Me causa gran satisfacción que amigos como Juan Gérvas y Enrique Gavilán (a Laura Jiménez, no tengo el gusto) publiquen este mes una estupenda revisión sobre prevención cuaternaria. Un tema que debería ser prioritario en la agenda sanitaria
Aportan las siguientes ideas fuerza:
- Toda acción tiene una cara y una cruz; toda decisión clínica conlleva simultáneamente beneficios y perjuicios.
- Llamamos prevención cuaternaria al conjunto de actividades que intentan evitar, reducir y paliar el daño provocado por la intervención médica.
- La prevención cuaternaria concierne por igual a la Atención Primaria y a la hospitalaria, pero es en la primera donde más actos se realizan, y por tanto, donde el potencial de evitar daños es mayor.
- La medicalización de la salud y la arrogancia de la medicina conllevan un mundo de excesos.
- La prevención cuaternaria debe impregnar desde las prácticas diagnósticas hasta las preventivas, pasando por las medidas rehabilitadoras y el uso de medicamentos dañinos.
- Además de estrategias prácticas conscientes de prevención cuaternaria, conviene desarrollar otras semiautomáticas, intuitivas, en el torbellino del trabajo clínico diario.
- Cabe hacer daño al ofrecer prevención cuaternaria en el día a día. No conviene, por ello, aceptar sin críticas las propuestas de prevención cuaternaria.
Pueden leer el artículo completo en abierto en la muy recomedable revista AMF
1 comentario:
Es un texto que arroja mucha luz para los que no somos médicos. No solo por cómo pone en contexto los riesgos de intervenir/no intervenir, sino por lo bien que resume el proceso que ha llevado a la medicalización de la salud, la crítica serena a cierta 'sacralización' del médico y la defensa de una manera de hacer medicina que suena más modesta pero tal vez sea también más humana.
Gracias por la pista y el descubrimiento.
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