Para llegar a ser médico hace falta una sólida formación, abundante conocimiento y sobre todo buenos referentes. He de reconocer que he sido afortunado por conocer excelentes profesionales y personas dentro y fuera del mundo sanitario que me han enseñado, acompañado e inspirado.
Consideró positivo reconocer el mérito de aquellos que nos han facilitado la vida con su ingenio permitiendo cosas como la cirugía ocular o los antibióticos. Pero también merece la pena detenerse a valorar la contribución de los que cerca nuestro facilitan el avance de las cosas y nos las hacen más sencillas.
Hoy me gustaría agradecer de nuevo a Mercedes Pérez-Fernández y a Juan Gérvas por su constancia, lucidez y tenacidad. Nos han regalado incontables artículos científicos y reflexivos, clases, presentaciones, libros… Nos han regalado el tesoro de los Seminarios de Innovación, un modelo de jornada científica multidisciplinar sin parangón en el mundo. Y nos acaban de regalar un texto que sin duda se convertirá en seminal para muchas generaciones de profesionales sanitarios. Un escrito que contiene una lección a residentes en Quito en agosto de este año y cuya lectura recomiendo fervientemente a todos los lectores de este blog.
Si yo fuera estudiante de medicina agradecería toparme con él, si fuera médico residente mucho más y he de decir que siendo médico senior me ha reconfortado y convencido de lo mucho que me queda por aprender y de la fortuna de poder desempeñar una de las labores más increíbles que existen: ayudar a otros. Esa función me hermana a otras muchas personas que desde su profesión o fuera de ella lo hacen cada día.
La visión de Mercedes y Juan nace de una dilatada experiencia en las ciencias de la salud y en la vida. De una talla de humanidad mucho mayor que la que se consigue con la mera erudición. Además del respeto que les debo por ser mentores añado el agradecimiento por sentirlos amigos. Desde este humilde portal les mando un sentido abrazo.
El acceso al texto es gratuito desde el blog de los autores.
Concuerdo contigo
ResponderEliminarDe ellos uno nunca deja de aprender
Cuando estuvieron en Chile,aceptarón ir a cenar a mi casa,mi familia que dó impresionada por su trabajo,miles de historias...y miles de aprendizaje para nosotros