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sábado, 21 de octubre de 2023

El mensaje de la princesa. The Princess's message. 公主的消息。




“Después de haber prestado juramento de servicio a España ante nuestra bandera hace apenas dos semanas y tras haber iniciado mi formación militar, que me está permitiendo compartir el aprendizaje continuo con personas que han elegido una vida de servicio con grandes exigencias y renuncias personales…"


"Lo que puedo decirles es que entiendo muy bien y soy consciente de cuál es mi deber y de lo que implican mis responsabilidades"


Leonor de Borbón tuvo el privilegio de presentar la edición de este año de los premios que llevan su nombre con un discurso del que me permito extraer dos ideas de valor para los que ejercemos la medicina. No son tiempos fáciles para nosotros, en especial desde la pandemia que puso ante los ojos de todos de relieve la verdadera situación de sobrecarga e indefensión que muchas veces padecemos. Es cierto que nuestra época está trayendo tensiones múltiples para la entera sociedad, pero me permitirán que hoy me centre en la realidad que más conozco para tratar de proponer algún curso de acción constructivo. 

La crisis de los sistemas sanitarios es global. Es de causa múltiple y compleja aquejando a países y profesionales del orbe entero. Si preguntamos a los interesados cómo se sienten nos hablarán de su sobrecarga física y psicológica, su malestar ante los cambios sociales que producen intolerancia al malestar y disminución de la capacidad de auto gestionarse en los pacientes, así como de su profunda sed existencial al ver como los valores médicos tradicionales y el sentido de lo que hacen se difumina en muchos casos. 

Y en esto viene una chiquilla de 17 años que está haciendo la mili a hablarnos de las “grandes exigencias y sacrificios personales del mundo militar”. Muchos no habrán comprendido la frase dado que desde que España tiene un ejército profesionalizado el mundo militar se ha alejado de la sociedad civil. Antes los varones pasábamos obligatoriamente por él y aprendíamos de primera mano de que iban esas exigencias y sacrificios. Baste decir que entregabas un año de tu vida al servicio de los demás sin cobrar sueldo, alejándote de tus rutinas y familia y en compañía de gente diversa que otras circunstancias no te cruzarías en la vida. 

El mundo sanitario también tiene grandes exigencias y sacrificios. Durante la carrera te pasabas la vida en clase y estudiando mientras veías que el resto del campus tomaba el sol en el césped. Luego enn el MIR te plantaban de cuatro a seis guardias al mes de 24 horas, que es como condensar la mitad de la semana laboral en apenas un día en un ambiente de trabajo a máxima presión. Y cuando empezabas a trabajar de especialista lo habitual era encontrar suplencias, destinos y turnos poco apetecibles. No les daré más detalles, el camino no era ni es fácil. 

El problema que tenemos es que cada vez más profesionales no asumen tanta “exigencia y renuncias personales” y se van. Al irse crean problemas para los que se quedan: el resto de los compañeros y los pacientes en general. 

No es nada fácil tomar conciencia de que ya no se puede más. Sobre todo si se llevan muchos años de sacrificio a la espalda. Esto lo saben todos los que han tenido que atravesar crisis personales de larga duración. En el caso que nos ocupa creo que somos muy conscientes de “cuál es nuestro deber y lo que implica nuestra responsabilidad”, de hecho solemos caer en la sobreimplicación de la que solo salimos tras sufrir largos y penosos procesos de burnout. Lo cierto es que es básico para preservar la salud mental conocer las propias lineas rojas y tratar por todos los medios de no cruzarlas. 

Al ver durante los últimos meses el desempeño de la Princesa de Asturias entre militares me han venido recuerdos de mi propia adolescencia. Por eso recomiendo a todos los residentes que rotan conmigo tener experiencias laborales, de voluntariado o de cualquier tipo en otros países o con personas y proyectos alejados de su rutina habitual. La atomización social que sufrimos nos aleja de los demás y de la realidad. Es necesario recordar que las circunstancias de vida de grandes mayorías son realmente duras y complejas, y que cuando protestamos por la nuestra tal vez necesitemos perspectiva. 

La historia nos enseña que para entrar en el mundo de los adultos, los jovenes tenían que atravesar su correspondiente proceso de iniciación. Eso implica aprender a bregar con el propio dolor y la propia sombra. Nadie lo pasa bien ahí, pero los que atraviesan esos lances se manejarán mejor después. 

Me han gustado los reconocimientos que este año se han hecho en Oviedo. Creo que es de justicia agradecer y honrar a los que trabajan para el bien común y personalizarlo de alguna forma para hacerlo visible. Aunque bien sabemos que tras esas caras famosas hay muchas anónimas que desde la limpieza, la docencia, la cultura, la seguridad, o demás servicios nos sostienen a todos.  





The Princess's message.


"After having taken the oath of service to Spain before our flag just a fortnight ago and after having begun my military training, which is allowing me to share continuous learning with people who have chosen a life of service with great demands and personal renunciations..."

"What I can tell you is that I understand very well and I am aware of what my duty is and what my responsibilities entail"


Leonor de Borbón had the privilege of presenting this year's edition of the awards that bear her name with a speech from which I would like to extract two valuable ideas for those of us who practise medicine. These are not easy times for us, especially since the pandemic that brought home to all of us the real situation of overload and helplessness that we often suffer. It is true that our times are bringing multiple tensions for society as a whole, but allow me to focus today on the reality with which I am most familiar in order to try to propose some constructive course of action. 

The crisis in health systems is global. It has multiple and complex causes, affecting countries and professionals across the globe. If we ask those concerned how they feel, they will tell us of their physical and psychological overload, their unease at the social changes that are producing intolerance of discomfort and diminishing patients' capacity for self-management, as well as their deep existential thirst as they see their health systems deteriorate.

And here comes a 17-year-old girl who is doing her military service to talk to us about the "great demands and personal sacrifices of the military world". Many will not have understood the phrase, given that since Spain has had a professionalised army, the military world has distanced itself from civilian society. In the past, men were obliged to go through it and learn first-hand what the demands and sacrifices were all about. Suffice it to say that you gave a year of your life to the service of others without pay, away from your routines and family and in the company of people you would otherwise never come across in your life. 

The healthcare world also has great demands and sacrifices. During your degree you spent your life in class and studying while watching the rest of the campus sunbathing on the lawn. Then in the MIR you had four to six 24-hour shifts per month, which is like condensing half of the working week into just one day in a high-pressure work environment. And when you started working as a specialist, it was common to find substitutions, assignments and shifts that were not very appetising. I will not give you more details, the path was not and is not easy. 

The problem we have is that more and more professionals do not take on so many "demands and personal sacrifices" and leave. When they leave, they create problems for those who remain: the rest of their colleagues and patients in general. 

And here comes a 17-year-old girl who is doing her military service to talk to us about the "great demands and personal sacrifices of the military world". Many will not have understood the phrase, given that since Spain has had a professionalised army, the military world has distanced itself from civilian society. In the past, men were obliged to go through it and learn first-hand what the demands and sacrifices were all about. Suffice it to say that you gave a year of your life to the service of others without pay, away from your routines and family and in the company of people you would otherwise never come across in your life. 

The healthcare world also has great demands and sacrifices. During your degree you spent your life in class and studying while watching the rest of the campus sunbathing on the lawn. Then in the MIR you had four to six 24-hour shifts per month, which is like condensing half of the working week into just one day in a high-pressure work environment. And when you started working as a specialist, it was common to find substitutions, assignments and shifts that were not very appetising. I will not give you more details, the path was not and is not easy. 

The problem we have is that more and more professionals do not take on so many "demands and personal sacrifices" and leave. When they leave, they create problems for those who remain: the rest of their colleagues and patients in general.

It is not easy to realise that you can't do it any more. Especially if you have had many years of sacrifice behind you. Anyone who has had to go through a long-term personal crisis knows this. In this case, I think we are all too aware of "what our duty is and what our responsibility entails", in fact we tend to fall into over-involvement from which we only emerge after suffering long and painful burnout processes. The truth is that in order to preserve mental health it is essential to know one's own red lines and to try by all means not to cross them. 

Watching the performance of the Princess of Asturias in the military over the last few months has brought back memories of my own adolescence. That is why I recommend to all residents who rotate with me to have work, volunteering or any other kind of experience in other countries or with people and projects far from their usual routine. The social atomisation we suffer from distances us from others and from reality. We need to remember that the life circumstances of large majorities are really hard and complex, and that when we protest for our own we may need perspective. 

History teaches us that in order to enter the adult world, young people had to go through a process of initiation. This involves learning to deal with one's own pain and one's own shadow. No one has a good time there, but those who go through those throws will handle it better afterwards.

I liked the awards that were made in Oviedo this year. I think it is only fair to thank and honour those who work for the common good and to personalise it in some way to make it visible. Although we are well aware that behind these famous faces there are many anonymous people who, through cleaning, teaching, culture, security and other services, support us all.



公主的消息。


自动翻译如有错误敬请谅解。


“两周前,我在国旗前宣誓为西班牙服役,并开始了军事训练,这让我能够与那些选择了高要求和个人牺牲的服役生活的人们分享不断的学习。 ”。


“我可以告诉你的是,我非常了解并意识到我的职责是什么以及我的责任意味着什么”

莱昂诺·德·波旁 (Leonor de Borbón) 有幸在颁奖典礼上以她的名字命名了今年的奖项,并发表了演讲,我从演讲中提炼出两个对我们这些行医者有价值的想法。 对于我们来说,这并不是一个轻松的时期,特别是自从这场大流行病让每个人都看到了我们经常遭受的超负荷和无助的真实状况。 确实,我们的时代给整个社会带来了多重紧张,但今天你会让我专注于我最了解的现实,试图提出一些建设性的行动方案。

卫生系统的危机是全球性的。 它有多重复杂的原因,影响着世界各地的国家和专业人士。 如果我们询问那些感兴趣的人的感受,他们会告诉我们他们的身体和心理超负荷,他们面对社会变化的不适,这些变化导致患者无法忍受不适和自我管理能力下降,以及他们的在许多情况下,传统医学价值观及其所做的事情的意义是如何模糊的,对此存在深刻的渴求。

一位正在服兵役的17岁女孩来和我们谈论“军事世界的伟大要求和个人牺牲”。 许多人不会理解这句话,因为西班牙拥有一支专业化的军队,军事界已经与民间社会保持距离。 以前,我们男人必须经历它并亲身了解这些要求和牺牲的含义。 可以说,您将生命中的一年奉献给了他人,没有领取薪水,远离了日常生活和家庭,并与您在生活中不会遇到的形形色色的人在一起。

医疗保健领域也有巨大的需求和牺牲。 在攻读学位期间,您的一生都在课堂和学习中度过,而您则看着校园其他人在草地上享受日光浴。 然后在 MIR,他们每个月安排四到六名 24 小时警卫,这就像在压力最大的工作环境中将一周工作时间的一半压缩为一天。 当你开始作为一名专家工作时,通常的事情就是寻找没有吸引力的替代、任务和轮班。 我不会向您提供更多细节,这条路过去并不容易,现在也不容易。

我们面临的问题是,越来越多的专业人士不承担那么多“个人要求和辞职”并离开。 他们的离开会给那些留下来的人带来问题:其他同事和一般患者。

意识到你不能再这样做并不容易。 尤其是如果他们背后有多年的牺牲。 每个经历过长期个人危机的人都知道这一点。 就目前的情况而言,我相信我们非常清楚“我们的职责是什么,我们的责任意味着什么”,事实上我们很容易陷入过度卷入的境地,只有在经历了漫长而痛苦的倦怠过程后才能摆脱困境。 事实是,了解自己的红线并尽力不跨越它们对于保持心理健康至关重要。

近几个月来,看着阿斯图里亚斯公主在军队中的表现,我想起了自己的青春期。 这就是为什么我建议所有与我一起轮换的住院医生都有在其他国家工作、志愿者或任何类型的经验,或者与远离他们平常生活的人和项目一起工作的经历。 我们所遭受的社会原子化使我们与他人和现实变得疏远。 有必要记住,绝大多数人的生活环境确实艰难而复杂,当我们抗议我们的生活时,我们可能需要有远见。

历史告诉我们,年轻人要进入成年人的世界,必须经历相应的启蒙过程。 这意味着学会处理自己的痛苦和自己的阴影。 没有人在那里过得愉快,但那些经历过这些挣扎的人以后会处理得更好。

我喜欢今年在奥维多获得的认可。 我认为感谢和表彰那些为共同利益而努力的人并以某种方式将其个性化以使其可见是公平的。 尽管我们深知,在这些名人面孔的背后,还有许多默默无闻的人,他们从清洁、教学、文化、安全或其他服务领域支持着我们所有人。

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