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miércoles, 11 de mayo de 2022

¿Defender o servir? Defend or serve? 保卫还是服务?

 

https://twitter.com/juliomayol/status/1522862974117064704?s=21&t=1Kan8tr-YcDzuG5nvx0czg

 

Comparto una reflexión que se publicará también en el blog de mi admirado Ángel López Hernanz, medico rural andaluz, decano para muchos. 



Nos hemos pasado décadas con la narrativa de la defensa de la Sanidad Pública obviando que es un término que pertenece a la misma familia semántica que las expresiones vencer la enfermedad, no me voy a rendir en mi dolencia, atacar el cáncer o guerra al tabaco. El sistema sanitario no es una campaña militar, es un sistema complejo y como tal tiene sus reglas (complejas). 


Es un clásico que el sistema se ha gobernado con displicencia aprovechando la eterna división entre sus profesionales, con visiones e intereses aparentemente distintos y enfrentados. Una gestión mediocre junto a una financiación mediocre sobre los hombros de unos profesionales que en ciertos casos también habremos sido mediocres. Empiezo por mi. Si mi organización me obliga a atender en un día el doble de pacientes que el resto de médicos europeos, seguramente gane en rentabilidad pero seguro que pierdo en calidad. 


Esta semana el doctor Julio Mayol, director médico de un prestigioso hospital Madrileño compartía una lista de problemas sanitarios desde su visión de alto directivo que me animé a completar desde mi posición de médico rural. De un vistazo se puede comprobar que lo que pudiera aportar valor es la disparidad aparente de puntos de vista; si los leen con atención verán que se complementan entre sí. Esto nos podría dar una pista a la hora de afrontar el necesario replanteamiento del sistema que ni políticos, ni profesionales, ni ciudadanos, parecen tener ganas de asumir. Lo cierto es que vamos a necesitar un nuevo sistema sanitario potente que pueda hacer frente a las pandemias y retos globales que vendrán cuya complejidad probablemente no seamos capaces de imaginar ni de afrontar con la actual organización (recuerden que con el Covid el sistema ha colapsado seis veces en Atención Primaria y pongamos que tres en hospitales).


Desde mi humilde posición en el sistema hay una palabra muy poderosa que siento fundamental rescatar: servicio. Y plantearía la oportunidad de transformar nuestra narrativa de defensa del sistema (un sistema en parada cardiaca técnica, digan lo que digan unos y otros) por una narrativa del servicio. En este caso un servicio público esencial. Servir a la sociedad y a la ciudadanía, a toda la ciudadanía. Dentro de un marco de justicia y solidaridad que dé un paso más a la situación de “barra libre” y de conversión de la salud en un bien de consumo que aparentemente vivimos. 


En mi pueblo hay mucha patología, muchas personas mayores, muchas personas con enfermedades graves, crónicas, mentales, penosas. Mucho por hacer. Y tengo claro que una parte nos toca al sistema sanitario y otra a la comunidad, familias y personas. Me toca gestionar una pequeña parcela sanitaria que me obligará a salir de la consulta, pese a los 43 citados de la última jornada, para animar a mis vecinos a ser protagonistas en el cuidado y mantenimiento de su salud. Lógicamente poco podré hacer solo, pero ahí está el reto. En una época en la que se viralizan las tontunas a lo mejor conseguimos visibilizar el valor del servicio. Y en ese momento asumir que las condiciones de trabajo de los profesionales sanitarios pueden facilitarlo o dificultarlo.








Defend or serve?


We have spent decades with the narrative of defending public health obviating the fact that it is a term that belongs to the same semantic family as the expressions vencer la enfermedad, no me voy a rendir en mi dolencia, atacar el cáncer or guerra al tabaco. The health system is not a military campaign, it is a complex system and as such has its (complex) rules. 


It is a classic fact that the system has been governed with lack of care, taking advantage of the eternal division between its professionals, with apparently different and conflicting visions and interests. Mediocre management coupled with mediocre financing on the shoulders of professionals who in some cases have also been mediocre. I start with me. If my organisation obliges me to see twice as many patients in a day as a European doctor, I will probably gain in profitability but I will certainly lose in quality. 


This week Dr. Julio Mayol, medical director of a prestigious hospital in Madrid, shared a list of health problems from his vision as a senior manager that I was encouraged to complete from my position as a rural doctor. At a glance you can see that what might be of value is the apparent disparity of points of view, but if you read them carefully you will see that they complement each other. This could give us a clue as to how to tackle the necessary rethinking of the system that neither politicians, nor professionals, nor citizens are willing to take on. What is certain is that we are going to need a powerful new health system that can face the pandemics and global challenges that will come, the complexity of which we will probably not be able to imagine or face with the current organisation (remember that with Covid the system has collapsed six times in primary care and let's say three times in hospitals).


From my humble position in the system, there is a very powerful word that I feel it is essential to rescue: service. And I would suggest the opportunity to transform our narrative of defending the system (a system in technical cardiac arrest, whatever anyone may say) into a narrative of service. In this case an essential public service. Serving society and citizens, all citizens. Within a framework of justice and solidarity that goes one step further than the situation of "free bar" and the conversion of health into a consumer good that we apparently live in. 


In my town there is a lot of pathology, many elderly people, many people with serious, chronic, mental, painful illnesses. Much needs to be done. And it is clear to me that one part of it is up to the health system and the other to the community, families and individuals. It falls to me to manage a small health area that will force me to leave the surgery, despite the 43 mentioned last day, to encourage my neighbours to take a leading role in the care and maintenance of their health. Of course, there is little I can do alone, but that is the challenge. In an age when nonsense is viralized, perhaps we can make the value of service visible. And at that moment, we can assume that the working conditions of health professionals can facilitate or hinder it.





保卫还是服务?


机器翻译,原谅错误。


我们花了几十年的时间来捍卫公共卫生的说法,忽略了它是一个与 "战胜疾病"、"我不会放弃我的疾病"、"攻击癌症 "或 "向烟草宣战 "等说法属于同一个语义家族的术语。卫生系统不是一场军事行动,它是一个复杂的系统,因此有其(复杂的)规则。


一个典型的事实是,该系统的管理缺乏谨慎,利用其专业人员之间永恒的分裂,他们的愿景和利益显然是不同和冲突的。平庸的管理加上平庸的融资,在某些情况下也是平庸的专业人士的肩上。我从我开始。如果我的机构迫使我在一天内看两倍于欧洲医生的病人,我可能会在利润率上有所提高,但肯定会在质量上有所损失。


本周,马德里一家著名医院的医务主任胡里奥-马约尔博士从他作为高级管理人员的视野中分享了一份健康问题清单,我作为一名乡村医生,被鼓励完成这份清单。乍一看,你可以看到,可能有价值的是明显的观点不一致,但如果你仔细阅读,你会发现它们是相互补充的。这可以为我们提供一条线索,让我们知道如何解决政治家、专业人士和公民都不愿意承担的必要的制度反思问题。可以肯定的是,我们将需要一个强大的新卫生系统,能够面对即将到来的大流行病和全球挑战,其复杂性我们可能无法想象,也无法用现有的组织来面对(请记住,有了Covid-19,这个系统在初级保健方面已经崩溃了六次,比方说在医院方面崩溃了三次)。


从我在系统中的卑微地位来看,有一个非常有力的词,我觉得必须拯救它:服务。我建议有机会将我们捍卫系统(一个处于技术性心脏骤停的系统,不管别人怎么说)的叙述转变为服务的叙述。在这种情况下,这是一项基本的公共服务。为社会和公民服务,为所有公民服务。在一个正义和团结的框架内,比 "自由酒吧 "的情况和我们显然生活在其中的健康转化为一种消费品的情况更进一步。


在我的镇上,有很多病态的人,很多老人,很多人有严重的、慢性的、精神的、痛苦的疾病。需要做的事情很多。对我来说,很清楚的是,其中一部分取决于卫生系统,另一部分取决于社区、家庭和个人。尽管最后一天提到了43条,但管理一个小的健康区的任务落在了我身上,这将迫使我离开手术室,鼓励我的邻居们在照顾和维护他们的健康方面发挥主导作用。当然,我一个人能够做的事情很少,但这就是挑战。在这个胡说八道的时代,也许我们可以让服务的价值显现出来。而在这个时候,我们可以认为卫生专业人员的工作条件可以促进或阻碍它。




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