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martes, 30 de mayo de 2017
No permitan que McDonalicen la salud
Estos días el mundo sanitario y la sociedad han estado agitados por la noticia de la fiscalización de los congresos sanitarios. Tema que la Organización Médica Colegial y otros agentes han logrado reconducir con sensatez. Lo que los periodistas no sacan en portada es el hecho de que bastantes médicos de este país están atendiendo más de 40 pacientes en su jornada laboral. En muchos casos más.
Sobrecargar a un controlador aéreo, conductor de autobús o bombero tiene consecuencias. Por esa razón dichas profesiones tienen protocolizados los tiempos de trabajo y descanso, así como la intensidad de la labor asumible en el día. Con los médicos no pasa. Se permite que un médico residente haga dos jornadas laborales de guardia seguidas tras la jornada habitual y concatene con otra al día siguiente. Se permite que un médico de familia atienda en el día más de 35 pacientes y que esto sea norma para un tristemente elevado número de profesionales.
Estamos volviendo a los tiempos del cupo y el ambulatorio donde era posible "ver" 60 u 80 pacientes en dos horas como saben nuestros padres y abuelos que vivieron una España en vías de desarrollo.
Los médicos no podemos consentir que se vulnere la seguridad del paciente. Hay evidencia científica que indica que en una consulta saturada hay inevitablemente más errores por acción u omisión. Y no hablamos de tornillos, lo hacemos de personas con problemas de salud.
Creo que desde la OMC, sociedades científicas, foros profesionales, instituciones y universidades hay que alzar la voz junto a la de todo profesional de la salud y ciudadano. "No precaricemos la salud", "No nos conformemos con una Sanidad Low Cost".
Me gustaría saber cuantos acudirían si tuvieran que pagar la consulta y pagar su tratamiento. En esta sociedad de todo gratis lo verdaderamente gratis que resulta la educación sanitaria no es fomentada por nuestros políticos de turno, que no quieren gastar mas en sanidad pero si que sus empleados trabajen mas por menos con el fin de seguir en su reino de Taifas.
ResponderEliminarEl problema de cobrar por las consultas, sin más, es que seguramente produciría un sesgo muy importante. Irían los que se lo pueden pagar, y no siempre lo que más lo necesitan.
ResponderEliminarBajar la frecuentación es una cuestión delicada, que no se resuelve con copagos (p. ejem.: el copago de farmacia bajó el gasto al principio, pero ya hemos vuelto al gasto de antes, perjudicando a aquellos que no tienen para pagar el copago). Se resuelve con una atención centrada en los problemas del paciente. Y a lo mejor no todos sus problemas se deberían resolver en la consulta del médico o del enfermero. Lo que es necesario es definir bien la cartera: es decir, qué asume la sanidad pública y qué no; mejorar la asistencia social, pues cada vez, con población envejecida lo que vamos a necesitar son más recursos sociales y no tanto sanitarios; y tener una planificación de salud pública y comunitaria con objetivos e ideas claras, porque la mayoría de los determinantes de salud están fuera del ámbito de la consutla, y seguimos sin hacer casi nada...
No hay educación sanitaria posible sino pagan por ciertos servicios. Superamos el número de consultas por paciente y año, y el número de nimiedades atendidos "por urgencias" es casi infinito. El Copago los haría responsables (como son aún sin saberlo) de su salud y la de todos. En todo caso, se podría valorar un reembolso posterior en los casos justificados (justificados médicamente, por el medio, claro). Sino, reventar ánimo el sistema como ya está haciendo. No se arregla el tráfico en las ciudades po iendo más carriles para más coches...
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