Fotos de Miguel Hernández Lucas
Llevo dos semanas seguidas sin pisar la consulta por causa de la huelga de médicos de familia de Madrid, la más larga que recuerdo. Ayer estuve en una manifestación, otra más, y no puedo dejar de pensar en esta crisis. Durante años hemos trabajado como el burro con anteojeras arando el campo. Sin parar. Detenerme estos días está permitiendo que afloren muchos fantasmas largo tiempo escondidos en los profundos fondos de armario de nuestra especialidad. Estamos viviendo una especie de cuaresma de purificación. Un desierto. Y en el pasado se nos decía que era necesario ayudarse de la oración, el ayuno y la abstinencia para superar las dificultades que inevitablemente encontraremos. Tras ver la nómina de enero creo que de ayuno y abstinencia vamos bien servidos, y en cuanto a la oración voy progresando, gracias a los generosos tiempos de silencio que esta quincena me está proveyendo.
Es descorazonador ver como la negociación no avanza. No puede hacerlo, no hay voluntad política para ello. Porque esta situación, como comprenderán, es altamente política. La Consejería de Sanidad sigue la suya y denosta la de los demás. Y así seguimos, el Consejero contando a los medios lo malos que son sus facultativos y sus subalternos atendiendo al comité de huelga al que no pueden responder cómo implementarán las famosas agendas de 34 pacientes diarios. Algo que, como convertir el agua en vino, nadie sabe cómo podrá hacerse.
Seguimos sin entender que no es cuestión de negociar un número concreto de pacientes al día, sino de garantizar que ninguna agenda médica supere lo admisible. Porque durante mucho tiempo hemos asumido que ver 50, 60 o 70 pacientes era lo que había, pero objetivamente es una barbaridad tanto para profesionales como para pacientes. Blindar la seguridad de pediatras y médicos de familia para proteger su salud mental debería ser la base del sistema. Y por supuesto la del resto de profesionales, aunque me temo que si tuvieran agendas parecidas ya habría ardido la sanidad hace mucho tiempo.
La negociación con un sindicato o en una mesa sectorial es un puente pero no puede ser el único a la hora de afrontar un problema tan complejo como gestionar la Atención Primaria que precisa acciones poliédricas en muchos ejes. Será necesario crear más, dado que la política de parches parece haber dado todo lo que podía. Las ideas y propuestas de mejora que están aflorando estos días son muy valiosas. Será necesario canalizarlas y trabajar por su implementación en líneas de arriba a abajo y de abajo a arriba.
Reconozco que me flaquea la fe. He perdido la confianza en mis gestores y con alarma percibo que de alguna forma si la situación revienta me da igual. En estos momentos de desesperación me veo haciendo huelga hasta final de año y comiendo patatas. Lo único que tengo por cierto es que nadie asumirá la responsabilidad por el servicio devastado y la enorme cantidad de profesionales enfermos, heridos o de baja por esta situación. Un millón de madrileños no tiene pediatra o médico de familia asignado. En poco tiempo serán bastantes más. Y no hay plan real con medidas concretas para afrontarlo, solo palabras, palabras, palabras.
Penance.
I have been two weeks in a row without going to the doctor's surgery because of the family doctors' strike in Madrid, the longest I can remember. Yesterday I was at a demonstration, yet another one, and I can't stop thinking about this crisis. For years we have worked like the donkey with blinkers ploughing the field. Without stopping. Stopping these days is allowing many ghosts long hidden in the deep cupboard depths of our speciality to surface. We are living a kind of Lent of purification. A desert. And in the past we were told that prayer, fasting and abstinence were necessary to overcome the difficulties we will inevitably encounter. After looking at January's payroll I think we are well served by fasting and abstinence, and as for prayer I am making progress, thanks to the generous times of silence that this fortnight is providing me with.
It is disheartening to see how the negotiations are not progressing. It cannot, there is no political will for it. Because this situation, as you will understand, is highly political. The Regional Ministry of Health follows its own line and denigrates that of others. And so we go on, the Regional Minister telling the media how bad his doctors are and his subordinates attending to the strike committee to whom they cannot answer how they will implement the famous 34-patient-daily agendas. Something that, like turning water into wine, nobody knows how it can be done.
We still do not understand that it is not a question of negotiating a specific number of patients per day, but of ensuring that no medical agenda exceeds what is admissible. Because for a long time we have assumed that seeing 50, 60 or 70 patients was the norm, but objectively it is an outrage for both professionals and patients. Shielding the safety of paediatricians and family doctors to protect their mental health should be the basis of the system. And of course that of other professionals, although I fear that if they had similar agendas the health system would have burnt down long ago.
Negotiation with a trade union or at a sectoral table is a bridge, but it cannot be the only one when it comes to tackling a problem as complex as managing primary care, which requires multifaceted actions on many axes. It will be necessary to create more, given that the patchwork policy seems to have given all it could. The ideas and proposals for improvement that are emerging these days are very valuable. It will be necessary to channel them and work for their implementation along top-down and bottom-up lines.
I admit that my faith is shaken. I have lost confidence in my managers and with alarm I perceive that somehow if the situation blows up I don't care. In these moments of despair I see myself going on strike until the end of the year and eating potatoes. The only thing I know for sure is that no one will take responsibility for the devastated service and the enormous number of professionals sick, injured or on sick leave because of this situation. One million Madrilenians have no paediatrician or family doctor assigned to them. In a short time they will be many more. And there is no real plan with concrete measures to tackle it, just words, words, words.
忏悔。
机器翻译,原谅错误。
由于马德里的家庭医生罢工,我已经连续两周没有去医生的手术室了,这是我记忆中最长的一次。昨天我参加了一个示威活动,又是一个示威活动,我无法停止思考这场危机。多年来,我们一直像戴着眼罩的驴子一样在田里耕作。不停的说。这些天的停顿是让许多长期隐藏在我们专业领域深柜深处的幽灵浮出水面。我们正在过一种净化的大斋节。一片沙漠。而在过去,我们被告知,祈祷、禁食和禁欲是克服我们将不可避免地遇到的困难所必需的。在看了一月份的工资单后,我认为禁食和节制对我们很有帮助,至于祈祷,我正在取得进展,感谢这两周为我提供的慷慨的沉默时间。
令人沮丧的是,谈判没有取得进展。它不能,没有政治意愿。因为正如你们所理解的,这种情况是高度政治化的。地区卫生部遵循自己的路线,诋毁他人的路线。于是我们继续,地区部长告诉媒体他的医生有多么糟糕,他的下属参加罢工委员会,他们无法回答他们将如何实施著名的每天34名病人的议程。有些事情,就像把水变成酒一样,没有人知道如何能做到。
我们仍然不明白,这不是一个每天谈判具体病人数量的问题,而是要确保任何医疗议程都不超过可受理的范围。因为长期以来,我们一直认为看50、60或70个病人是正常的,但客观地说,这对专业人员和病人都是一种侮辱。屏蔽儿科医生和家庭医生的安全,保护他们的心理健康,应该是这个系统的基础。当然还有其他专业人士,尽管我担心如果他们有类似的议程,卫生系统早就被烧毁了。
与工会或部门谈判是一座桥梁,但当涉及到解决像管理初级保健这样复杂的问题时,它不能成为唯一的桥梁,因为这需要在许多轴上采取多方面的行动。鉴于拼凑的政策似乎已经给予了它所能给予的一切,将有必要创造更多。这些天来出现的改进意见和建议是非常有价值的。有必要对它们进行引导,并按照自上而下和自下而上的路线努力实施。
我承认,我的信仰已经动摇。我已经对我的经理们失去了信心,而且随着警报声的响起,我察觉到,不知为何,如果情况爆炸了,我也不关心。在这些绝望的时刻,我看到自己罢工到年底,吃土豆。我唯一可以肯定的是,没有人会对受到破坏的服务以及因这种情况而生病、受伤或请病假的大量专业人员承担责任。100万马德里人没有为他们指派儿科医生或家庭医生。在很短的时间内,将会有更多的人。而且没有真正的计划和具体措施来解决这个问题,只是说说而已。
Ya ni palabras.... nos insultan con su indiferencia a los médicos de familia/pediatras de At Primaria y población madrileña
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