Foto de Remi DU
Veía estos días de verano el remake de Ben Hur. En la película aparece una escena donde el mismo Jesucristo frena una lapidación en Jerusalén, librando a un muchacho de una muerte segura. Me parece increíble como nos siguen gustando las piedras y las lapidaciones aunque hayan pasado veinte siglos. La última la puedo contar en primera persona. Acudo a un evento de lanzamiento de un producto alimenticio, publico cinco tuits del mismo, sin dar ni mi valoración ni mi apoyo explícito al producto, y recibo un aluvión de piedras digitales. Me consta que no fui el único, es de agradecer que los proyectiles lanzados sean más livianos que los reales.
Hay personas que piensan que se ha vulnerado la ética, que el acto es totalmente réprobo y perjudicial. Que el que un profesional sanitario se informe de las propiedades de un producto lácteo y haga algún comentario en Twitter es potencialmente dañino para sus pacientes o para la sociedad en general. Dejando a un lado la ironía, lo que pienso ha incomodado no es que un profesional hable de tal o cual producto, de hecho lo llevamos haciendo lustros en todo tipo de actos, sino que se utilice el canal de Twitter para hacerlo. Un canal en el que cada cual controla bastante bien la presencia o no de marcas. Esta intrusión sin permiso es lo que probablemente halla resultado molesta y llamativa, más allá de lo poco que se pudo decir de la marca en cuestión. Llevo en Twitter un montón de años he tuiteado infinidad e de actos, congresos, reuniones y eventos a los que he acudido, mi error en esta ocasión es no haber valorado que el hastag fuera el nombre comercial de un producto y que los lectores lo identificaran como publicidad en lugar de cómo un hilo sobre una conferencia de prensa.
Por otro lado es cierto que lanzar sapos y culebras usando la distancia y la seguridad de las redes sociales es bastante más cómodo que hacerlo a la cara. No abundaré en el tema, pero si profundizaré en la reflexión. Pareciera que cualquier contacto de un profesional sanitario con un producto, servicio o marca contamina sus manos. Me consta que así ocurre en numerosas ocasiones y son incontables los casos en los que marcas y profesionales intercambian favores. Pero no todo el monte es orégano, hay casos flagrantes de sociedades científicas que reciben patrocinio por validar galletas, bebidas y un sinfín de productos, además de gran parte del vademecum y no pasa absolutamente nada. Otros de especialistas estrella que son premiados por apoyar directamente un determinado fármaco. En todo este jardín ¿podría algún profesional sanitario atreverse a pisar una marca para luego hacer una valoración objetiva? simplemente por estadística aventuremos que algún caso habrá. Pocos, ya les digo, porque las lapidaciones suelen ser inmisericordes.
Y puestos a hablar de piedras ¿por qué no nos fijamos mejor en lo que tal vez sí merezca alguna? Y hablaré de profesionales sanitarios para no salirme del jardín, hablaré no de si está mejor o peor tomarse un yogur en el desayuno sino del sobreuso de antibióticos en niños y ancianos, el sobre uso de medicación psiquiátrica en personas sin patología (y con ella), del estado de polimedicación total que sufren la mayoría de los mayores institucionalizados (y los que no lo están). Del abuso de pruebas diagnósticas no justificadas a petición del propio interesado o del profesional que lo atiende que así consigue una mejor valoración de prestación por su cliente. He de admitir que en estas y en otras muchas cuestiones si siento vergüenza personal por lo deficientemente que lo hago en ocasiones. Por eso me permitirán que la piedra que está en mi mano la guarde para mí mismo. Hagan ustedes con la suya lo que mejor consideren.
Finalizaré mi reflexión incluyendo una última cuestión de estilo. Las redes sociales nos describen. Según lo que uno diga, según dónde uno vaya, según con quien hablemos, dejamos un rastro, un perfil que termina formando una imagen personal bastante nítida. Cualquiera que se asome un momento a cualquier perfil de Twitter sabrá de que pie cojea su autor. Por eso me resulta sorprendente ver las reacciones y las piedras que han llovido estos días. Contemplar despacio las formas, palabras, ironías, groserías y demás. Ver de dónde proceden, sopesar la fuerza con las que fueron lanzadas. La cuestión no es tanto si acertamos o nos equivocamos sino lo que hacemos con nuestros aciertos y caídas, así como con las de los demás. Quizá alguno no me creerá si le digo que no dejo de aprender cosas cada día, pero sí, la vida es una gran maestra y no deja de proponernos enseñanzas, sobre todo de los errores que como humanos no dejamos de cometer.
11 comentarios:
Salva, gracias por tu aclaración.
1. De forma general - y con algo de relación con lo que comentas- España tiene todavía una marcada impronta judeocristiana y los umbrales intermedios no existen. O eres puro o eres impuro. Y eso es tremendamente cansino, además de improbable. En esa impronta genética de pandereta el cainismo es habitual y alguien siempre puede estar con una buena y afilada piedra en la espalda esperando que te confundas para dar un buen golpe y - mientras se hace sangre- repetir "ya os lo decía yo". Esto es un clásico cañí.
2. Sinceramente en alguno de los mensajes yo pensé que te habían hackeado la cuenta porque el mensaje parece un mensaje claro promocional del producto.
3. Creo que la estrategia de la marca era de "product placement" y de "envolvimiento científico" Con esta mano os muestro un estudio, mientras que con esta otra realmente os coloco mi marca. El estudio dice varias obviedades que ya sabemos por otras fuentes más rigurosas pero eso realmente es un poco la excusa para luego vender mi marca (cuento un estudio de uso de redes sociales y luego os hablo de mis nuevos juguetes).
4. Personalmente soy favorable de meterse en ciertos fregaos, pero sí el fregao es complejo creo que también hay que saber y tener argumentos donde nos metemos (hablo en plural porque yo me confundí y me confundo a menudo).
Existen temas realmente sensibles que precisan que seamos cautos y que estemos bien pertrechados a la hora de participar. Es decir, si la empresa de tecnología X nos invita a hablar de web 2.0 puede ser un buen foro para dar buenos argumentos "profundamente cargados de sentido" (Neruda) y ciencia. No solamente a que se nos vea y participar sin más.
5. Hubiera sido un buen foro para que hubieras hecho chanzas y les boicotearas el hashtag, #kakimelkids Eso creo que es el mayor punto débil de todo esto :)
6. Los halagos (otros días) y las críticas (ahora) serán proporcionales a tu visibilidad. Eres un tipo visible y reconocido y eso tendrá momentos dulces y otros menos dulces.
7. Creo que el punto de mayor responsabilidad - y teniendo en cuenta los anteriores y la profesión- es el 4. Donde tenemos una importante responsabilidad es en tener buenos argumentos científicos.
8. Te hubiera ironizado también en vivo y en directo. Sí, nos equivocamos y aprendemos algo todos los días.
9. Tenías que haber leído la alerta del Sistema de Vigilancia de Chorradas Medicalizadoras y saber donde te metías!!! Las recomendaciones ante el brote eran las siguientes:
-Prohibir ese tipo de publicidad
-Robar actimeles en los supermercado y regalarlos a políticos y gerentes sanitarios, al que se beba más de cinco se le regalara una pulserita modelotodossabemoscual
https://sites.google.com/site/chomeds/actimel
Abrazos fuertes amigu y gracias por abrir esta reflexión.
El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Un.abrazo enorme
Salva, si muchos criticamos tus tuits (aunque no concretamente los tuyos, en general el hashtag era para verlo) era porque no lo esperábamos. Podría hacerte una lista de gente de la que esperaría perfectamente un tuit como el de que ahora actimel tiene más tal y menos cual, pero debería llamarte (o no, vaya, que cada cual se auto-mire como quiera) la atención la de gente con tuits de incredulidad (hubo uno de Vicente muy elocuente).
Hablas un poco de yogures vs fármacos en tu penúltimo párrafo, pero esa contraposición de la crítica y el análisis de la industria alimentaria vs la industria farmacéutica es un poco falaz... yo creo que muchas de las cosas aquí escrita (en esta iniciativa que compartimos en su momento) https://apxii.wordpress.com/2011/08/12/agosto-relaciones-con-la-industria-farmaceutica-%C2%BFse-puede-estar-en-la-trinchera-sin-llenarse-de-barro-hasta-las-rodillas/ son igualmente extraponibles a los diferenes tipos de industrias que intentan aumentar por diferentes medios nuestro tiempo de exposición a sus mensajes.
Decía Neruda que "Para que nada nos separe, que no nos una nada"... ya sé que tú piensas muy distinto en relación a los vínculos con industrias múltiples, pero creo que eso se haya en la raíz del pensamiento de muchos de los que nos quedamos ojipláticos ante algunos tuits (alguno en concreto nos habría dejado igualmente ojipláticos aunque no hubieran llevado un hashtag comercial).
Tal vez de aquí podría salir algún "a favor" / "en contra" para darle cuerpo a esta discusión que antes tomaba forma de farmacéutica y que cada vez más tomará forma de industria alimenticia.
Un saludo Salva.
Querido Salva,
Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Poco que añadir en lo técnico a Rafa y Javi que lo han expresado maravillosamente.
Sólo decir que los comentarios que yo haya hecho han sido desde la perplejidad al apoyo relativamente explícito al hashtag (y a través de él y del tono de los comentarios, a la marca). Criticaría todo el hashtag pero en particular a ti; primero porque tienes una gran visibilidad mediática y eso aumenta tu repercusión y exposición, segundo porque quizás al conocerte y valorarte mis expectativas sobre ti eran más exigentes, y tercero porque creo que habitualmente sopesas tus intervenciones y, siempre en mi opinión, esta vez se ha cruzado una línea en la que tu imagen y tu posición se han usado para promocionar un producto.
En cualquier caso ni la intención ni mi participación han sido dar pedradas, sino fomentar una reflexión colectiva sobre las repercusiones de nuestras relaciones y palabras en redes sociales, sobre todo cuando las hacemos como profesionales.
Acabo con una cita de un poeta asturiano llamado David González
"La hora de pelear
no digas que no.
Sí puedes cambiar el mundo.
sólo precisas
un brazo
una mano
piedras.
estas son las mías:
llevo el pelo largo.
me salto los semáforos en verde.
me enfrento en duelos de miradas
siempre que la autoridad competente me desafía.
en el autobús, le cedo el asiento a los niños:
los mayores ya tuvieron su oportunidad
y no supieron, o no quisieron, aprovecharla.
no uso gafas de sol:
no me avergüenzo de mis lágrimas,
y cuando hablo con alguien
le hablo a los ojos.
no miro a nadie por encima del hombro
y eso que mido 1 metro 85 centímetros.
no hablo de lo que no sé.
no hablo.
escribo.
escribo poemas.
estas son mis piedras, parte de ellas.
piensa en las tuyas,
y recuerda:
brazo
mano
piedras.
pero,
sobre todo,
el gesto"
Estimados Rafa, Javi y Clara, agradezco vuestros comentarios y reflexiones conociendo perfectamente de donde nacen. La visibilidad no es una cuestión de poder sino de riesgo. Desde hace unos años tomé la decisión de arriesgar y salir de la consulta. Tomé una dirección que tal vez sea errónea o alocada pero que me ha llevado a foros, lugares y personas ante las que antes no se me hubiera ocurrido acercarme. Me he metido en despachos de Consejeros de Sanidad con una cámara, he hablado con políticos, sabios, locos y cantantes. He tratado de participar en multitud de foros diferentes para aportar la visión de un médico de familia de trinchera. He cruzado todo tipo de lugares. Teneis razón en decir que estamos rodeados de arenas movedizas y nuestra fragilidad es grande en la medida en que cada vez hay más ojos detrás de nuestros pasos y no todos son buenos, en este país hay mucha mala leche. Desde el tropiezo lo puedo decir, cuidad vuestras espaldas.
Lo que más miedo me ha dado de todo este galimatías es por un lado la facilidad del odio y el rechazo en expandirse por las flamígeras fibras de las redes sociales y por otro el profundo olor a naztalina de una gran cantidad de guardianes de la ortodoxia que de alguna manera se han rasgado las vestiduras ante lo impuro. Como decía Rafa, la historia patria nos conforma y nos sigue posicionando en los extremos. Por otro lado, con nuestra solemnidad los médicos nos creemos poseedores de ese don que separa pureza e impureza, como aquellos sacerdotes antiguos que velaban por colocar la correspondiente etiqueta a los leprosos.
Sin embargo la potente industria de la publicidad se está transformando ante nuestros ojos a gran velocidad. Cada vez van a ser más importantes las recomendaciones. En el acto de marras la gran mayoría de asistentes eran papi/mami bloggers, un pool que cada vez tiene más poder y que las marcas se rifan para distribuir memes que es lo que a fin de cuentas quiere toda organización.
Creo que he aprendido valiosas lecciones esta semana, si bien el método ha sido un poco taxativo. No creo que repita, me produce acidez.
Os pido perdón a vosotros que considero amigos como a todos aquellos a los que mi torpe actuación (tuitear cinco tontunas) haya podido molestar.
Querido Salvador.
Lamento la reacción que has tenido.
Todo mi apoyo y reconocimiento.
Sigue igual, por favor.
Un abrazo.
Quien sube montañas puede tropezarse, caer, avanzar en su camino, verse obligado a descender o llegar a la cima. Incluso puede ser que, en su empeño, se vea en distintos momentos en cada una de las anteriores tesituras. No sirvo para juez así que me libero a mí mismo de discernir en qué momento te encontrabas en el acto de marras. Pero estabas subiendo, tu valor es subir, porque sabes de antemano que no siempre será fácil. Es más, sabes que a veces será muy jodido... pero sigues subiendo, con tu mochila a la espalda. Un abrazo de alguien que te ve desde su sillón, pero cada vez con más ganas de coger la mochila.
Apreciado Salvador,
Me he enterado reciéntemente de la situación y me he puesto a revisar lo que pasó. Nos conocemos poco (no sé si te acordarás de mí, pero hablamos largo rato hace un año aproximadamente), pero te sigo habitualmente. No soy blogger, no soy tuitero y no tengo relación con la industria farmacéutica ni alimentaria (paso mi consulta austeramente), pero he sido víctima en otras ocasiones de semejantes linchamientos basados en el sentimiento de superioridad que algunas personas tienen. Que no hablen de herencia "judeocristiana" los que sólo ejercen de Torquemadas (que poco de cristiano tenía como desde el propio Vaticano se reconoce). Las nuevas tecnologías tienen el peligro de la inmediatez, de la coz (acción-reacción), sin una reflexión, sin preguntar, sin querer saber detalles que pueden (y lo suelen hacer) explicar cosas al principio inexplicables.
Por eso, cuando frente a una campaña de este tipo tú enviaste un correo y me diste la oportunidad de explicarme, en nombre de lo que yo representaba, te lo agradecí mucho.
Al margen de la gratitud, he visto tus tuits (me los han tenido que enseñar, yo no sé mucho de eso) e incluso no sabía si eran irónicos respecto al actimel. Lo que sí vi, fueron algunas respuestas, descalificaciones y comentarios que hacen que me plantee si algún compañero se saltó en su formación los temas sobre comunicación entre profesionales. Cada cosa en su lugar, y el debate científico no puede ser sustituido por una especie de "portería digital" .
Recibe un fuerte abrazo y mi reconocimiento como persona que ante situaciones dudosas ha optado por la información y no por el exabrupto. Como dice la persona que ha escrito antes que yo, hay que ser valiente también para ir a los sitios, aunque sea sólo para poder opinar con conocimiento.
Pascual Solanas Saura
Médico de Familia
Gerona
Muchas gracias Pascual por tus palabras y tu valoración.
En situaciones de gran visibilidad como las que producen las redes sociales corremos riesgos. No sé cuánto aguantaré en estas arenas, creo que debe haber médicos de familía ahí pero es cansado. Es fácil tropezar, como es el caso, que pese a ser en el fondo una tontuna produce acidez y otros efectos indeseables en el implicado.
Aprovecho para mandarte un fuerte abrazo.
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