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jueves, 19 de noviembre de 2020

Narrativa en redes sociales. Narrative in social networks. 社交網絡中的敘事。

 




Ayer mi amigo Ángel González celebró sus 12 años en Twitter, al rato me di cuenta de que compartía con él la efemérides. Y ya son años. En ellos han cabido muchas cosas, mucha gente, muchos proyectos y algunos resbalones. La maquinaria de la red social ha ido cambiando y el algoritmo ha manipulado progresivamente la conversación para beneficio de sus responsables y de la miriada de empresas que vive de la misma. Viene bien recordar que no es un servicio gratuito, pagamos con nuestros propios datos y, sobre todo, con la atención que depositamos en la herramienta

Muchos se han dado cuenta de que ahora lo que más atención demanda es lo falso, zafio y feo, la bronca, los desplantes, los gritos. Y la red social pone rápidamente los focos allá donde hay sangre o suciedad, sabiendo que es lo más rentable para sus intereses. 

Mientras más experiencia tengo menos me apetece decir nada. Algún pequeño comentario, algún poema. Mirar de vez en cuando lo que dicen perfiles escogidos y aprender de otros siempre que se pueda. Ejercer la potestad del silencio, la libertad de desconectar, la alegría de recordar que hay otros cerca.

Una higiene de la narrativa es necesaria. Igual que nos lavamos las manos a diario deberíamos lavar y cuidar nuestra forma de expresión. Aunque no tengamos mucha visibilidad los primeros beneficiarios de expresarnos con más consciencia, compasión y delicadeza seremos nosotros mismos. 


 





Narrative in social networks. 


Yesterday my friend Ángel González celebrated his 12th birthday on Twitter, and I soon realised that I was sharing the event with him. A long time. There has been room for many things, many people, many projects and some slips. The machinery of the social network has been changing and the algorithm has progressively manipulated the conversation for the benefit of its managers and the myriad of companies that live from it. It is worth remembering that it is not a free service, we pay with our own data and, above all, with the attention we put into the tool. 


Many people have realised that what now demands more attention is the false, the ugly, the rudeness, the shouting... And the social network quickly puts the spotlight where there is blood or dirt, knowing that it is the most profitable for their interests. 


The more experience I have, the less I feel like saying anything. Some small comment, some poem. To look from time to time at what the chosen profiles say and to learn from others whenever possible. Exercise the power of silence, the freedom to disconnect, the joy of remembering that there are others around.


A hygiene of the narrative is necessary. Just as we wash our hands daily, we should wash and care for our form of expression. Even if we don't have much visibility, the first beneficiaries of expressing ourselves with more awareness, compassion and delicacy will be ourselves. 






社交網絡中的敘事。


自動翻譯,抱歉。


昨天,我的朋友ÁngelGonzález在Twitter上慶祝了他的12歲生日,我很快意識到我正在與他分享這次活動。很長時間。那裡容納了許多東西,許多人,許多項目和一些單據。社交網絡的機制一直在變化,並且該算法已逐步操縱了對話,以使其管理人員和以此為基礎的眾多公司受益。值得記住的是,這不是一項免費服務,我們需要使用自己的數據以及最重要的是我們對工具的關注來支付費用。


許多人已經意識到,現在需要更多關注的是虛假,醜陋,無禮,大喊……並且社交網絡迅速將焦點放在有血腥或污垢的地方,知道這對他們的利益最有利。


我擁有的經驗越多,我說的話就越少。一些小評論,一些詩。不時查看所選個人資料的內容,並在可能的情況下向他人學習。行使沉默的力量,與外界隔絕的自由,記住周圍還有其他人的快樂。


敘述的衛生是必要的。就像我們每天洗手一樣,我們也應該洗護自己的表情。即使我們沒有太多的知名度,以更多的意識,同情心和美味表達自己的首要受益者將是我們自己。





viernes, 5 de junio de 2020

Médicos y Twitter. Doctors and Twitter. 醫生和推特。






Richard F. Cid ha realizado un análisis de varios médicos con presencia en Twitter. Llama la atención la heterogenicidad de los perfiles y del modo en que cada uno de ellos usa la herramienta. 

Los perfiles no son representativos de la gran mayoría de los médicos pero ponen de manifiesto que estas herramientas pueden usarse para múltiples propósitos: agitación social, docencia, lucimiento personal, marketing de productos o servicios, marca personal, comunicación profesional, etc...

Por mi parte son ya muchos años de presencia en redes sociales, algo que he de confesar se vuelve cansino por momentos. Eso explica que haya disminuido mi intensidad de uso. Por otro lado es terreno resbaladizo no exento de peligros. Los perfiles son siempre vistos y controlados por más ojos de los que uno se imagina, y no son siempre benévolos. 


Sigo encontrando alguna ventaja:

1. Acceso a información de calidad y a perfiles de interés.
2. Seguimiento de listas.
3. Permite visibilizar a otros ideas propias o ajenas.

Y grandes desventajas. 

1. Cada vez el ruido de fondo es mayor (más crispación, noticias falsas y tontunas).
2. La exposición propia nos convierte en vulnerables.
3. Twitter modifica su algoritmo para que cada vez sea más fácil vendernos algo y más difícil medrar.


La posibilidad de diálogo tal vez sea menor pero sigue siendo posible contactar y comunicarse con incontables perfiles. Es inteligente hacer un uso responsable y reducido de este tipo de canales. Aconsejo vivamente trabajar con listas para reducir el ruido y ser muy prudente en el contenido que se vierta evitando polemizar o tratar temas espinosos. 










Doctors and Twitter

Richard F. Cid has conducted an analysis of several doctors with a Twitter presence. The heterogenicity of the profiles and the way each one of them uses the tool is striking. 


The profiles are not representative of the vast majority of doctors but they show that these tools can be used for multiple purposes: social agitation, teaching, personal proffit, marketing, personal branding, professional communication, etc.


After many years of presence in social networks, I must confess it becomes tiresome at times. That explains why my intensity of use has decreased. On the other hand, it is a slippery slope, risky and dangerous. Profiles are always seen and controlled by more eyes than one might imagine, and they are not always benevolent. 



I still find some advantage:


1. Access to quality information and interesting profiles.
2. List tracking.
3. Allows you to make your own or other people's ideas visible.


And big disadvantages. 


1. The background noise is increasingly greater (more tension, false news and dumbness).
2. Our own exposure makes us vulnerable.
3. Twitter modifies its algorithm to make it easier to sell us something and more difficult to gain notoriety.



The possibility of dialogue may be less, but it is still possible to contact and communicate with countless profiles. It is smart to make responsible and reduced use of these types of channels. I strongly advise to work with lists to reduce noise and be very prudent in the content you pour in, avoiding polemics or dealing with thorny issues. 








醫生和推特。


自動翻譯,對錯誤感到抱歉。


理查德·西德(Richard F. Cid)對有Twitter身份的幾位醫生進行了分析。配置文件的異質性以及每個配置文件使用工具的方式都非常引人注目。


這些檔案不能代表絕大多數醫生,但是它們表明這些工具可以用於多種目的:社交激盪,教學,個人利益,營銷,個人品牌,專業溝通等。


在社交網絡中存在多年之後,我必須承認它有時會變得很煩人。這就解釋了為什麼我的使用強度降低了。另一方面,這是一個濕滑的斜坡,既危險又危險。總是以比人們想像中更多的眼睛看到和控製配置文件,而且它們並不總是仁慈的。


我仍然發現一些優勢:


1.訪問質量信息和有趣的配置文件。

2.列表跟踪。

3.允許您公開自己或他人的想法。


而且缺點很大。

1.背景噪音越來越大(越來越緊張,虛假新聞和愚蠢)。

2.我們自己的風險使我們容易受到傷害。

3. Twitter修改了其算法,以使其更容易向我們出售產品,並且更加難以獲得聲名狼藉。


對話的可能性可能較小,但是仍然可以與無數個人聯繫並進行交流。負責任地減少使用這些類型的渠道是明智的。我強烈建議您使用列表,以減少噪音,並謹慎處理所輸入的內容,避免引起爭論或處理棘手的問題。

miércoles, 29 de enero de 2020

Entrevista sobre salud digital





Comparto una entrevista que me hicieron en las jornadas de la Asociación de Salud Digital del año pasado en las que hablo de Internet para sanitarios, presencia en redes sociales, marca personal, valor social, poesía y ruido de fondo.


El 12 de febrero tendrá lugar en Madrid la próxima edición de las mismas con inscripción gratuita.

Tienes más información en su web y en Twitter: #VJornadaASD


sábado, 17 de noviembre de 2018

Digitalización de la medicina. Digitization of medicine









One of the questions I am asked the most when I explain the changes that the Internet and the current technological revolution are producing in the health world is: Is it worth it for me?


That is why I continue working to try to explain what the Tsunami of changes that our society is undergoing and that health professionals do not fully understand given the complexity of current health systems, hyper-regulated and little given to structural innovation.


I have prepared a presentation to support an exposition in this sense. It is basically visual, if someone wanted more information I refer you to my blog's tags: web 2.0, social media, social networks of this blog.





Una de las preguntas que más me hacen cuando expongo los cambios que Internet y la revolución tecnológica actual están produciendo en el mundo sanitario es: ¿me merece la pena?

Por eso sigo trabajando para tratar de explicar en qué consiste el Tsunami de cambios que nuestra sociedad experimenta y que los profesionales de la salud no terminamos de entender dada la complejidad de los actuales sistemas sanitarios, hiperregulados y poco dados a la innovación estructural.

He preparado una presentación para apoyar una exposición en este sentido. Es básicamente visual si alguien deseara más información les remito a las etiquetas web social, social media, redes sociales de este blog.


jueves, 8 de noviembre de 2018

Una década de médico en redes sociales. A decade as a doctor on social networks






 When I decided to start writing a blog as a practicing doctor in April 2008, a huge impulse to get out of the practice pushed me. I was aware then, as I am now, that it is no longer possible to maintain the same professional role as if nothing had changed. Jumping into the public arena that the Internet has opened is not an option in a society that has left behind its industrial base to settle into something as liquid as knowledge. By the mere fact of using mobile phones, search engines, apps and social networks we are already participating in this new place that is both market. If we choose to do it in a passive way this way the network will treat us. If, on the other hand, we risk producing content of any kind, the network will multiply it and spread it in a way that we will never be able to imitate. In both cases the price is high: our privacy.

In all these years I have had the option of sharing countless ideas, reflections, scientific evidence, narratives and poems... that have opened the door to conversations, people, groups and possibilities. With a few exceptions (giving a talk or conference), I have not earned any money with it, but I have to admit that the return on investment has come about in ways that are usually unsuspected. I have been able to talk to many journalists, collaborate in various media, get to know ideas, forums and remarkable people. I also participated in courses, talks and workshops in which I shared concerns, visions and possibilities. In the end, I was able to confirm once again that adage that says "there are many worlds but they are in this one". 

Was it worth it? The answer would imply a value judgment, and I don't really want to go to trial. What I can say is that the scales ended up equal. In one side there are many hours of reflection, writing, creativity and work. Of effort, constancy, attention and study. In the other to have been able to meet and learn from valuable people, to have written books, produced documentaries and videos, collaborated in interesting innovative projects, to promote scientific conferences without external sponsors... In short, I believe that I achieved what I originally intended, to get out of the consultation. And in doing so I found countless health professionals of different profiles and a society increasingly concerned about their health and their difficulties in dealing with the difficulty and disease.

Networks have changed a lot in this decade. It is more and more difficult to participate in conversations with people outside our circles of acquaintances or our ideas or interests. Almost all of us tend to relate to relatives and friends of our rope, with similar characteristics, pairs and ideology. In my assessment we have lost a lot with this tendency. 

Tension, trolls and insults have increased. When I had to suffer it, I admit that I was amazed to see how easily people who I considered serious and formed threw stones easily at facts that they judged terrible without having the data in hand. And many social networks are designed like the Roman circus in which it was enough to raise your thumb or lower it to decide the fate of those who fought in the coso for their lives. The networks end up defining us, can bring out the best in us and also the worst.

Health professionals will never be able to compete with youtubers, celebrities, postín journalists and tertullians. Our social leadership functionality is based on the great capacity for service that we deploy rather than on the visibility of our opinions on health. Very few manage to do activities of diffusion, scientific divulgation or health education  in radio, written press, television or Internet. Having participated in some of them I know well the work and effort behind them, so I admire and value each time that a colleague comes to the fore defending a health message that deserves it.

It is clear to me that health disclosure is a teamwork that is built with the bricks that each individual slowly contributes to a structure that he cannot see but that he intuits is greater than himself. A work that comes from afar and that will not be exhausted in us.



Of those hundreds of spanish health professionals who ten years ago constituted the health blogosphere, there were few of us left. The vast majority got tired, changed their interests or simply stopped talking. Many blogs stopped sharing content and many profiles on Twitter and other networks were silenced forever. At the same time, there were countless voyeurs who, without participating, followed the evolution of the former, a role that is fundamental in any self-respecting virtual social network. And perhaps the challenge is still here, in the ability to increase communication by making those who remain silent at their tables dare to go out and dance in the midst of the dance floor. The result has been an incomplete generational change because although there are new actors producing content, the level of conversations has not managed to emulate that of those pioneers who considered equals the physiotherapists, nurses, psychologists or doctors who spoke of health along with them. Losing the added value that the network brought with these conversations, it is common that many people value negatively a source that instead of quality information pours more and more background noise.

I do not consider myself an example for anyone but a lucky person. I can say without embarrassment that you have at your disposal  thousands of pages of a blog that is still alive, hundreds of videos, several collaborative projects, the documentary Six Minutes and the book Diary of a barefoot doctor. All my public presentations are accessible via the Internet and the articles I have published in scientific journals or other blogs as well. It's not that all this is very valuable, I'm just throwing away the little merit of having shared it. What you want to do with it is no longer up to me, but as a doctor I couldn't help but choose a path that tried to seek the social good both inside and outside the clinical practice. I intuit that if a significant number of health professional ever dared to emulate it, there would be a significant change. For now we will have to wait.









Cuando decidí comenzar a escribir en abril de 2008 un blog como médico en ejercicio un enorme impulso a salir de la consulta me empujaba. Era consciente entonces, como lo soy ahora, de que no es posible seguir manteniendo el mismo rol profesional como sin nada hubiera cambiado. Saltar a la arena pública que Internet ha abierto no es una opción en una sociedad que ha dejado atrás su base industrial para asentarse en algo tan líquido como el conocimiento. Por el mero hecho de usar móviles, buscadores, aplicaciones y redes sociales ya estamos participando en esta nueva plaza que es a la vez mercado. Si elegimos hacerlo de forma pasiva así nos tratará la red. Si por el contrario nos arriesgamos a producir contenido de cualquier tipo la red lo multiplicará y difundirá de una forma que nosotros no seremos capaces de imitar jamás. En ambos casos el precio es alto: nuestra privacidad.

En todos estos años he tenido la opción de compartir incontables ideas, reflexiones, evidencias científicas, narraciones y poesías... que me han abierto la puerta a conversaciones, personas, grupos y posibilidades. Salvo excepciones (dar alguna charla o conferencia) no he ganado dinero con ello pero he de reconocer que el retorno de la inversión se ha presentado por cauces habitualmente insospechados. He podido hablar con muchos periodistas, colaborar en medios diversos, conocer ideas, foros y personas notables. También participar en cursos, charlas y talleres en los que he compartido inquietudes, visiones y posibilidades. Al final he vuelto a constatar aquel adagio que reza "hay muchos mundos pero están en este". 

¿Mereció la pena? La respuesta implicaría un juicio de valor y no me apetece mucho someterme a juicio. Lo que sí puedo decir es que los platillos de la balanza acabaron igualados. En uno hay muchas horas de reflexión, escritura, creatividad y trabajo. De esfuerzo, constancia, atención y estudio. En el otro haber podido conocer y aprender de personas valiosas, haber escrito libros, producido documentales y vídeos, colaborado en interesantes proyectos innovadores, impulsar jornadas científicas sin patrocinadores externos... En definitiva creo que conseguí lo que en un principio me propuse, salir de la consulta. Y al hacerlo me encontré con incontables profesionales de la salud de diferente perfil y con una sociedad cada vez más preocupada por su salud y sus dificultades para manejar la dificultad y la enfermedad.

Las redes han cambiado mucho en esta década. Cada vez es más difícil participar en conversaciones con personas ajenas a nuestros círculos de conocidos o a nuestras ideas o intereses. Casi todos tendemos a relacionarnos con familiares y amigos de nuestra cuerda, con características parejas e ideología parecida. En mi valoración hemos perdido mucho con esta tendencia. 

Ha aumentado la crispación, los trols y las injurias. Cuando me ha tocado sufrirlo reconozco que me causó estupor ver con qué facilidad personas que consideraba serias y formadas lanzaban piedras sin pudor ante hechos que juzgaban terribles sin tener los datos en la mano. Y es que muchas redes sociales están diseñadas como el circo romano en el que bastaba levantar el pulgar o bajarlo para decidir la suerte de los que en el coso luchaban por su vida. Las redes acaban definiéndonos pueden sacar lo mejor de nosotros y también lo peor.

Los profesionales de la salud jamás podremos competir con youtubers, famosos, periodistas de postín y tertulianos. Nuestra funcionalidad de liderazgo social se basa en la gran capacidad de servicio que desplegamos más que en la visibilidad de nuestras opiniones en salud. Muy pocos consiguen hacer actividades de difusión, divulgación científica o educación para la salud en radio, prensa escrita, televisión o Internet. Al haber participado en algunas de ellas sé bien el trabajo y esfuerzo que hay detrás, por eso admiro y valoro cada ocasión en la que algún compañero o compañera salen a la palestra defendiendo un mensaje de salud que lo merece.

Tengo claro que es un trabajo en equipo que se construye con los ladrillos que cada individuo aporta lentamente a una estructura que no puede ver pero que intuye mayor que él mismo. Un trabajo que viene de lejos y que no se agotará en nosotros.

De aquella centena de profesionales de la salud que hace diez años constituimos la blogosfera sanitaria quedamos pocos. La gran mayoría se cansó, cambió sus intereses o simplemente dejó de conversar. Muchos blogs dejaron de compartir contenido y muchos perfiles de Twitter y otras redes enmudecieron para siempre. A su vez lo hicieron incontables mirones que sin participar seguían las evoluciones de los primeros, rol que es fundamental en toda red social virtual que se precie. Y es que quizá el reto siga estando aquí, en la capacidad de incrementar la comunicación haciendo que los que se mantienen callados en sus mesas se atrevan a salir a bailar a la pista. La resultante ha sido un cambio generacional incompleto pues aunque hay nuevos actores produciendo contenido, el nivel de conversaciones no ha conseguido emular el de aquellos pioneros que consideraban iguales a los fisioterapeutas, enfermeras, psicólogos o médicas que hablaban de salud junto con que ellos. Al perder el valor añadido que aportaba la red con estas conversaciones es común que muchos valoren negativamente una fuente que en lugar de información de calidad cada vez vierte más ruido de fondo.

No me considero un ejemplo para nadie pero sí una persona afortunada. Puedo decir sin avergonzarme que tienen a su disposición las miles de páginas de un blog que sigue vivo, cientos de vídeos, varios proyectos colaborativos, el documental seis minutos y el libro Diario de un médico descalzo. Todas mis presentaciones públicas son accesibles por Internet y los artículos que he publicado en revistas científicas o en otros blogs también. No es que todo esto sea muy valioso, tan solo me arrojo el pequeño mérito de haberlo compartido. Lo que quieran hacer con ello ya no depende de mi, pero como médico no he podido evitar elegir un camino que tratase de buscar el bien social tanto dentro como fuera de la consulta. Intuyo que si alguna vez un número significativo de sanitarios se atreviese a emularlo se produciría un cambio significativo. De momento tendremos que esperar.

viernes, 2 de noviembre de 2018

¿Qué redes sociales recomendamos a nuestros pacientes? What social networks do we recommend to our patients?




Social prescribing is not yet a widespread health practice. Health professionals tend to focus on the body for which we recommend medications or improvements in lifestyle. Few health professionals work with a real biopsychosocial approach that integrates the psychological and social dimensions of the person and consequently includes them in the conversation, both in the anamnesis phase and in the recommendations phase. However, our society suffers a very serious epidemic of loneliness that affects many more people than we think. There are countless children alone, migrating from one extracurricular activity to another, many lonely old people anchored to a chair and intoxicated by television, many people whose main occupation is domestic chores who feel intolerably lonely and countless professionals who carry out their work with a feeling of isolation and helplessness. It is true that we are surrounded by a deafening background noise that gives us the illusion of being in the company of crowds, but it is a false mirage, when one approaches the noise in search of company will find absolutely no one.

Social prescription deals with opening the door of resources in the community where the person who asks for help lives. Advising and encouraging them to come out of their state of loneliness, difficulty or isolation and find other people with whom to communicate and interact. And we're not talking about advising Facebook, Instabram, Twitter or otherwise, that we already use too much. It's about remembering that the social network by autonomasia is the real one, the one formed by flesh and blood people who are our neighbors, relatives, friends and acquaintances.

Perhaps it would be good for us to remember the value of those slow and analogical everytime networks: the park, the walk, the coffee shop... as doctor Bernardino Oliva reminds us becouse besides being a seasoned doctor he is a good connoisseur of life.

It is true that health professionals must provide their patients with the right amount of information, resources, Internet links and reading recommendations. But it is also important to find out how they go about loneliness and human support in order to strengthen social seams when life offers tears and holes amidsts of illnesses or life crises.










La prescripción social aun no es una práctica sanitaria extendida. Los profesionales de la salud solemos centrarnos en el cuerpo para el que aconsejamos medicamentos o mejoras en los hábitos de vida. Son pocos los sanitarios que trabajan con un enfoque biopsicosocial real que integre la dimensiones psicológica y social de la persona y en consecuencia las incluya en la conversación, tanto en la fase de anamnesis como en la de recomendaciones. Sin embargo nuestra sociedad sufre una gravísima epidemia de soledad que afecta a muchas más personas de las que pensamos. Hay incontables niños solos, migrando de una actividad extraescolar a otra, muchos ancianos solos anclados a una silla e intoxicados de televisión, muchas personas cuya ocupación principal son los quehaceres domésticos que se sienten intolerablemente solas e incontables profesionales que desarrollan su labor con sensación de aislamiento e indefensión. Es cierto que estamos rodeados de un ruido de fondo ensordecedor que nos aporta la ilusión de estar en compañía de multitudes, pero es un espejismo falso, cuando uno se acerca al ruido en busca de compañía no encontrará absolutamente a nadie.

La prescripción social consiste en abrir a la persona que solicita ayuda la puerta de recursos en la comunidad donde reside. Aconsejar y animar para que salga de su estado de soledad, dificultad o aislamiento y encuentre a otras personas con las que comunicarse e interactuar. Y no hablamos de aconsejar que el personal frecuente Facebook, Instabram, Twitter o demás, eso ya lo hacemos en exceso. Se trata de recordar que la red social por autonomasia es la real, la que forman las personas de carne y hueso que son nuestros vecinos, familiares, amistades y conocidos.

Tal vez nos venga bien recordar el valor de esas redes lentas y analógicas de toda la vida: el parque, el paseo, el café... como bien nos recuerda Bernardino Oliva que además de ser un médico avezado es un buen conocedor de los mimbres de la vida.

Es verdad que los profesionales de la salud deben proveer a sus pacientes una cantidad de información adecuada a cada cual, proporcionar recursos, enlaces a Internet y recomendaciones de lectura. Pero también es importante averiguar como van de soledades y apoyos humanos para poder fortalecer las costuras sociales cuando la vida ofrezca desgarrones y boquetes de la mano de enfermedades o crisis vitales variadas. 

viernes, 26 de octubre de 2018

La divulgación sanitaria como competencia profesional. Health disclosure as professional competence





In a conversation with Fernando Fabiani at this year's Communication and Health congress, the subject of the difficulties we health professionals have making health information available came up. I proposed the image of a four-legged chair that he has skilfully captured in the tuit that heads this article. Just as there are excellent professionals doing popular science in the media and social networks, it is rare to find healthcare professionals with sufficient visibility. It is true that there are many small personal initiatives who try to produce information and educational content on health and disease, but today his voice does not go very far except for a few exceptions.

In the field of Primary Health Care, it is costly to develop research and teaching skills eaten as we are by a healthcare overload that devours all our time. Perhaps that is why I have been seeing for a long time the seam that hides in disclosure health, competence that is easily developable and that society needs with priority. It is not about all health professionals going out on television at the same time, the issue is that we get used to collaborate with journalists and traditional media on the one hand and that we dare to leave the consultation to those media from time to time. A small contribution in the local newspaper or radio already has an impact. Maintaining a blog or writing from time to time a small idea of health disclosure in social networks may also be worth. We have in our hands powerful tools that allow us to make and share video, audio, podcast, text, images and any kind of content we can think of.

It seems to me that to let Google's algorithm not include health contents made by professionals in the first pages is an unforgivable mistake. In order to achieve this, besides creating them, it is essential to share them. For years I have been telling my patients to write in their search engine "catarro doctor Casado", "insomnio doctor Casado" or "diarrea doctor Casado".. When they do they find a written and video summary of what I have told them in consultation. It doesn't take much more to create health content that serves society and whoever doesn't dare to share how much is already developed.









En una conversación con Fernando Fabiani en el congreso Comunicación y Salud de este año surgió el tema de las dificultades que tenemos los profesionales de la salud a la hora de hacer divulgación sanitaria. Le proponía la imagen de una silla de cuatro patas que él ha sabido plasmar hábilmente en el tuit que encabeza este artículo. Así como existen excelentes divulgadores científicos con presencia en medios de comunicación y redes sociales es raro encontrar sanitarios con suficiente visibilidad. Es cierto que hay muchas pequeñas iniciativas a nivel personal de profesionales que tratan de producir contenidos divulgativos, informativos y educativos sobre salud y enfermedad, pero a día de hoy su voz no llega muy lejos salvo excepciones.

En el ámbito de la Atención Primaria de Salud es costoso desarrollar competencias investigadoras y docentes comidos como estamos por una sobrecarga asistencial que devora todo nuestro tiempo. Quizá por eso llevo viendo desde hace mucho tiempo el filón que se esconde en la divulgación, competencia que es fácilmente desarrollable y que la sociedad necesita con prioridad. No se trata en que todos los profesionales de la salud salgamos a la vez en televisión, la cuestión es que nos acostumbremos a colaborar con periodistas y medios de comunicación tradicionales por un lado y que nos atrevamos a salir de la consulta hacia esos medios de vez en cuando. Una pequeña aportación en el periódico o radio local ya tiene impacto. Mantener un blog o escribir de vez en cuando una pequeña idea de divulgación sanitaria en redes sociales también puede valer. Tenemos en la mano potentes herramientas que nos permiten hacer y compartir vídeo, audio, podcast, texto, imágenes y todo tipo de contenido que se nos ocurra.

Me parece que dejar que el algoritmo de Google no incluya contenidos de salud hechos por profesionales en las primeras páginas es un error imperdonable. Para conseguirlo además de crearlos es fundamental compartirlos. Yo llevo años diciendo a mis pacientes que escriban en su buscador "catarro doctor Casado", "insomnio doctor Casado" o "diarrea doctor Casado". Cuando lo hacen encuentran un resumen escrito y en vídeo de lo que les he dicho en consulta. No hace falta mucho más para crear contenido en salud que preste servicio a la sociedad y quien no se atreva que comparta lo mucho que ya está desarrollado.





domingo, 29 de julio de 2018

Dar la cara por la salud


El autor de este blog dando la cara.





La salud nos interesa a todos. Por eso es un tema que aparece en las conversaciones habituales, medios de comunicación y cualquier tipo de tertulia. Cada cual da su opinión sobre cualquier cuestión al respecto y aconseja los remedios y soluciones que le parece. En este batiburrillo abundan los ignorantes, los estafadores y las consabidas diatribas de cuñados, dependientas y contertulios. Siempre me ha llamado la atención de que la participación en el debate público de profesionales de la salud ha venido de la mano de expertos renombrados del ámbito hospitalario por una parte o de personajes alternativos que claramente querían vender su libro.

Hecho de menos la visión de fisioterapeutas, psicólogos, enfermeras y médicos de familia. La sociedad necesita escuchar un nuevo discurso de salud que salga de la líneas del actual que promete bienestar a raudales, anuncia parabienes infinitos y nos ciega con sus avances tecnológicos. Cuidar la salud precisa, hoy más que nunca, que cada cual se haga más caso. Comemos de más y caminamos de menos, consumimos demasiadas pantallas y descansamos demasiado poco. Nos movemos como un pequeño hamster en su rueda... y terminamos agotados.

El problema es que la gran mayoría de los profesionales sanitarios públicos no ganan gran cosa al meterse en la arena pública. No venden motos, no tienen consulta privada (generalmente) y no sacan nada de una participación en medios de comunicación. Como mucho se meten en alguna red social, pero son pocos los que participan, la mayoría observa. Cosa que entiendo porque a la mínima es común que algún descerebrado te salte a la yugular.

Llevo más de una década usando Internet para comunicarme con pacientes y producir contenidos de salud que favorezcan la toma de conciencia y la reflexión. En este tiempo he visto como han florecido cientos de blogs y páginas personales para luego marchitarse y desaparecer. He seguido con atención la participación de muchos sanitarios en redes sociales, sus idas y venidas, sus éxitos y sus defenestraciones. Lo cierto es que la blogosfera sanitaria española se ha desinflado bastante y es difícil encontrar blogs o páginas de calidad que persistan en el tiempo. No hay retorno de la inversión, o si lo hay no parece suficiente.

Sin embargo cada vez estamos más medicalizados, sobrediagnosticados y sobretratados. Toleramos menos cualquier malestar físico, psicológico o existencial. Estamos más agitados y sobreestimulados. Estamos más solos.

Muchos problemas de la vida se llevarían mejor con acompañamiento, cariño, escucha y atención. Pero esto no mueve el mercado y no parece estar de moda, seguimos yendo al médico a por pastillas. Hacen falta voces que rescaten la posibilidad que tiene cada cual de cuidarse y cuidar a los demás y lo repitan una y otra vez. Por que aunque el estruendo de la plaza del mercado es enorme, una pequeña voz puede aportar mucha luz a quien se siente al borde del naufragio.


viernes, 20 de abril de 2018

Cuida tu dieta digital






Merece la pena consideralo: ¿cómo te alimentas de información?

Nuestros mayores usaban la radio, la tele y la prensa. Hoy la mayoría consume contenidos digitales a mansalva. Mensajes de Whatsapp, redes sociales, correos electrónicos... inundan nuestros teléfonos y ordenadores aportando una ingente cantidad de ruido.

Al igual que aquellos que no paran de picotear acaban padeciendo obesidad los que lo hacen con la información digital terminan aislados, sobrecargados, distraídos y aturdidos. La obesidad digital nos llena de ingentes cantidades de grasa informativa de poco valor y reduce la fibra magra cerebral que es la que genera creatividad, contacto humano y verdadero disfrute.

Merece la pena reflexionar cómo nos relacionamos con lo digital: con nuestros aparatos, con los programas o aplicaciones que utilicemos y con las redes digitales en las que decidamos estar.

Es importante aprender a comer bien. También lo es aprender a relacionarnos correctamente con el mundo digital, tanto para nosotros mismos como para aquellos que nos rodean. Educar para tener una saludable dieta digital es básico para una infancia que además de comer mal y moverse poco consume cantidades ingentes de contenidos de Internet.




Para los que quieran profundizar el tema Victor Sampedro lleva años dibulgándolo, comparto una entrevista suya en la contra de la Vanguardia y su libro.

viernes, 12 de mayo de 2017

La devaluación de la blogosfera sanitaria






En estos tiempos de crisis global todo sufre recortes. La blogosfera sanitaria también. En los últimos años se han desinflado o directamente desaparecido decenas de blogs y proyectos colaborativos de profesionales sanitarios usando herramientas de comunicación electrónica. ¿Tiene esto alguna transcendencia en un mundo tan lleno de noticias, voces e información? Sí, la tiene. Efectivamente cada vez recibimos más mensajes e información sobre salud por los múltiples canales a los que estemos conectados. Esto va a seguir creciendo en cantidad. Lo esperable es que merme la calidad y, lo que es más grave, aumente la información distorsionada o falsa. Quien tenga un asesor, experto o domumentalista (content curator) a quien preguntar podrá salir con éxito de sus búsquedas de información. Los demás se ahogarán  en una tormenta de opiniones en las que participarán desde familiares y vecinos, hasta la peluquera o la cajera del supermercado. Si le preguntamos a Google este coro de voces no hará más que aumentar.

Los profesionales sanitarios tienen una explicable pereza a la hora de producir contenidos sobre salud dirigidos a la ciudadanía. Salir del seguro circuito de las revistas científicas, médicas o de ámbito profesional expone a nuestros protagonistas a riesgos nada desdeñables. Cuando alguien publica cualquier cosa en la arena pública de Internet debe saber que le están leyendo por un lado su madre, abuela, pareja y por otro sus jefes y enemigos. Al mínimo traspiés lloverán las pedradas.

Mantenerse en la blogosfera y en las redes sociales es muy costoso para un profesional. Toca navegar en solitario muchas horas y son pocas las ocasiones en las que realmente se pueden hacer actividades colaborativas o grupales, menos aun las que permiten interacción social directa.  En los últimos diez años he participado en todo tipo de eventos innovadores con mayor o menor fortuna. En algunos he sido ponente en otros oyente. Dentro de los primeros he tratado de compartir mi experiencia personal en consulta y mi visión, dentro de los segundos ha habido de todo. Muchos eventos de este tipo terminan en humo sin aportar verdadera evidencia científica ni fundamento práctico. Esto quizá haya sido motivo para deshinchar la burbuja blogosférica sanitaria.

Las organizaciones sanitarias no se plantean la utilidad de incentivar a sus profesionales para que reviertan parte de su conocimiento y experiencia a Internet. No entienden el medio y les parece incontrolable por lo que le dan la espalda de manera vehemente y siguen enrocadas en páginas coyunturales de muy poco valor para la ciudadanía. Privan así a esta de una fuente de información muy valiosa. Un profesional de la salud público, sin consulta privada o intereses secundarios con alguna industria, es una referencia muy interesante a la hora de emitir información y criterio sobre salud.

Desgraciadamente no hay retorno de la inversión. Los que tenemos blog desde hace años lo sabemos. No al menos de forma pecuniaria. El retorno se produce en intercambios, relaciones, encuentros o en acceso a información o personas que de otra forma no ocurrirían. Pero esto no se puede monetizar y a la mayoría no le supone un incentivo interesante.

Nuestra ciudadanía deberá bregar en mares llenos de mentiras y sandeces vertidas por empresas e intereses que buscan vender algún producto o servicio. Entes de gran tamaño, que no racanearán en marketing ni en eficientes consultoras de comunicación, seguirán campando por sus respetos y haciendo caja. Salvo excepciones nadie se enfrentará a la marejada.

Quizá veamos alguna vez algún cisne negro capaz de emitir mensajes de salud de calidad que se hagan virales. Mientras tanto un servidor seguirá compartiendo su visión y reflexiones de manera sencilla y poco obstentosa, con la intención de aportar algún grano de arena de valor en el vasto desierto de ruido que nos rodea.

lunes, 4 de julio de 2016

¿Por qué hay tan pocos profesionales sanitarios en las redes sociales?







Las nuevas plazas públicas son digitales. En ellas se despliegan las conversaciones y cada cual intercambia ideas y opininiones. Llama la atención la poca presencia de profesionales sanitarios, nicho que han ocupado otros mercaderes prestos a vender todo tipo de bebedizos y servicios.

Hay muchas razones que pueden explicar esta ausencia, la principal tal vez sea el miedo o su hermana lista, la prudencia. Las plazas digitales son arenas difíciles donde es frecuente tropezar. Muchos en sanidad tienen como horizonte profesional una plaza fija en algún servicio y por lo tanto no encuentran beneficioso exponerse a peligros y caídas que poco puedan aportarles. Por otro lado faltan modelos. Durante los largos periodos de formación no es usual encontrar profesionales con habilidades de comunicación digital siendo la formación académica rígida y basada en el consumo de contenidos en papel (revistas científicas y libros).

La sociedad busca información de salud y no la encuentra en la plaza digital. Se topa con vendedores, charlatanes y falsos expertos que expolea los miedos como aquellos profetas medievales. A sus profesionales sanitarios de referencia no los ven. En mi opinión tardarán en verlos. De momento tenemos un grupo de pioneros que llevan ya varios años avanzando a buen ritmo. Todo llegará.



Para inciarse en estos pagos recomendaría:

1. El manual de estilo  de ética y redes sociales
 de Mónica Lalanda et al.

2.  El manual de inmersión 2.0 de Chema Cepeda

3. Artículos sobre el tema de un servidor.


y sobre todo seguir en Twitter a todo aquel profesional que nos sirva de referencia.






No todos podemos mover los piés como la señorita del vídeo, pero seguramente la mayoría disfrute del baile a su manera. Con lo digital pasa lo mismo, ¿se animan?



miércoles, 21 de octubre de 2015

Informe #Toptensalud20 la información sobre salud está cambiando





Los medios de comunicación tradicionales están sufriendo una fase de profunda transformación. Una de las razones es la irrupción de lo que llamamos internet social y sus herramientas de social media. Los blogs, redes sociales y demás posibilidades digitales permiten en potencia que cualquier ciudadano con acceso a internet pueda compartir contenido ó conversaciones con los demás. ¿Qué está pasando en el mundo de la salud? en pocas palabras: algunos profesionales sanitarios  se han atrevido a saltar la barrera y se han puesto a bailar en el centro de la pista que comparten con medios de comunicación generalistas y especializados en salud, así como con periodistas, pacientes y otros actores.

El estudio de Jassen Obserber realizado por la agencia Planner Media ha evaluado por segundo año consecutivo el universo sanitario digital. En esta ocasión con una muestra mucho más amplia (de menos de una centena de perfiles se ha aumentado a más de mil) y una metodología más potente que el año pasado.

Acudí a la presentación principalmente para saludar a Rosa Pérez y Joan Carles March que eran los ponentes y facilitadores de la misma. Además de a ellos pude saludar a Emilio de Benito, Laila el Qadi, Emma Pérez Romera, José Antonio Alguacil, Raúl Ferrer, Ines Bajo, Isabel Perancho y una larga lista de periodistas y profesionales que abarrotaban la sala. Al final va a ser verdad que las redes sociales sirven para ponernos en contacto con otros agentes y facilitar que nos comuniquemos y contactemos con otros profesionales.

Tuvieron la deferencia de invitarme al estrado para participar en el debate. Pude apuntar varias ideas a viva voz y en twitter:

1. Las redes sociales son cansinas para los profesionales sanitarios. Requieren esfuerzo y nos suele dar mucha pereza. Hay una gran inercia y cuesta mucho hacerse visible en ellas.

2. La comunicación en redes sociales tiende a la endogamia. Nos comunicamos mejor con perfiles semejantes a los nuestros (tanto en lo personal como en lo profesional). La dificultad es semántica, hablar con personas de otro perfil nos requiere más esfuerzo de comunicación. Cuando tenemos la opción de hablar nuestra lengua materna y otra extranjera solemos acabar hablando la materna...

3. El presente estudio no es una foto del mundo sanitario 2.0 sino un óleo sobre lienzo. Una pintura que alguien realizó durante un mes y pico a base de pinceladas. Si miramos muy de cerca no nos enteramos de qué va la cosa, es necesario alejarse un poco para tratar de comprender las formas. Sin perspectiva no hay comprensión.

4. Los periodistas sanitarios y los profesionales de la salud seguimos sin entendernos ni comunicarnos bien entre nosotros. Esto redunda en perjuicio para ambos, más para los periodistas. A fin de cuentas los sanitarios ya reciben un sueldo y no les pagan más por informar...

5. Producir contenidos para pacientes y generar conversaciones profesionales de salud ofrece valor añadido para otros profesionales y para la sociedad en general.

6. Las redes sociales ofrecen potentes ventajas profesionales para sanitarios pero también riesgos. La prudencia y la formación son fundamentales.

7. Los pacientes tienen ganas de comunicarse con profesionales de la salud y ser ayudados a encontrar información de salud relevante para ellos.

8. Aun no hemos conseguido medir si esta actividad tiene resultados en salud. Ya va siendo hora.


Reflexiones personales:

9. Me resulta asombroso que un fisioterapeuta, una enfermera ó un médico de pueblo nos podamos codear con medios de importancia como Diario Médico ó el diario El País a la hora de comunicar salud en Internet.

10. Me considero muy afortunado por la posibilidad de aprender y de comunicarme con gente de tanto talento, creo que mejora mi práctica profesional y mi servicio a los pacientes. 






Resulta sorprendente que en el top ten de profesionales sanitarios haya un fisioterapeuta y dos médicos de familia de Madrid, esto pone muy alto el listón de la Atención Primaria madrileña, dato que los gestores deberían aprender a valorar. ¿Sería posible que las instituciones sanitarias visibilizaran alguna vez a sus profesionales?

El estudio es una aproximación, no pretende ser una copia fiel del original, no podría. Puede servir de hoja de ruta para quien se inicie en este tema y ayudar a elegir perfiles que seguir ó con quien conversar. Dado que mucha gente de valor queda fuera solicito grandes dosis de condescendencia con los perfiles visibilizados, que obviamente no hemos hecho gran cosa para ser elegidos.



Puedes descargar la infografía resumen aquí
y el informe completo aquí.



lunes, 4 de mayo de 2015

Niveles de uso de redes sociales, ¿también como profesional de la salud?





Traemos este breve vídeo que explica con claridad los conceptos de TIC, TAC y TEP. Útiles para cualquier profesional sanitario como para cualquier ciudadano.



Si quiere saber más pueden leer a Dolors Reig en su blog en su libro.


jueves, 30 de abril de 2015

La verdadera red social... tu cerebro






"Parte de la dificultad de entender el cerebro es el elevadísimo número de neuronas y el aún más astronómico número de conexiones que forma entre si. Para poder hacernos una idea de estas cifras, se estima que el número de neuronas es 10 veces el número de habitantes del planeta Tierra y el número de conexiones que forman sería 10.000 veces mayor."


Resulta que la mayor red social que existe la llevamos encima de los hombros. 

Pena que no nos hayamos dado todavía cuenta de la importancia de que cada parte es importante en el todo y que toda conexión cuenta para que el todo funcione bien. Tanto en lo microscópico como en lo macroscópico. 

Seguimos caminado las sendas que Ramón y Cajal abrió con sus tinciones. 

Referencias:

artículo 1

artículo 2 



Crédito fotos: Wikipedia

martes, 25 de noviembre de 2014

Twitter para cardiólogos (y otros profesionales sanitarios)






La Sociedad Española de Cardiología ha auspiciado un libro que trata de explicar qué aporta el universo Twitter a un colectivo tan especializado y tecnificado como el de los cardiólogos. Un nutrido grupo de facultativos, entre los que se encuentra la doctora Nekane Murga profesional creativa e inquieta y tuitera de pro, ha preparado un texto ameno y muy bien ilustrado con ejemplos prácticos.

Enrique Dans ha prologado la obra aportando su inestimable visión.

Además de los Cardiotuiteros seguramente muchos interesados en el tema puedan beneficiarse de este proyecto disponible gratuitamente en formato pdf y epub.



De regalo no olviden el Manual de Estilo para Médicos y Estudiantes de Medicina Sobre el Buen Uso de Redes Sociales, que ha impulsado @mlalanda les dejo un post de @rolalde






Conflicto de intereses: conozco a todos los citados, los recomiendo sin nigún tipo de pudor.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Manual de estilo de Ética y Redes sociales para médicos y estudiantes de medicina




 Dibujo de Mönica Lalanda



Tras varios meses de trabajo por fin se ha publicado un Manual de estilo de Ética y Redes sociales para médicos y estudiantes de medicina hecho por profesionales españoles y auspiciado por la Organización Médica Colegial, cuyo presidente apoyó desde el inicio la propuesta. Ya existen otras guías en otros países por lo que la doctora Mónica Lalanda, con conocimientos avanzados en redes sociales y bioética, impulsó la idea de realizar un manual adaptado a nuestro contexto. La experiencia del grupo promotor y la inclusión de estudiantes de medicina en el proyecto han conseguido un material imprescindible tanto para los usuarios acostumbrados a navegar por redes sociales como para los que se inician en este resbalacizo terreno.

Y es que la tecnología y los medios de comunicación social que tenemos a nuestra disposición son herramientas poderosas que precisan para su uso conocimiento y habilidades pero también prudencia y una buena visión ética. Al final las redes sociales visibilizan lo que hacemos y lo que somos, nuestros aciertos y nuestros errores. Parece por lo tanto sensato compartir las reflexiones que los autores de esta guía proponen.






Autores:


Gutierrez Fernández, Rodrigo
Jiménez Aldasoro, Marian
Lalanda Sanmiguel, Mónica
Olalde Quintana, Rafael
Satué Vallvé, Beatriz
Taberner Ferrer, Rosa
Trujillo Ruiz, Jose Antonio


Estudiantes
de Medicina (miembros del CEEM) que han
colaborado en la realización de esta obra:

Camacho Lucas-Torres, Jesús José
Delgado Soto, Emilio José
Jiménez Álvarez, Guillermo
Mar Hernandez, Iris
 





miércoles, 23 de julio de 2014

Que no te abduzca Facebook





Llevar una máscara es muy cansino. En el teatro clásico las llevaban, eran las famosas Prosopon, palabra griega de la que se deriva personalidad. Si invertimos mucho esfuerzo en crear una máscara social acabaremos mal. Es bueno de vez en cuando mirarse al espejo, regalarnos un rato de silencio y preguntarnos cómo estamos, qué estamos sintiendo, qué necesitamos.

Alimentan más las miradas, conversaciones y abrazos con la gente que nos rodea que los "me gusta" de facebook. Si notas que dependes de estos no pasa nada, todos necesitamos atención y reconocimiento. Tendrás que valorar si tienes a tu alcance otras formas más inteligentes de conseguirlo.