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miércoles, 13 de mayo de 2015
¿Sabemos relacionarnos con los enfermos graves?
La enfermedad grave nos descoloca. Lo hace tanto en primera como en segunda persona. Cuando nos enteramos que una amistad ó algún familiar tiene una enfermedad seria muchas veces no sabemos qué decir y nos cuesta la propia vida sacar fuerzas para ir a visitarlo, llamar por teléfono ó seguir manteniendo contacto.
Emily McDowell una diseñadora que padeció un linfoma y sus correspondientes tratamientos nos ayuda con una pizca de sentido del humor. Me gustan sus tarjetas y la fina ironía que destilan. Espero que puedan servirnos para recordar que una persona enferma no deja de ser persona por muy malita que esté ó muy terribles que sean las etiquetas diagnósticas y los tratamientos propuestos. Aportar humanidad, empatía, comprensión y cercanía es siempre necesario, más en esos momentos. No hace falta decir mucho, tan solo saber estar.
Si te interesa comprarlas (en inglés) aquí las tienes.
Vía la leyenda de Caillou
Traducidas por Upsocl
Salvador, como bien dices, en ocasiones no tenemos claro cómo afrontar la enfermedad grave de un amigo, familiar o compañero de trabajo. No saber cómo reaccionar, qué decir, cómo actuar… Y nuestra inseguridad hace que probablemente les ‘abandonemos’ cuando más nos necesitan. Aún nos falta mucha educación en salud para comprender lo que las personas enfermas cercanas necesitan de nosotros. Gracias por tu post!
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