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viernes, 30 de junio de 2017

Tres conceptos complejos: Transhumanismo, deshumanismo, antihumanismo


Mi columna dominical de hace unos días en el Huffpost tiene que ver con tres conceptos complejos y su relación con el sufrimiento y la salud. Protagonizamos cambios que afectan a todas las esferas de existencia espoleados por una revolución tecnológica que no entendemos por completo. Es tiempo de reflexión y el presente artículo trata de ayudar a profundizar la suya.


Foto: Ricardo Cuba



Transhumanismo, deshumanismo, antihumanismo



Todos quieren tener un móvil último modelo, un ordenador nuevo, una televisión de resolución ilimitada. Coches eléctricos que se conduzcan solos, apartamentos que limpie un robot, neveras que hagan la compra por nosotros. Lo que no nos gusta tanto es tener que pagar una fortuna por estas maravillas, preferimos que los costes los asuman otros, en fábricas lejanas, en explotación invisible que nos escondan de la vista. Nos fastidia un poco que para ello haya que bajar un poco las pensiones, devaluar una pizca la educación y la sanidad pública u otros servicios esenciales cuyo deterioro progresivo a penas notamos. Eso sí, que no nos priven de ese móvil con infinitas aplicaciones, procesador de núcleos incontables y cámaras de treinta y cinco millones de píxeles, signifique esto lo que signifique.

La democracia dejó de dirimirse en las urnas, ahora elegimos el canal de televisión, la red social y la cadena de supermercados o ropa de importación, que además incluye millonarios donativos a buenas causas como plan de fidelización subliminar.

Las naciones desarrolladas se están subdesarrollando al convertir su estructura y andamiaje en un esqueleto low cost que terminará viniéndose abajo con la próxima brisa o tormenta de verano de los mercados.

Y qué decir del sufrimiento humano cuya profundidad es ahora mayor si cabe que en épocas pretéritas. Basta con asomarse a cualquier consulta de un centro de salud para comprobar como el sufrimiento se incrementa como la deuda o la inflación, siguiendo un ritmo tan acelerado y loco como esa ley de Moore de los ordenadores que los hace el doble de potentes en la mitad de tiempo. Sufren los niños, sufren los jóvenes, sufren los adultos, sufren los mayores. Casi todos acuden al sistema de salud que registra con meticulosidad las dolencias, quejas y quebrantos de cada cual, administrando con generosidad pastillas y remedios, pruebas diagnósticas y valoraciones especializadas. Lamentablemente la sanidad no cuenta en plantilla con filósofos, psicólogos, místicos, sabios, pastores o referentes en valores. Por lo que la mayoría de las cuestiones son etiquetadas como problemas físicos, psíquicos o psicosomáticos y el personal vuelve a sus quehaceres con alguna pastilla de más pero igual de confusos y atribulados, sino más.

Las cosas no van a mejorar pese a que los gurús de la tecnología afirmen que el Big Data, la telemedicina, la eSalud y otros avances revolucionarán la sanidad. En realidad lo que está pasando es que nos estamos quedando sin ella tras décadas de infrafinanciación y recortes. Caerá primero la salud mental, luego la atención primaria y finalmente los hospitales que se reconvertirán en cadenas de servicio exclusivas para unos pocos privilegiados. El resto pasará a engrosar las colas de la beneficencia que será objeto de limosnas de las grandes corporaciones o de magnates que aman hacer un bien con deducción de impuestos incluido.

Para humanizar la medicina hace falta dinero, mucho dinero. Si alguien afirma lo contrario miente vilmente. Ya llevamos muchos años de mentiras que están quemando a cientos de profesionales sanitarios que no saben qué hacer ante una situación que les desborda y para la que no están preparados, por muy extensos que sean sus curriculum.

El problema es que la situación no tiene vuelta atrás. No es posible apagar internet ni devolver al fabricante la retahíla de gadgets que adorna nuestra cotidianidad desde que abrimos los ojos por la mañana y miramos el móvil hasta que los cerramos por la noche tras apagar la correspondiente pantalla. Toca pagar y el precio va a ser alto. De momento parece que no porque lo hemos aplazado, como con tantas otras cosas. Pero al final tendremos que pagar con interés una "libra de carne" que tal vez nos deje más maltrechos de lo que con ingenuidad imaginamos, como pasó con aquel joven que tuvo problemas de deudas con un cruel mercader veneciano.

Tal vez en poco tiempo tengamos transhumanos que pasen al cielo de los elegidos. Lo que está claro es que tendremos turbas deshumanizadas en los infiernos cotidianos y que con seguridad surgirán antihumanos ya sea de silicio o de fundamentalismos varios a la carta.

Si lo dicho hasta ahora parece descorazonador tendrán que perdonarme pero no ha sido posible edulcorarlo. Si lo incorporan a su reflexión y a la de sus círculos de conversación al menos tendrán la posibilidad de comprobar o no su verosimilitud y prepararse para cambios que serán mucho mayores a lo que llevan visto.

domingo, 1 de junio de 2014

Manual de estilo para médicos en redes sociales

Dibujo de Mónica Lalanda









Hablar en público requiere de unas formas diferentes al habla privada. Dado que las redes sociales son la nueva plaza del pueblo parece sensato aprender unas mínimas normas de etiqueta basadas en el sentido común y la prudencia. Está claro que quien abre la boca se equivoca, pero nunca tuvimos tantos ojos fijos en nosotros como ahora. Los médicos nos hemos comunicado entre nosotros y con la sociedad usando un rígido paralenguaje críptico y arcano. Hemos usado libros y artículos científicos, a menudo vedados para el común de los mortales. Pero internet lo ha cambiado todo. El conocimiento se ha democratizado y la comunicación también. La sociedad está en la web social y los médicos deberían estar allí con ella.

Un equipo de excelentes profesionales de la medicina liderados por Mónica Lalanda  llevan meses trabajando duro para crear una guía que sirva de marco y ayuda a los médicos que se decidan a usar redes sociales e internet como vía de comunicación, aprendizaje y participación. La guía se encuentra ahora en periodo de modificación pública por lo que animo a todo profesional interesado a leerla y participar en su redacción final.

Este proyecto es un ejemplo vivo de un documento colaborativo que se abre a la participación general. En los libros de antes esto no era posible. Ahora no solo es una posibilidad, sino el camino a seguir si queremos enriquecer con inteligencia colectiva nuestras ideas e intuiciones. La OMC, con su presidente a la cabeza, auspicia esta aventura que significa el primer trabajo serio en español a la zaga de las guías Neozelandesa, Inglesa y Canadiense.

Junto a la dra. Lalanda, Rafael Olalde, Beatriz Satué, Rosa Taberner, Marian Jiménez Aldasoro, Jose Antonio Trujillo, Rodrigo Gutierrez Fernandez, y los estudiantes de Medicina Iris Mar Hernández, Jesús José Camacho, Enrique Sánchez Aciaga, Emilio Delgado y Guillermo Jiménez  nos invitan a entrar en un nuevo horizonte de comunicación social en el que encontraremos retos y oportunidades. Las propuestas y visiones que ellos nos señalan nos ayudarán en la navegación de estas novedosas aguas, en las que a veces nos mojaremos, naufragaremos y atravesaremos tormentas pero que nos llevarán, si el viento y las corrientes son propicias, a tierras y mundos por explorar.



Puedes descargar la guía en esta página y dejar tus comentarios.



 Comparto un documento breve de la web del proyecto con las ideas fuerza de la guía. Puedes hacer comentarios en la parte inferior

MANUAL DE ESTILO PARA MEDICOS Y ESTUDIANTES DE MEDICINA SOBRE EL BUEN USO DE REDES SOCIALES


  • RESPETAR LA CONFIDENCIALIDAD Y EL SECRETO MÉDICO
Si se vierte información clínica en Redes Sociales, es siempre importante:
-Asegurarse que el paciente no es reconocible ni identificable no solo a través de las imágenes o datos sino por asociación respecto a localización del médico, centro sanitario, especialidad…etc
-Hacer un uso profesional buscando un objetivo claro siempre en beneficio de un paciente en particular o de la medicina académica en general (ya sea por motivos docentes o de intercambio con otros profesionales); evitando sensacionalismo y morbosidad
-Tener cautela en el uso de sistemas de intercambio de información en las cuales la seguridad de los datos enviados está en entredicho (leer las condiciones de privacidad y uso de las aplicaciones de mensajería)
-Recordar que no es sensato el almacenamiento en teléfonos móviles u ordenadores portátiles de información o imágenes no encriptadas.
-Pedir permiso al paciente antes de sacarle una foto y explicarle en términos que pueda entender cual es el objetivo de esa fotografía.

  • EVITAR CONSEJO MÉDICO DIRECTO A PACIENTES VIRTUALES
Cuando al aparecer en redes como médicos, cualquier usuario (conocido o desconocido) nos realiza una consulta on-line, es importante tener en cuenta que:
-No existe la obligatoriedad  de contestar (no es una situación de buen samaritano), pero si es adecuado y muy deseable  redirigirle a una fuente fiable (página web o blog) donde pueda resolver sus dudas o indicarle que consulte a su propio médico.
-Puede ser recomendable aprovechar el poder amplificador de las redes sociales para resolver dudas que pueden ser de interés general y realizar así una labor divulgadora que puede ser muy enriquecedora (salud pública, promover hábitos de vida saludables, fotoprotección, etc.).
-Debemos ser especialmente prudentes en el caso de consultas de otros profesionales (segunda opinión), en especial cuando éstas incluyan fotografías y datos del paciente reconocibles por terceros.

  • MANTENER UNA  IMAGEN VIRTUAL PROFESIONAL Y ADECUADA 
Cuando un profesional elige libremente presentarse en Redes Sociales utilizando su título de médico o con uniforme de médico en su avatar, es importante que recuerde que de alguna manera está dando una imagen corporativa respecto a la profesión. Es por lo tanto deseable:
-Evitar un uso inadecuado e inconveniente de las redes sociales que pueda suponer una merma de la capacidad de representación o en la confianza de nuestra sociedad por sus profesionales médicos. Es aconsejable ajustarse a las expectativas existentes en la sociedad con respecto al ejercicio médico.
-Evitar actitudes insensibles, frívolas o poco acordes con unas elementales normas de urbanidad, es decir, educación, cortesía y respeto.
-No opinar con ligereza respecto a temas médicos, actuar y comportarse con prudencia y valorar siempre el contexto, los interlocutores y el tema abordado, así como las referencias y fuentes utilizadas (en intercambios directos o en blogs…etc)

  • EVITAR QUE EL USO DE NUEVAS TECNOLOGÍAS DESVÍEN NUESTRA ATENCIÓN DURANTE LA CONSULTA DIRECTA CON PACIENTES 
Con este objetivo, es importante:
-Evitar interrupciones particularmente si pueden afectar a la intimidad y confidencialidad de los datos.
-Evitar hacer y recibir llamadas telefónicas o intercambios virtuales que no sean absolutamente imprescindibles, y en ese caso solicitar autorización y ser lo más cuidadosos posibles.

  • EJERCER RESPONSABILIDAD SOBRE LA INFORMACIÓN MÉDICA  DIFUNDIDA EN REDES SOCIALES
Como parte de nuestra presencia como profesionales de la salud en redes sociales, es importante tener en cuenta que:
-La información médica difundida en redes sociales debe ser comprensible, veraz, ponderada y prudente. La competencia que nos da nuestra formación profesional hace que nuestras opiniones puedan considerarse como referente
-La responsabilidad sobre la información médica en redes sociales no se diluye porque el receptor de la misma sea múltiple, simultaneo o desconocido. La posibilidad de interacción es además una enorme ventaja
-La creación y difusión de contenidos de calidad, no siendo una obligación profesional, si es muy aconsejable (promoción de blogs, páginas web y foros virtuales)
-Es altamente deseable estar alerta e interceptar, siempre que sea posible y adecuado, información médica no veraz que pueda alarmar a la población o poner en riesgo su salud

  • MANTENER EL RESPETO EN LA INTERACCIÓN CON COMPAÑEROS O EN LOS COMENTARIOS SOBRE ELLOS
-En caso de discrepancias sobre temas médicos o profesionales las redes sociales pueden ser un instrumento para el diálogo. En cualquier caso, se deben evitar las descalificaciones y las expresiones peyorativas sobre compañeros y otros profesionales sanitarios.
-Se debe evitar las alusiones a los ámbitos personales y privados de los otros compañeros.

  • REALIZAR UN BUEN USO DE LA PUBLICIDAD Y LA MARCA PERSONAL DEL MÉDICO
-La reputación del profesional, tanto dentro como fuera de la red, es uno de los mayores activos de cualquier médico o institución sanitaria. La promesa de valor de cualquier profesional o institución sanitaria debe respetar la libertad y dignidad de los pacientes, y ser justa con su realidad.
-El prestigio profesional médico, es el que fomenta las relaciones de confianza con los pacientes, que puede hacerse más visible a través de la publicidad, el marketing y la marca personal. Estos han de ser siempre objetivos, prudentes y veraces.

  • REDES SOCIALES Y CÓDIGO DE DEONTOLOGÍA
Es necesario tener presente los artículos del Código de Deontología que tratan de este tema:
ARTÍCULO 26. 3. El ejercicio clínico de la medicina mediante consultas exclusivamente por carta, teléfono, radio, prensa o internet, es contrario a las normas deontológicas. La actuación correcta implica ineludiblemente el contacto personal y directo entre el médico y el paciente.
ARTÍCULO 26. 4. Es éticamente aceptable, en caso de una segunda opinión y de revisiones médicas, el uso del correo electrónico u otros medios de comunicación no presencial y de la telemedicina, siempre que sea clara la identificación mutua y se asegure la intimidad.
ARTÍCULO 26. 5. Los sistemas de orientación de pacientes, mediante consulta telefónica o telemedicina, son acordes a la deontología médica cuando se usan exclusivamente como una ayuda en la toma de decisiones.
ARTÍCULO 26. 6. Las reglas de confidencialidad, seguridad y secreto se aplicarán a la telemedicina en la forma establecida en este Código.





Puedes descargar la guía completa aquí y hacer comentarios en la parte inferior.
Si eres médico esta es tu oportunidad de participar en un documento vivo que trata de ser una ayuda para muchos profesionales. Muchas gracias de antemano.


lunes, 7 de octubre de 2013

¿Estamos haciendo bien la atención a domicilio en Atención Primaria?

El dr. Fernando Casado con don Dionisio. Foto de Clara Benedicto.




¿Qué pasaría si crearamos un sistema, una organización, que castigue a los virtuosos y premie a los mediocres?... efectívamente, no duraría mucho. En el último seminario de innovación en Atención Primaria tuvo lugar el 8 de octubre en Madrid se trató el tema Innovaciónen la prestación de servicios a domicilio en atención primaria, distribución defunciones y tecnologías. Desgraciadamente la atención domiciliaria es una de las Cenicientas de todo el sistema sanitario. Más correctamente sería la Cenicienta de la Cenicienta... La organización de los centros de salud obliga a los médicos a mantener rígidas agendas que los anclan a la consulta, una consulta cada vez más sobrecargada y llena de burocracia. No hay tiempo para ir a domicilio. O mejor dicho, ese tiempo no se prioriza. Los profesionales que se esfuerzan por dar mejor servicio a domicilio no son recompensados, han de hacerlo forzando generalmente el ritmo de consulta, usando su tiempo personal (terminando más tarde su servicio) o a costa de más stress. ¿Cómo ir a un domicilio programado si tengo una consulta de 50 pacientes, más urgencias? dirán muchos. Y lo triste es que la tendencia es a incrementar esta presión. Cada vez hay menos suplentes, menos médicos, lo que implica asumir el trabajo del ausente. A esos 50 súmenle otra docena de pacientes... Lo urgente no deja tiempo a lo importante. Lo mismo ocurre con los que ofrecen comunicación telefónica o por correo electrónico a sus pacientes, o simplemente con aquellos que apuestan por mantener un perfil de prescripción razonable, navegarán con el viento en contra sin que la organización haga aparentemente nada por ayudarles.

Me parece bien que los médicos de familia se replanteen cómo están afrontando la atención domiciliaria, que cada cual se evalúe y vea si dispone de espacio de mejora. También me parecería bien que las gerencias se plantearan este tema con la seriedad que merece. Para gestionarlo bien hay que manejar líneas de mejora reales y no discursos vacíos. ¿Se ha evaluado alguna vez lo que las gerencias hacen a este respecto? 

 Aporto algunas sugerencias.


1. Flexibilizar las agendas.
2. Potenciar al máximo el rol de enfermeria en los cuidados domiciliarios.
3. Facilitar que los médicos de familia tengan tiempo asignado a esta función.
4. Mejorar los sistemas de información para que los datos de los pacientes complejos domiciliarios estén disponibles para Atención Primaria y el hospital de referencia. 
5. Introducir tecnología de monitorización y ayuda al cuidado de estos pacientes. 
6. Mejorar la coordinación con servicios sociales, comunitarios, voluntariado y red familiar. 
 7. Estudiar si las plantillas están correctamente dimensionadas para la población, presión asistencial y número de pacientes domiciliarios atendidos por el equipo.


Me gustaría ser capaz de mejorar mi atención a domicilio. Me comprometo a hacer la necesaria reflexión. Pero si no encontramos apoyo en el nivel gerencial y político no será nada fácil mantener las buenas intenciones. Desgraciadamente evidenciar los presupuestos menguantes durante lustros en Atención Primaria es una realidad más potente que los discursos huecos que llevamos años manejando. 



Les comparto el resumen del SIAP 2013 redactado por el dr. Juan Gérvas, coordinador e impulsor de la iniciativa.


Verdi - Choir of the Hebrew Slaves, from Nabuco by Various Artists on Grooveshark
 

 

SEMINARIO DE INNOVACIÓN EN ATENCIÓN PRIMARIA

Innovación en la prestación de servicios a domicilio en atención primaria, distribución de funciones y tecnologías[1]

Los "avisos a domicilio" han sido durante siglos parte del trabajo diario de los profesionales de atención primaria. Los cambios epidemiológicos y sociales conllevan mayor necesidad de dichos servicios sanitarios a domicilio, entre otros factores concretos por el aumento de la supervivencia con procesos invalidantes, la urbanización y cambios "geográficos" varios (de densidad de población, por ejemplo), la disminución del tamaño de la familia y de la red de soporte informal, y el incremento general de otros servicios a domicilio.
Sin embargo, conforme aumenta la necesidad y la demanda de servicios sanitarios a domicilio está disminuyendo la prestación de los mismos pues hay una falta de interés por parte de los profesionales y de incentivos y cambios organizativos por parte de los gestores de atención primaria de modo que se "vive" la atención a domicilio como un despilfarro de tiempo, un trabajo poco atractivo sin impacto en salud, y un periodo de  abandono del centro de salud y de lo "importante". Por consecuencia se crea un "vacio" que tiene a ocupar la innovación y la iniciativa al hospital. Son ejemplos de la expansión hospitalaria la proliferación de unidades de cuidados paliativos a domicilio (que con distintos nombres "descargan" de trabajo a la primaria), las unidades de alta precoz a neonatos con bajo peso y también la creación de "unidades de insuficiencia cardíaca" (básicamente enfermeras del hospital que siguen por teléfono a los pacientes recluidos a domicilio).
En su contexto general el domicilio puede verse como un "ecosistema" que genera información que permite la toma de decisiones; por ejemplo, la del contador del agua consumida (para el cobro y/o para el cálculo de los miembros de la familia que lo habitan) y en otro ejemplo, en el futuro, la información de sensores que permitirán crear "patrones de normalidad" y deducir cuándo un anciano ha cambiado bruscamente sus hábitos por quedarse en cama por los molestias prodrómicas de una neumonía.
El abandono de la atención a domicilio rompe la esencia de la atención primaria, la longitudinalidad (prestación de servicios muy variados a lo largo del tiempo por profesionales conocidos y "re-conocidos" por los pacientes, que utilizan sus servicios como puerta de entrada al sistema sanitario). Además, en muchos otros casos dicho abandono rompe la coordinación, en el sentido de toma de decisiones que "encadenen" los distintos eventos previos de atención de forma que el resultado final sea la mejor alternativa para la atención del paciente.
Pese a la importancia de la atención a domicilio para la longitudinalidad y la coordinación es raro que, por ejemplo, los residentes de Medicina de Familia se involucren y hasta hablen de "los casos a domicilio" (lo frecuente es el comentario sobre los casos y situaciones en urgencias, donde se prestan servicios fragmentados, sin longitudinalidad y generalmente con poca coordinación). En otros ejemplos, los pediatras de atención primaria han logrado reducir casi a cero los servicios que prestan a domicilio, por muy complejas que sean las situaciones de sus pacientes (y familias), las enfermeras siguen considerando "el centro de salud" como "el centro de trabajo" cuando su lugar natural sería la calle y los médicos generales-de familia muchas veces se turnan para atender los avisos a domicilio urgentes y dedican sólo unas horas de un día a la semana (o cada dos semanas) a los pacientes crónicos recluidos a domicilio.
En imagen, la longitudinalidad exige "pilotos de aviación"; es decir, profesionales polivalentes muy accesibles que permanezcan mucho tiempo en el mismo destino y tengan gran autonomía de decisión, responsabilidad y reconocimiento (social, profesional y monetario) que les permita organizar su propio trabajo con independencia y respaldo de una gestión que introduzca innovación y tecnología apropiada. Lo lógico es descentralizar "el poder" en la atención sanitaria, dada la complejidad de las situaciones a que tiene que dar respuesta el clínico. Tal descentralización debería conllevar la asunción de riesgos por los profesionales y el reconocimiento en los casos oportunos ("prima de riesgo"). Se trata de llevar gestión a la clínica y viceversa.
En imagen, la coordinación exige "directores de orquesta" capaces de producir un resultado armónico en salud con el mejor uso de los recursos varios sanitarios y el apoyo a la autogestión del propio paciente y de su familia. Esta coordinación puede incluso ejercerla de facto en ciertos casos y situaciones el personal administrativo sanitario, con formación y conocimientos específicos del estilo de lo que se encuentra en Noruega, por ejemplo. La tecnología de la comunicación facilitaría mucho la coordinación si contara con "interoperatibilidad" (sistemas que sean compatibles entre sí, en lugar de la quimera actual), pero nada supera al conocimiento personal entre los distintos agentes que prestan los servicios.
Es posible dar respuesta a los retos de la longitudinalidad y la coordinación que implican a veces el seguimiento y la disponibilidad las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin que ello signifique un régimen de esclavitud ni un imposible. Hay que contar con tecnología apropiada, una organización lógica, incentivos suficientes y "equipos funcionales" en los que se delegue hasta el nivel más bajo posible responsabilidad y autoridad al tiempo que reconocimiento y remuneración. De hecho ese es un objetivo en el Reino Unido para los médicos generales en 2014 en lo que respecta a los pacientes "frágiles" recluidos en sus domicilios
Conviene "romper" la idea que asocia "servicios a domicilio" con médico y/o enfermera (¡y menos con la visita los dos al tiempo, por aquello de que "cuatro ojos ven más que dos"!) pues son muchos los agentes que pueden prestar los servicios, desde el farmacéutico comunitario al fisioterapéuta, desde el psicólogo al especialista (en visita, esta sí, compartida con el médico de cabecera), desde la limpiadora al técnico que supervisa los aparatos instalados. El objetivo final es prestar servicios efectivos que faciliten la independencia y la vida digna a domicilio dando respuesta a los problemas prácticos (sin excluir el debate ético acerca de las posibles intromisiones en la intimidad de la vida personal y familiar de los pacientes).
La prestación de servicios sanitarios a domicilio supone dar respuesta a problemas agudos y crónicos en contextos muy concretos. Por ello se requiere "mucha atención primaria a domicilio" pues a pacientes complejos convienen respuestas flexibles que tengan en cuenta la historia y los valores del paciente en su situación peculiar. Así, al paciente invalidado por una fractura de tibia que vive en un cuarto piso sin ascensor; o la paciente con Alzheimer muy evolucionado que le impide deambular incluso del brazo de su esposo; o el niño con parálisis cerebral que está empezando ya la adolescencia casi sin salir de la cama desde que nació; o el paciente con insuficiencia renal grave que prefiere la diálisis peritoneal en casa; o el anciano que vive en un asilo (residencia) que tiene fiebre persistente; o el adulto con esquizofrenia en un piso compartido "tutelado" que tiene un "brote" y se encierra en su habitación; o el turista alojado en un hotel que presenta un cuadro de diarrea incoercible que le recluye casi en el aseo-cuarto de baño; o la mujer en el primer trimestre del embarazo con hemorragia vaginal intensa; o el paciente con SIDA en situación terminal que desea morir en su casa; o la parturienta que prefiere ser atendida en su casa en el pueblo; etc. Todos estos pacientes y situaciones explican que en atención primaria haya "camas", como en el hospital, pero situadas en los domicilios de los pacientes. Para un cupo de dos mil pacientes se pueden estimar unas veinte "camas" de pacientes crónicos recluidos en domicilio que pueden exigir unas veinte visitas mensuales. En el trabajo práctico conviene la suma de esfuerzos de muy distintas organizaciones (sanitarias públicas y privadas de ambos niveles y variadas especialidades, sociales de diferentes administraciones y ámbitos, organizaciones no gubernamentales y otras). Lo clave es prestar servicios necesarios que alarguen la vida (si se puede) y disminuyan los sufrimientos con la debida longitudinalidad y coordinación.
Las situaciones y casos clínicos son múltiples y los servicios necesarios muy variados. En la práctica es un campo de trabajo que se presta a la opacidad y a consecuentes problemas de eficiencia y equidad pues se mezclan intereses 1/ de entidades privadas y públicas, 2/ de varios niveles de atención sanitaria y social, 3/ de profesionales muy distintos, 4/ de muchas administraciones, 5/ de sectores que tienen que ofrecer ágiles servicios cambiantes en intensidad y calidad según pasa el tiempo y se modifica la situación clínica y social de cada paciente-familia, 6/ de cuidadores formales e informales, de forma que en muchos casos los servicios pueden ser complementarios, pero a veces se ignora y hace invisible la carga sobre los hombros familiares (o al revés, la familia descarga en exceso en el servicio sanitario), y 7/ de necesidades muy distintas; por ejemplo, desde el control del dolor y la disnea que requiere sedación terminal al suministro de comida caliente al paciente con insuficiencia cardíaca, pasando por atención dental al paciente parapléjico encamado y el apoyo de un voluntario, unas horas, para que pueda salir al cine con su marido la madre y cuidadora principal de un niño con síndrome de Rett.
Existen ejemplos de mejora en la prestación de servicios en situaciones complejas que incluyen los domicilios. Así, la reforma de la salud mental en España con su énfasis en la comunidad y la prestación de servicios muy variados por una red plástica que se acerca al paciente y lo mantiene sin ingresos hospitalarios (o los mínimos y tan cortos como sea posible) http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1135-57272011000500002&script=sci_arttext
También sirve de ejemplo el desarrollo en Portugal de una compleja red de cuidados continuados integrados que van desde el hospital de agudo a la atención paliativa, pasando por el domicilio del paciente y por atención "intermedia" de cuidados "mínimos" y de atención a corto y de largo plazo, con énfasis en la rehabilitación
Es también un ejemplo el de Nueva Zelanda, en Canterbury, de integración de servicios sociales y sanitarios, con liderazgo clave por los médicos generales
Estos ejemplos señalan alternativas que deberían llevar al aumento de la atención a domicilio, presencial o a distancia. Es atención que en muchos casos no requiere ni siquiera de profesionales sanitarios pues pueden prestarlos para-profesionales (por ejemplo, respecto a la atención a domicilio por problemas familiares graves sociales) o voluntarios tipo "paciente-experto" (por ejemplo, la visita a la puérpera por una multípara serena y con formación específica), o incluso el propio paciente y su familia con el apoyo que sea necesario. En todo caso, conviene "cuadrar" las necesidades con las habilidades y conocimientos que se requieren para dar respuesta. Así, por ejemplo, el tratamiento oncológico a domicilio requiere enfermeras capacitadas, la diálisis peritoneal requiere pacientes cooperadores, el parto a domicilio matronas competentes en una red bien organizada para dar respuesta a las complicaciones, la paciente con Alzheimer suministro de comida caliente y sistemas de control que prevengan caídas, etc.
Hay una gran variedad de aplicaciones tecnológicas que pueden ayudar a responder a los retos que plantea la atención a domicilio. Ya hay mucha en uso, como el teléfono que facilita la consulta con el profesional "de cabecera". La tecnología puede ser preventiva (para tratar de evitar caídas, por ejemplo), diagnóstica (una simple balanza para seguir los cambios del peso corporal de pacientes con edemas, por ejemplo, o ecógrafos y electrocardíografos manuales), terapéutica (para evacuación en el paciente terminal con ascitis muy molesta, para diálisis peritoneal en paciente con insuficiencia renal grave, para administración intravenosa de antineoplásicos, etc), de comunicación (el teléfono ya citado para comunicarse con el médico de cabecera, por ejemplo, y otros sistemas que permiten el contacto con el profesional responsable), de monitorización (biosensores, actividades de la vida diaria como por ejemplo saber si el paciente ha comido caliente, o si ha tenido contacto directo o indirecto con la familia, monitorización ambiental, etc.), de rehabilitación (cardíaca, pulmonar, músculo-articular, etc.) y otras, como las precisas para el apoyo a los cuidadores. En muchos casos esta tecnología puede "atraer" en exceso y utilizarse sin sentido; de hecho, hay "experimentos" que han acabado en fracaso pues se han aplicado sin tener en cuenta el valor real del servicio (lo que se "añade" a la situación previa). Sin embargo, existen también aplicaciones de indudable éxito, incluso respecto a disminución de la mortalidad (por ejemplo, teleatención a pacientes con diabetes y a pacientes con insuficiencia cardíaca), como se ha demostrado en Canadá
Las aplicaciones tecnológicas a domicilio cumplen criterios científicos que les abren las puertas de las mejores revistas clínicas científicas del mundo, y si no aciertan por completo, al menos se suele identificar dónde fracasan y se puede emplear el conocido método de "ensayo-error" para proponer alternativas y mejoras. Así, en el Reino Unido ha sido un fracaso relativo el "Whole System Demonstrator Project", pese al entusiasmo inicial, pero de las lecciones aprendidas ha surgido el proyecto muy mejorado de "3 million lives"
Por todo ello, conviene el análisis riguroso del uso práctico de las tecnologías para seleccionar lo que responda a necesidades reales de los pacientes y de la sociedad, con la equidad como bandera (y desechar lo que puramente sea una especie de "disease mongering", de creación de demanda que satisfaga sólo a los fabricantes, intermediarios, proveedores y "expertos"). Como con los medicamentos, en tecnología la oferta es mucha pero sólo cabe utilizar lo apropiado de valor demostrado. Por ejemplo, tener en cuenta el análisis de un dispensador automático de medicación a domicilio, en que se pudo demostrar que lo importante era el trabajo de la enfermería y que nada añadía la tecnología
En último término, la atención a domicilio puede ayudar a gastar mejor (y menos), resolver con empatía y calidez problemas agobiantes y al tiempo llevar los servicios a quienes más los precisan. Se cumpliría así el lema de "máxima calidad, mínima cantidad, tecnología apropiada, por personal adecuado, en el momento y lugar preciso y tan cerca del domicilio del paciente como sea posible". Si la primaria persiste en abandonar el campo de los servicios a domicilio (y el de las aplicaciones tecnológicas) perderán los pacientes, la sociedad y los profesionales. Lo prudente es incorporar servicios y tecnología para resolver necesidades, y ofrecer la atención con la mejor longitudinalidad y coordinación. Ello exige la cooperación con el hospital de forma que a su interés por las "camas" de los hogares se sume la longitudinalidad y la coordinación que puede ofrecer la primaria.





1.                [1]         Los Seminarios de Innovación en Atención Primaria se celebran desde 2005. Este es el 26º, y el encuentro presencial se realizó el sábado 28 de septiembre de 2013, en Madrid, en la sede de la Organización Médica Colegial, entre las 09,00 y las 15,00 horas. Fueron ponentes: Laura Pellisé (Center for Research in Health and Economics, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona) con "Atención a domicilio; algunas claves desde la teoría de las organizaciones y desde economía de la salud"; Carlos H. Salvador (Unidad de Investigación en Telemedicina y e-Salud, Instituto de Salud Carlos III, Madrid) con "Atención a domicilio con base tecnológica. Resumen sobre tecnologías y servicios"; y Juan Gérvas (Equipo CESCA, Madrid) con "La atención a domicilio en la práctica clínica. Del pasado al futuro con un presente incierto".  El debate cara a cara estuvo precedido por dos meses de trabajo virtual, en un grupo que contó con 90 participantes que intercambiaron un total de 200 correos-electrónicos, sobre cuestiones generales, estudios publicados, experiencias personales locales-nacionales (de Argentina, Chile, España, Portugal y Uruguay) y los textos de los ponentes, que circularon con tres semanas de antelación al debate presencial. Los participantes fueron en mayoría médicos de familia/generales, residentes de Medicina de Familia y enfermeras, pero hubo también trabajadoras sociales, psicólogos, farmacéuticos, profesores, técnicos de salud, pediatras, fisioterapéutas y otros. Asistieron al encuentro presencial 49 participantes que realizaron 22 preguntas en las cuatro horas de debate abierto. Este texto es un resumen del debate virtual y presencial y es responsabilidad de Juan Gérvas, aunque ha sido mejorado por las críticas y comentarios de los otros ponentes y de los participantes. Se publicó una entrevista sobre el seminario en "Médicos y Pacientes" http://www.medicosypacientes.com/articulos/gervas21013.html


Ponencias y más materiales del seminario recopilados por la dra. Elena Serrano.


 

sábado, 16 de marzo de 2013

El triunfo del smartphone







La imagen ilustra la plaza de San Pedro con 8 años de diferencia. Parece que las cosas han cambiado. Y seguirán haciéndolo. La conexión a internet, la realización de imágenes y el compartirlas en directo, los dispositivos móviles accesibles a casi todo el mundo...

El mundo sanitario parece que aun no ha tomado la medida a estos cambios. Parece claro que será necesaria una adaptación.

Muchos siguen sin verlo, otros llevamos ya tiempo señalando en esa dirección. La sociedad se está moviendo.

Es verdad que aun no hay evidencias científicas que respalden la telemedicina, las aplicaciones móviles y las nuevas herramientas. Es verdad que hay muchísimo humo en el mundo tecnológico.

Pero lo que está claro es que cada vez más pacientes llevan un teléfono móvil en el bolsillo, cada vez más pacientes están conectados  a internet.

¿Sabremos convertir esta realidad en oportunidad en lugar de amenaza?

Foto vía @edans

lunes, 11 de junio de 2012

Telemedicina




Es un término de moda, todos hablan de ella. Soledad Valle nos hace un resumen de la jornada Comsalud en Diario Médico. Una jornada muy bien organizada por Carlos Mateos, en la que por primera vez se intenta abordar de forma multidisciplinar los problemas éticos y legales que la telemedicina y las nuevas tecnologías de la comunicación proponen. El hecho de que en la jornada hubiera dos médicos de familia de Madrid, dice mucho del nivel que los profesionales de atención primaria tienen en este campo, no porque tengamos muchos medios, sino porque tenemos muchas ganas de hacer mejor las cosas.

Compartí mesa con Carmen Perete una abogada resuelta y profesional que repasó el marco legal que en el momento actual no muestra mucha precisión ni adecuación al ritmo cambiante del fenómeno. 

El problema de fondo sigue sin resolverse. Como médico puedo usar herramientas web para  comunicarme mejor con pacientes, pero si mi organización me obliga a usar un 30% de mi tiempo a solucionar burocracia y me provee de sistemas informáticos que me causan dolor no estamos haciendo las cosas bien. 








foto: Carmen Perete y un servidor fotografiados por Lenda (Diario Médico)

gráfico:  Eysenbach G. JMIR 2001;3(2):e20 (doi: 10.2196/jmir.3.2.e20) vía Somos Medicina

lunes, 24 de enero de 2011

E-salud, mentiras y cintas de video




La película de Steven Soberberg fue en su dia una muestra de talento (escrita en 8 días y rodada en un mes) que nos da pié a una reflexión sobre la e-salud.

Nadie parece saber si sirve para algo. Se dedican grandes cantidades de dinero para investigar su rentabilidad, sus posibles aplicaciones. Las primeras respuestas parecen ser negativas.

Si me permiten una respuesta les adelantaré de que la e-salud, en el momento actual no existe.

Muchos podrán decir que esta afirmación es excesiva, por cuanto la historia clínica electrónica está muy extendida. Bien, es cierto. Pero el nivel de la historia electrónica actual es parbulario. No permite telemedicina, no hay herramientas de mediciana basada en la evidencia y salvo alguna excepción, no incluye herramientas de seguridad del paciente ni de coordinación entre el centro de salud y el hospital.

Por otro lado, los pocos médicos de familia en activo que hemos avanzado alguna propuesta de comunicación electrónica con pacientes, Fernando Casado, Antonio Ruiz y su equipo, Josep Casajuana y otros grupos que han ensayado correo electrónico para pacientes, llegamos a las siguientes conclusiones:

1. El correo electrónico favorece la comunicación médico-paciente pero no reduce consultas presenciales. Hoy su uso es testimonial, mínima implantación.
2. El sistema de salud no está preparado para implementar cambios. Por falta de cultura profesional y ausencia de incentivación o ayudas del nivel gestor.

Añado de mi cuño:
1. Prácticamente nula participación en redes sociales con pacientes.
2. Inicio de trabajo en red profesional, usando blogs y twitter fundamentalmente. Esto si que está teniendo impacto y produciendo proyectos de calidad (gripe y calma, Mi vida sin ti, Atención Primaria 12 meses 12 causas...)

¿Y en el futuro? probablemente tenga su espacio. Para el que se requiere un cambio de mentalidad. Internet es al fin y al cabo como fue el teléfono en su dia. Un instrumente que permite establecer conversaciones.

Esto nos ofrece más posibilidades, abre el espectro a comunicaciones asíncronas y de poco impacto hasta la comunicación síncrona presencial que sigue siendo la de mayor calidad.

Twitter
SMS
e-mail
Chat
teléfono
videoconferencia
Consulta presencial


Hay cuestiones para las que necesitamos que médico y pacientes se citen en consulta, otras podrían solucionarse con una llamada, un correo elecrónico o un mensaje de móvil.

No hay que inventar nada, tan solo usar el sentido común.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Recomendaciones para uso de correo electrónico médico-paciente


El correo electrónico es un medio más de comunicación que utilizamos a menudo en nuestras vidas. Es posible utilizarlo para comunicarse con profesionales sanitarios siguiendo unas sencillas recomendaciones:


1. Consentimiento.

Antes de usarlo piense si de verdad le compensa o está de acuerdo en los requisitos, si tiene alguna duda pregúntela. En cada correo hacemos mención del consentimiento informado, por el que acepta comunicarse con nosotros mediante este medio.



2. Confidencialidad.

Todo medio de comunicación se puede vulnerar, el correo electrónico también. Al estar depositado en servidores ajenos no podemos responder por ellos. Por ello no transmita información que considere especialmente sensible. En estos casos mejor dejar una carta o nota en el cajetín de su médico en la unidad administrativa del centro, o hablarlo directamente en consulta.

Si es su deseo mandar información muy sensible para usted por correo electrónico puede crear un fichero zip  con contraseña y mandar dicha contraseña por nota o llamada telefónica.

Este servicio cumple  con las normas de la Comisión Permanente de Médicos Europeos para la Telemedicina y con la Ley de Protección de Datos. En cada mensaje que usted nos envíe debe identificarse con nombre y apellidos y adjuntar el código personalizado que le hemos suministrado en el centro de salud, sin el cual, no contestaremos ningún correo por su seguridad.

Haremos copia de su correo electrónico en su historia clínica.



3. Tipo de consultas.

 Resultados de pruebas complementarias (citologías, analíticas, radiografías, ecografías, etc).


 Problemas o cambios de recetas de crónicos.

 Consultas de problemas de salud que no requieran exploración física.

 Seguimiento de enfermedades crónicas y su tratamiento.

 Resolver dudas relacionadas con su salud.

 Resolver dudas de problemas burocráticos.

 Tramitación o cambio de citas concertadas que su médico le haya dado.

 Buzón de sugerencias.



4. Tiempo de respuesta.

El correo será revisado diariamente al menos una vez al día, de lunes a viernes. Trataremos de responder en 24-48 horas.

El correo estará inactivo en periodos vacacionales y será avisado de ello, de forma automática, al enviar un correo.



 

NO DEBE UTILIZAR ESTE MEDIO DE COMUNICACIÓN EN SITUACIONES URGENTES.
Como sabe hay otros canales telefónicos o de emergencia.

Tampoco se debe utilizar para consultas que requieran exploración física.

El uso de este medio de comunicación consume tiempo de su médico, úselo con prudencia como todo servicio sanitario. Para que funcione bien es necesario su buen hacer.

Dado que no se recibe ningún tipo de gratificación ni incentivo por este servicio, solicitamos a los pacientes que traten de usar lo mejor que puedan los servicios de su médico evitando consultas innecesarias o repetitivas.

Hoja de información para pacientes.