Foto: Huffington Post
El que llevemos meses llenando las calles de Madrid, se hallan presentado cientos de miles de firmas, se hayan realizado encierros en decenas de centros sanitarios, se haya hecho una huelga de varias semanas... pone de relieve que la ciudadanía sabe lo que quiere. Parece claro que defender una sanidad pública es evidente. Parece claro que el nivel de escucha de la clase política ha sido nulo. No hay negociación, no la ha habido y probáblemente no la habrá. Ya está el pescado vendido y no tienen la decencia de decirlo, pero sus hechos los delatan. No aguantarán otra legislatura, se irán. Pero el mal estará hecho. El trabajo de nuestro padres y abuelos habrá volado por los aires, se lo habrán vendido a empresas, a amigos, a los de siempre.
Los profesionales sanitarios hemos puesto argumentos encima de la mesa, hemos puesto alternativas encima de la mesa, hemos puesto nuestro conocimiento encima de la mesa. Parece que los maletines que había debajo pesaban más. Parece que los compromisos del Ritz y otros foros pesaban más. Los recientes datos de donaciones al partido del gobierno por los grupos que pujan por comprar la sanidad pesan más.
Modificar el modelo de sanidad puede ser una alternativa. Pero nunca la de un partido político que no la debata, que no la incluya en programa electoral, que se la saque del sombrero. Esto no es democracia, es imposición. Y además una imposición muy poco inteligente. A la sociedad no nos sale a cuenta que vendan al capital privado servicios esenciales. Y les puedo garantizar que la sanidad lo es. Todos acabaremos padeciendo enfermedades y muriendo. Todos acabaremos necesitanto la ayuda del sistema sanitario. No podemos delegar esa ayuda al dinero de cada cual, eso no es solidario, ni ético ni eficiente. No es inteligente para nadie, salvo para el que hace negocio.
Seguiremos alzando la voz, diciendo que están equivocados, que abrir vías de agua bajo la línea de flotación no ayudará al barco sanitario. Depongan las hachas, depongan la estulticia. Escuchen. Quizá les llegue el clamor popular de la gente que dicen ustedes representar, quizá les llegue la voz unánime de los profesionales sanitarios que claman por sentarse en la mesa con ustedes para ayudarles a poner orden y buscar alternativas.
Si la palabra no es suficiente no habremos comprendido. No habremos comprendido que nuestros mayores se mataron antes de ayer en este país por la misma razón, por no escucharse. No habremos comprendido que el camino de construcción de una sociedad busca el bien común y no la mejora táctica de los intereses de un grupo. No habremos comprendido que nos estamos jugando el todo por el todo.
3 comentarios:
El tema es que no son los ciudadanos quienes están manifestándose masivamente sino los profesionales sanitarios temerosos de perder unos privilegios totalmente obsoletos y discriminatorios respecto a otros colectivos profesionales haciendo creer al ciudadano que buscan la defensa de su salud. Si así fuera, esta crisis habría supuesto el descubrimiento de tener en España el colectivo mas samaritano, generoso y bondadoso del mundo mundial. Pero se trata del mismo colectivo que no ha hecho nada durante años por aligerar unas listas de espera históricas que llevaron a la Administración a tener que concertar con la privada. El mismo colectivo que no ha hecho nada por mejorar unos índices de absentismo realmente vergonzosos en la sociedad actual. El mismo colectivo que no ha hecho nada por aportar cambios y mejoras que hicieran sostenible nuestro sistema publico a largo plazo.
Y todos los ciudadanos llevan años reclamando una mejor gestión sanitaria mas moderna y actual, pero se dejan llevar "por la marea" porque ¿quien no va a querer defender una causa que aparentemente protege la sanidad publica? El título del post debería ser "Los sanitarios de la marea blanca saben lo que quieren" y vaya si lo saben!
El motivo de que en la protesta los más visibles seamos los profesionales sanitarios es porque somos los que estamos más alertados por el rumbo que toman los acontecimientos. Igual que en la huelga de la justicia son los jueces, que protestan por las tasas que pagaremos los ciudadanos; o los profesores, cuando reclaman más recursos para la educación pública de los alumnos.
Que no te confundan, los profesionales vamos a ser los que menos perdamos. Habrá algunos que incluso ganen, pasando a ser dueños del chiringuito, y no empleados.
Déjame que te diga cuál es la clave de la protesta, es fácil: No queremos que la sanidad sea objeto de negocio. Ya. Era eso. Y no es nuevo, en el Derecho Romano ya había cosas que estaban en el comercio y otras llamadas "Res extra commmercium", con las que no se podía comerciar de ninguna manera. Por diferentes motivos. Estaban fuera de comercio por razones de derecho divino las res sacrae o sagradas (templos), las res religiosae (sepulcros) y las res sanctae o santas, como los muros y las puertas de la ciudad que estaban encomendadas a la protección de alguna divinidad. También estaban fuera del comercio por razones de derecho humano las res comunes, que son aquellas cuyo uso es común a todos, como el aire, el agua corriente el mar o la costa, o las res publicae, que pertenecen al pueblo romano, como las carreteras, los puertos, ríos, edificios públicos y calles de la ciudad.
Queremos que la Sanidad Pública sea res extra commercium por ser cosa pública. Y también la policía y el ejército y los bomberos y el aire y los ríos y las costas. Que ya hay bastantes otras cosas con las que comerciar.
Este tema suele levantar ampollas. Respeto la opinión anónima pero la matizo.
Yo soy médico de familia. Mi "privilegio" es tener una consulta de 2200 pacidentes (700 más que la media de Madrid)y atender cada día de 35 a 55 pacientes de media. Cuando lo comento con colegas de otros países alucinan. Cuando les digo lo que gano alucinan más.
No creo que seamos los más privilegiados, ni mucho menos. Cada semana invierto unas 5-10 horas en formación continuada a sumar a un buen montón de años de formación estandard. El nivel de responsabilidad es bastante alto. Pero no aun así, seguirá habiendo gente que me considere un privilegiado...
Ese no es el problema. La dificultad está en que si el sistema sanitario no permite que yo ofrezca todo lo que puedo ofrecer la sociedad saldrá perdiendo. Si yo paso a tener un jefe que quiere hacer negocio, en vez de 55 veré 70, en vez de 6 minutos tendré 3 por paciente...
Yo saldré perdiendo, el paciente y la sociedad también.
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