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lunes, 4 de agosto de 2014

Pianoterapia con Judith Jáuregui






Tenemos a nuestro alcance múltiples opciones sanadoras con poder para aliviarnos o aportarnos fuerza o ánimo. El piano es una de ellas. No importa que no seamos capaces de tocarlo o de leer la partitura. Tocar bien un instrumento musical es un don al alcance de pocos, disfrutar de su sonido y de la armonía de la música es bastante más sencillo.

Regalar nuestra atención con música de piano en directo es un privilegio con efectos muy positivos sobre el ánimo.


La última vez que precisé someterme a esta terapia fue hace unos días y encontré una opción interesante por poco más de lo que vale un cine con bebida y palomitas. Un programa de Judith Jáuregui que me causó una profunda impresión por su profesionalidad, su bien hacer, su delicadeza y sus manos. Como pianista me pareció fuera de serie pero lo que más me impresionó fueron sus manos, su anatomía. Dedos largos y gráciles que interpretaban una música grabada a fuego en el cerebro de esta portentosa concertista con la suavidad o la fuerza que la partitura exigía.

Una demostración de virtuosismo que causaba en el oyente un torrente de emociones capaz de sanar pesadumbres, preocupaciones y otros devaneos de la mente. 


Ya les comenté una vez que una de las ideas de innovación que tuve hace años introducía un piano en la sala de espera de un centro de salud. Lamentablemente nunca pudimos hacerlo y medir así su efecto sobre los pacientes esperando su turno a ser atendidos. Tal vez sea todo más sencillo y cada cual pueda encontrar la forma de regalarse esta terapia si lo considera de interés. Les animo encarecidamente a hacerlo. Tal y como están los tiempos necesitamos de música de calidad, preferiblemente en directo. No se priven.





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