Hoy día existe suficiente
evidencia de que la investigación y promoción de los fármacos está básicamente
al servicio de las grandes corporaciones farmacéuticas y no siempre responde a
las necesidades reales de salud de los consumidores.
Los ciudadanos cada vez
están más implicados y son conscientes de la influencia de la industria en
otros ámbitos, como los medios de comunicación, el profesional, el político y
el social.
Por otro lado, aunque es cierto que cada
día, cientos de miles de personas se benefician del uso de fármacos en el
sistema sanitario, no podemos olvidar que ningún medicamento es inocuo.
La medicación tiene incertidumbre, complejidad y conlleva riesgos. Además son
comunes los errores y los consumos inadecuados, que también tienen efectos
adversos para la salud.
Para mejorar la calidad y la seguridad
de los medicamentos se requiere una alianza
entre gestores, médicos, enfermeros,
farmacéuticos y poner límites claros a la industria... Se necesita también
formación, pero no basta. Contar con la participación activa de la ciudadanía
es clave. Hacen falta pacientes y consumidores involucrados en su propio
cuidado y en el uso más seguro y efectivo de los medicamentos.
1. Conocer
los medicamentos que tomamos,
2. Darle
una oportunidad a las opciones no farmacológicas.
3. Medicamentos
los justos y necesarios.
4. No
hay medicamento “de por vida”.
5. Los cambios,
poco a poco.
6. No
hay medicamentos libres de riesgos.
7. Lo
nuevo no siempre es bueno.
Una campaña de OCU, No gracias y PoliMedLabs
Página web de la campaña: http://pastillaslasjustas.org/
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