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viernes, 27 de julio de 2018
El lado oscuro de la salud
Nos han vendido que la salud es bienestar completo. Las sociedades avanzadas lo proclaman a los cuatro vientos al definirse como estados de bienestar. La paradoja es que el personal cada vez se encuentra peor y colapsa ante el más mínimo conato de malestar en cualquier esfera de la vida. Parece que está mal visto experimentar cierto tipo de emociones como tristeza, ira, asco, agobio, incertidumbre, desazón... sobre todo si duran más de 48 horas. Parece que sentirse solo, descorazonado o desesperanzado es indigno o nos obliga a buscar un tratamiento médico urgente.
Nadie nos ha explicado que la salud tiene su lado oscuro, como todo, y no es precisamente la enfermedad, que es otra cosa. Por supuesto que la salud incluye bienestar pero también una cota de sensaciones corporales desagradables, pensamientos no deseados o emociones incómodas. Incluso los que gozan de cuerpos y estados de salud vigorosos sienten de vez en cuanto algún tipo de molestia si han dormido menos de lo necesario, se han sobrecargado físicamente o han comido más de la cuenta. El dolor y el malestar son intrínsecos a la vida y por lo tanto aparecen tanto en la salud como en la enfermedad.
Este malentendido nos está poniendo en un apuro al estar sobrecargando los servicios de salud, y aumentando las tasas de sobrediagnóstico y sobretratamiento social. Cada vez consumimos más pastillas y remedios para tapar sensaciones molestas o incomodidades inherentes a nuestros estados de salud normales.
Si te interesa este tema y quieres profundizar además de en este blog lo explico a fondo en el libro Diario de un médico descalzo. Si como sociedad y como individuos no mejoramos la comprensión y la aceptación de algo tan importante como esto nos irá mal comunitariamente y en lo personal. El manejo de crisis vitales, enfermedades y de la propia muerte requieren comprender que la vida y la salud constan de un lado luminoso y otro oscuro, de bienestar y malestar. Relacionarnos con el malestar con estrategias que no sean únicamente de evitación o huida parece un curso de acción interesante.
Buenos días! Me encanta lo que dice y como lo dice, estoy de acuerdo. Parece hoy día que queremos anestesiar las emociones que nos hacen sentir algo desagradable, en lugar de comprender que están por algo.
ResponderEliminarGracias