándar. Se están diseñando mesas de plano variable que permiten trabajar en ellas sentados o de pie. Probablemente se hagan populares los próximos años. Harán falta más ideas para transformar una tendencia social que está produciendo daño, dolor y enfermedad.

De momento conviene ir tomando conciencia de que todo en exceso suele ser nocivo, con la silla pasa los mismo. Si nos acostumbramos a pasar más tiempo de pie o en movimiento estaremos invirtiendo en salud y bienestar. Menos pantallas y más paseos, menos ocio pasivo y más activo, menos quietud y más movimiento. Algo que de alguna forma todos intuimos. Espero que nuestros cuerpos no tengan que recordarnos con dolor lo que un servidor trata de hacer con palabras. Por que tengan por seguro que el exceso de silla y el hipersedentarismo duele. Pregunten a sus mayores o hagan una visita a cualquier residencia de ancianos si no me creen. 









martes, 6 de septiembre de 2016

Problemas de estómago, gastritis, en Saber Vivir RTVE




Hace unos días me invitaron a participar en el programa de televisión Saber Vivir para hablar de Gastritis y problemas de estómago.






Comparto el vídeo del programa por si puede servir de ayuda a alguien. Según mi opinión es fundamental que profesionales sanitarios con dotes de comunicación mejoren la educación para la salud de nuestra sociedad. Conozco muchos que lo harían genial. Espero que con el tiempo esto no sea una rareza sino más bien la norma.

martes, 21 de junio de 2016

Estamos perdiendo la oscuridad y el silencio


Foto: http://cires.colorado.edu/artificial-sky





Nuestra sociedad tiene miedo al vacío. Desde que desterró a los dioses y entronizó definitivamente al ser humano como rey del universo un terrible horror vacui nos persigue. Eso explica que necesitemos apoyarnos tanto en la luz eléctrica y en el sonido artificial permanente generando ecosistemas urbanos donde siempre es de día, siempre hay actividad, siempre hay ruido de fondo.

En la intimidad también ocurre. Llegamos a nuestras casas y encendemos televisiones y aparatos, luces eléctricas y pantallas. Salimos a la calle y nos colocamos unos auriculares o nos aseguramos de llevar alguna pantalla para los tiempos muertos que, dicho sea de paso, cada vez son más exíguos.

El exceso de luz nocturna nos dificulta ver las estrellas, epítome de sutileza y belleza inaudita cuya levedad tiene miles de millones de años y nos recuerda lo poquito que somos. Tal vez por eso han pasado de moda y el personal prefiere inclinar la cabeza para atender su whatsapp en el móvil que subir la mirada para contemplar esos astros diminutos y casi invisibles.

Nadie sabe con exactitud que efectos producirá esta tendencia. De momento sabemos que perder oscuridad y silencio causa estrés. Generamos estilos de vida más rápidos que producen cansancio, deterioro y finalmente enfermedad.

Si considera que en su vida hay demasiada prisa, mucho brillo y exceso de ruído anímese a acometer los necesarios ajustes y regálese un paseo, un buen rato de conversación o una tarde con las pantallas apagadas. Son propuestas que no le costarán dinero y que únicamente usted puede permitir que sucedan. 






viernes, 10 de junio de 2016

La importancia de gestionar el silencio y el ruido personal







El ruido de fondo aturde los sentidos, genera enfermedad, enreda las emociones y dificulta el pensamiento. No solemos tener una buena higiene de silencio, no estamos acostumbrados a lavarnos las manos de ruido ni velar para que nuestros entornos sean silenciosos y tranquilos.

Merece la pena evaluar qué nivel de ruido padecemos y en qué modo cuidamos nuestros silencios.


¿Sueles poner la radio o la televisión nada más llegar a casa?
¿Cuando haces deporte o sales a correr necesitas usar auriculares con música?
¿Cuántas horas al día pasas con ruido alrededor?


¿Cuándo te diste el último paseo en silencio o en conversación tranquila?
¿Cuándo pasaste la última mañana/tarde sin necesitar tener la televisión/ordenador/radio/tableta/móvil... encendido?



viernes, 3 de junio de 2016

¿Prestamos suficiente atención a la salud?










Estamos obsesionados con la enfermedad. Cuando notamos cualquier tipo de molestia empezamos a preocuparnos y hacernos preguntas ¿será este grano peligroso? ¿tener 37.1º de temperatura indica que estoy grave? ¿este malestar en la tripa será tal vez una enfermedad importante?... Solemos mirar en Google y nos agobiamos más, al final terminamos yendo al centro de salud o a urgencias, habitualmente atestadas de personas con enfermedades serias y una gran mayoría con las mismas dudas que nosotros.

Tras leer en la contra de la Vanguardia la inteligente entrevista que Ima Sanchís le hace a Gabriele Romagnoli me encuentro con la frase de Kurt Vonnegut:  “Cuando seáis felices, prestad atención.

Merece la pena dedicar 4 minutos a leer la entrevista. No tanto al libro Viajar ligero del autor que me ha parecido excesívamente liviano.







Lo que me llama la atención es la poca conciencia que depositamos en la salud. Cuando estamos enfermos lo sabemos, cuando estamos sanos no. Estar bien no duele, ni molesta, ni causa malestar ni zozobra, por lo tanto no es sencillo tomar conciencia de ese estado. Y es una pena, nos perdemos el placer de sentirnos bien, de disfrutar de todas las sensaciones que un cuerpo sano emite de continuo.

Aprender a posar nuestra atención en la respiración, en la sensación de los pies al andar (prueben a hacerlo descalzos sobre una alfombra o césped), en la frescura de la brisa en la cara con los ojos cerrados, en el aroma de una rosa, en el tacto del agua de la ducha en nuestra piel... es una manera de aportar salud y bienestar a nuestra vida que no requiere gasto, ni tiene efectos secundarios. No hacerlo nos priva de un alimento esencial capaz de neutralizar los potentes venenos, prisas y tóxicos con los que entramos en contacto cada día.

¿Alguna vez algún profesional sanitario le ha indicado que preste atención a su salud? bueno, parece que estamos a tiempo de empezar.



jueves, 2 de junio de 2016

No dar abasto


Foto Festival internacional de música y danza de Granada.





Es imposible dar abasto en estos tiempos rápidos que nos llenan los sentidos de ruido. Y en esa imposibilidad está la causa de nuestro agotamiento, que quema nuestros sueños en afanes mientras corremos desesperados hacia un horizonte que no conseguimos alcanzar.

Doctor estoy cansado, me dicen. Y yo les miro el alma comprendiendo que su sobrecarga es exacta a la mía y que sus fuegos arden con llamas que conozco. Creemos que podemos con todo, organizamos cada día en orden de batalla pero olvidamos algo, las heridas que inevitablemente irán apareciendo en la piel invisible del vulnerable corazón.

En una vida humana no caben tantos mundos, apenas alcanzamos alguno cuando por la noche nos perdemos en la celeste bóbeda que nos recuerda muda lo pequeños que somos. Queremos más y eso nos pierde. En las manos solo caben un par de puñados de arena, que contienen un tiempo limitado escapando a carcajadas sin que nada lo impida.

Parar y andar despacio es revolucionario. No serán las urnas las que cambien las cosas, lo harán los piés cuando descubramos que solo los pasos bien dados conducen a la vida.

Miro a sus ojos y les recuerdo que son reyes y reinas cuyo agotamiento es algo meramente accidental. Basta detenerse un instante, respirar hondo y regresar. Cuando lo hacemos recuperamos esa soberanía que los mercados se empeñan en quitarnos y hacemos del planeta un lugar algo más habitable.
 







Artículo publicado originalmente en el Huffington Post

jueves, 19 de mayo de 2016

Rescatar la dulzura


Ternura. Oswaldo Guayasamin





Agárrame bien/
Dentro de tu abrazo/
No hay caída./





La vida nos ofrece un amplio surtido de experiencias que vamos atravesando poco a poco. Desechamos algunas, nos quedamos con otras. Ese proceso de decisión es lo que  condiciona la luz de fondo de nuestra existencia, a veces radiante, a veces tormentosa. 

Todos sabemos que solemos ser hábiles para centrar la atención en el oprobio, la maldad y la injusticia. Siempre ha sido así y, aunque no nos guste demasiado, es lo que nos permite sobrevivir. Sin embargo esta costumbre llena nuestro espacio interno de basura y ruido, de restos macilentos que quedan pegados a las suelas y aportan hedor al caminar.

Los poetas y artistas nos recuerdan la importancia de rescatar la dulzura. En su propia experiencia comprobaron la utilidad de este contraveneno capaz de hacer brotar de nuevo el sentido y la belleza de los secos yermos de nuestras mesetas interiores. 

La enfermedad, sobre todo la larga o penosa, suele arrasar la delicada estabilidad que sostiene la existencia de los hombres. Los médicos prescribimos remedios y consejos que intentan restaurar la perdida armonía. Lo que no solemos hacer es favorecer el rescate de la dulzura, arte que se ha perdido tras décadas de favorecer la ciencia estricta y su poderosa hija: la tecnología. En tiempos pasados en los que la naturaleza y sus ritmos eran más importantes, al no estar disponibles otras alternativas, era más fácil recurrir a la capacidad sanadora de lo sencillo. 

Hoy me parece necesario volver a plantear la importancia de los elementos más sutiles de la sanación humana. La calidez y cercanía del profesional que acompaña a una persona en tiempo de enfermar, aconsejar un baño de bosque, un poco de música en directo, quizá un paseo. Tener la habilidad para destacar un detalle afortunado en el aspecto del paciente o en sus circunstancias vitales, saber situarse a la distancia adecuada y sostener con la intensidad justa. Permitir que en la consulta no falten unas flores, un apretón de manos y alguna sonrisa. Aprender a agradecer a la vida la posiblidad diaria de poder ayudar a otros, o intentarlo al menos. 

En el encuentro con el paciente no suelo atreverme a compartir un poema, mi pudor científico me lo impide. Pero no por ello dejo de darme cuenta del enorme poder de la poesía para ayudarnos a rescatar esa dulzura vital que tanta falta hace. Además de en mis cuadernos, dejo en ocasiones algún verso escrito en mi blog o en algún recodo de Internet. Trato de no olvidarme de algo tan importante. Sospecho que si soy capaz de recordarlo tal vez sea capaz de despertarlo en los demás, sobre todo cuando están enfermos que es cuando más se necesita. 













miércoles, 18 de mayo de 2016

Tocar con palabras







Los médicos de familia dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo asistencial a tres labores: escuchar, hablar y pensar. Son muchas horas a la semana y tal vez alguno deduzca que terminamos siendo grandes expertos en comunicación. En mi caso he de confesar que sigo manteniéndome en el nivel de principiantes. Esto que en apariencia pudiera pensarse una debilidad lo considero fortaleza, me permite seguir conviertiendo cualquier encuentro clínico, cualquier encuentro humano, en una ocasión para aprender. Hay pocas cosas que sean más complejas que la comunicacion humana.

En esta motivación para seguir aprendiendo acabo de terminar de leer Tocar con palabras, el último libro de Enric Lladó. Conocí recientemente a este experto en comunicación que bebe de las fuentes del coaching, la programación neurolinguística y la psicología y desarrolla una actividad formativa y de asesoramiento para particulares y empresas. Sus puntos de vista parten de areas profesionales diferentes a las mías por lo que me han aportado interesantes pistas. El libro está escrito con un estilo sencillo y claro, usando multitud de ejemplos e imágenes que aseguran una navegación amena para cualquier tipo de lector.

Mejorar la comunicación nos libra de mucho dolor y sufrimiento a todos. Comprender más profundamente a los demás por un lado y elaborar mejores narrativas por otro nos permite desplegar relaciones sociales de mayor calidad y a su vez un relación más pacífica con uno mismo.

Los profesionales sanitarios tenemos dos razones añadidas para ello. La primera es ayudar mejor a nuestros pacientes a construir sus propias narrativas. La segunda aliviar la carga de dolor y sufrimiento que inexorablemente queda adherida a nuestras manos al finalizar la consulta.

El libro de Enric es una buen propuesta para comunicarnos con más calidad. Un camino que nunca se termina de andar y en el que son bienvenidas ayudas como esta.






martes, 10 de mayo de 2016

Adolescentes y salud






Recibo en mi consulta adolescentes a partir de los 14 años. Por esa razón he escrito para ellos este breve material que espero sirva de ayuda y orientación a la hora de mejorar su salud y manejar la enfermedad.

Presento primero una serie de 25 aforismos breves con ideas fuerza imprescindibles. En segundo lugar dispondré referencias, enlaces y materiales complementarios. También hay abundantes vídeos que amplían las ideas expuestas.

Si te gusta o te viene bien compártelo con tus colegas, si te apetece sugerir cambios o mejoras escríbeme por favor un comentario y si no te gusta algo dímelo también. Puedes opinar en Twitter @doctorCasado y en Facebook Doctor Salvador Casado Virtual.

















  1. El ser humano sabe perfectamente cuándo está enfermo pero definir la salud nunca se nos ha dado bien.

  1. Hay una sola palabra para expresar salud y decenas de miles para nombrar enfermedades. El sistema sanitario está muy deformado en consecuencia. Mantente a la distancia justa sin pasar del todo ni acudir a la sanidad por cualquier cosa.

  1. Nuestra sociedad tolera mal la frustración y el malestar. Eso explica parcialmente muchas adicciones y también el abuso de fármacos y medicinas. Si te planteas que no debería ser normal que tu abuela tome diez medicamentos estás en lo cierto. Tampoco debería serlo que el historial médico de alguien con 14 años sea muy largo.

  1. Probablemente conozcas el sistema sanitario porque tu familia te haya traído muchas veces. A partir de ahora ya puedes decidir cuándo acudir y cuando no. Antes de venir prepara tu visita y piensa si tu problema se puede manejar con tus recursos o los de tu familia.

  1. Puedes venir acompañado de quien quieras, incluso puedes venir solo si deseas mantener tu privacidad. Los médicos te debemos confidencialidad y secreto por ley, solo un juez puede vulnerar ese derecho.

  1. Aprender a manejar el sistema sanitario no es fácil. Es muy común pasarse por defecto o por exceso, gente que nunca va y otros que van muchísimo. A tu edad lo habitual sea que no lo necesites mucho pero recuerda que somos una fuente útil de información de calidad.

  1. Si necesitas información sobre salud o enfermedad de calidad necesitarás algo más potente que Youtube o Google. Hay mucho ruido e información basura sobre salud y enfermedad, muchos te intentarán vender productos, servicios y opiniones. Busca fuentes independientes sin conflicto de intereses que las hay. Al final de este post encontrarás muchos recursos.

  1. A tu edad tu cuerpo necesita movimiento. Es muy inteligente por tu parte aficionarte a algún deporte, actividad física habitual o sencillamente salir a pasear o a correr. Tener fondo físico te dará resistencia y tendrás más energía, aguantarás mejor los largos tiempos de estudio y el peso de la mochila.                                                                                                                                                                             
  2. Tener buena forma física te ayudará a sacar mejores notas. Tu respiración y oxigenación serán mejores al estudiar. Quemarás estrés y tensiones y aguantarás mejor tantas horas de silla a la semana. Si te planteas estudios superiores es imprescindible. La frase "mente sana en cuerpo sano" de los clásicos sigue siendo una verdad como un puño.

  1. Es normal que te preocupe tu aspecto físico. Estás viviendo cambios en tu aspecto que en algunos casos te agradarán y en otros no. Disfruta de los primeros y trata de aceptar los segundos, muchos de ellos se modificarán con el tiempo. Si en algún momento estás muy agobiado habla con alguien de tu confianza y si aun así sigues agobiado/a cuenta con nosotros.

  1. Aprender a alimentarte bien cada vez depende más de ti. Desarrollar hábitos sanos al comer condicionará muchas cosas de tu vida. Estás acostumbrado a comer lo que se come en tu familia pero siempre podrás cambiar y mejorar. Apuesta fuerte por frutas y ensaladas, por comida casera y no precocinada. Invitar a tus amigos y prepararles algo rico te hará quedar mejor que ir al burguer, además lo pasareis mejor.

  1. En el instituto no es probable que te enseñen a manejar tus emociones, en casa a veces tampoco. Necesitarás tiempo y tener paciencia contigo cuando una explosión emocional te deje mal. Recuerda que toda emoción, incluso las más intensas, son temporales. El secreto está en no quedarse pegado a ellas.

  1. Ensaya y descubre formas de expresar y transformar tus emociones fuertes más allá de gritar, insultar, pelear, enredar, hostigar... La creatividad, las actividades artísticas, hablar o escribir, los deportes, el yoga, la meditación, el mindfulness y otras muchas formas están a tu alcance.

  1. Las emociones fuertes han originado peleas, discusiones, delitos y conflictos pero también han producido las mejores canciones, novelas, películas y cuadros. ¿Sabes cuál es tu mejor forma de expresión?

  1. Los griegos sabían de la importancia de conocerse a sí mismo, mientras mejor nos conocemos más autónomos somos y menos manipulables.

  1. Necesitas descansar bien. Para ello duerme las horas que te pida el cuerpo, si te levantas cansado todos los días probablemente necesites más. Apaga las pantallas al menos una hora antes de irte a la cama, tu cerebro necesita tranquilidad y menos estímulos visuales al final del día. Si te acuestas nada más ver una película de acción sin querer te la llevas al sueño.

  1. Tu cuerpo necesita higiene y limpieza, tus amigos también lo agradecerán. No olvides cuidar los dientes y acostúmbrate a lavar las manos antes de las comidas.

  1. Tus relaciones sociales son muy importantes. Atrévete a relacionarte con compañeros diferentes ó de otras clases. Aprovecha la riqueza que te proporcionarán amigos de otras culturas. Recuerda que la amabilidad y la educación te abrirán más puertas que tu fuerza, aspecto o conocimientos.

  1. Lee todo lo que puedas. Empieza a cultivar tu propia biblioteca. Es una manera de relacionarte con gigantes: mujeres y hombres que te comparten lo mejor de si mismos. No es cuestión únicamente de saber más sino de entender que la sabiduría crece si se la cuida y alimenta. Mientras más leas más amplia será tu visión y tu criterio, entenderás mejor y en esa comprensión encontrarás muchos beneficios.

  1. En nuestra sociedad convivimos con venenos como la nicotina, el alcohol, el cannabis, la cocaína, la heroína y múltiples pastillas. Son químicos potentes que producen adición, empiezas a tomarlos y te terminas viciando. Siempre tendrás derecho a decir no y a preguntar a alguien. Hay mucho dolor ahí, si tienes dudas la consulta médica o de enfermería es un sitio seguro donde preguntar.

  1. Los seres humanos somos seres sexuados. Los sistemas hormonales se activan fuertemente a tu edad lo que condiciona cambios en tu cuerpo, en tu mente y en la manera de relacionarte con chicos  y chicas. La sexualidad humana es muy compleja e incluye multitud de manifestaciones: miradas, risas, juegos, actividades juntos, intimidad, comunicación superficial, comunicación profunda, expresiones de afecto, creatividad, poesía, arte, caricias, besos, abrazos...

  1. Para plantearte seriamente el coito necesitarás cierto grado de preparación o madurez. Tu cuerpo está ya biológicamente preparado pero tu personalidad y tu mente probablemente necesiten algo más de tiempo para que puedas desplegar con plenitud esta faceta de tus relaciones íntimas. Busca información y pregunta a personas con criterio que sean de tu confianza. Informate para evitar embarazos indeseados, enfermedades de transmisión sexual y otros problemas.

  1. Uno de los peligros sin resolver de nuestros entornos tiene que ver con los medios de transporte y los accidentes de circulación. Aprender las normas de circulación, acostumbrarnos a protegernos con casco si montamos en bici o moto y con cinturón en coche y evitar el alcohol al conducir son potentes sugerencias.                                                                                                                          
  2.  En nuestra sociedad cada vez dependemos más de las pantallas (móviles, ordenadores, tabletas, televisores...). Es importante que hagas un uso prudente. Evita el exceso de notificaciones, pitidos y alarmas así como tener que consultar cada poco tiempo. Tu conciencia y concentración son muy valiosas, aquello que la rompe te quita valor. Aprende a regalarte tiempos sin conexión cuando estás con otras personas, en la mesa o haciendo actividades placenteras o que merezcan plena atención.                                                                                                                                                                                               
  3.   Muchos te tratarán vender felicidad en forma de productos, ropa, tecnología... atrévete a formular tu propia definición y permite que esta incluya aquellas cosas importantes para tí tan valiosas que no tienen precio.







Puedes encontrar información de salud en este blog usando las etiquetas que tienes en la barra lateral derecha. También en la etiqueta #ParaPacientes o en este post de recursos de salud que es muy completo.









RECURSOS SOBRE ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Consejos de alimentación.

Recomendaciones breves de nutrición.


Artículo académico sobre nutrición adolescente.


 




RECURSOS SOBRE ACTIVIDAD FÍSICA Y DEPORTE

Uso de casco en bicicletas y motos.

Entrenamiento para adolescentes.





RECURSOS SOBRE SEXUALIDAD

Sexumuxu.

Dudas frecuentes sobre el uso de la píldora.


Cómic sobre sexualidad:  Desexo, historias sobre sexualidad. Material muy recomendable.





RECURSOS SOBRE DROGAS






RECURSOS SOBRE MANEJO DE EMOCIONES Y RELACIONES AFECTIVAS



Inteligencia emocional, monografía.



No te líes con chicos malos  (Guía para prevenir conductas de violencia de género)

El diario azul de Carlota  (relato sobre violencia de género)













INTERNET, E-LEARNING, REDES SOCIALES


Pinceladas de Dolors Reig,  en vídeo, también dejo su blog.









RECURSOS SOBRE MEDITACIÓN Y MINDFULNESS


¿Qué es el mindfulness?
Recursos para aprender y practicar Mindfulness