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lunes, 2 de diciembre de 2013

¿Qué pasa cuando los médicos no quieren participar en redes sociales?




Muchos médicos miran las redes sociales con escepticismo, ¿que puedo yo sacar de ellas?, se preguntan y dan media vuelta. Me parece una opción correcta. Los médicos han de velar por sus pacientes, dedicarse a ellos. Para el ejercicio de la medicina no son necesarias las redes sociales, ¿ó tal vez si?

La mayoría de los galenos de nuestro medio suele reconocer los beneficios de la conectividad que permite internet pero tiene poco interés en participar. En el sistema sanitario no hay ningún incentivo por tener presencia virtual. Tan solo los que tienen consulta privada suelen ver esto beneficioso aunque el coste de visibilidad y tiempo les suela echar para atrás.

¿Qué está  pasando ahí fuera?

La verdad es que cada vez hay más ciudadanos que usan redes sociales. Suele predominar el uso personal al profesional, aún minoritario. Si cada vez más personas usan estos canales ¿qué deberían hacer los profesionales sanitarios? Una opción es quedarse al margen, otra participar en la conversación. Cada cuál tendrá que reflexionar que punto de participación desea o si no desea ninguna en absoluto. Lo cierto es que estar dentro tiene algunas ventajas:

1. Se gana visibilidad profesional y social.
2. Permite seguir a fuentes de información primarias, personas o instituciones que sean referencia para nosotros.
3. Permite entrar en conversaciones con personas que de otra forma no serían accesibles.
4. Acceso a grupos o proyectos colaborativos. 

Y algunas desventajas:

1. Es fácil meter la pata.
2. Se puede dedicar un tiempo excesivo.
3. Introducen ruido de fondo o distracciones.
4. Hay spam, trolls y demás comunicación no deseada.


La mayoría de los médicos se ha formado durante años a base de artículos científicos y libros, una cultura de papel. Adaptarse a nuevas fuentes de conocimiento virtuales no es sencillo. Las comunidades de práctica que se están creando permiten la formación interpares basándose en compartir de otra manera. Ya no es la sesión clínica en el servicio o centro de salud, es la videoconferencia desde casa con profesionales de otros lugares y perfíles profesionales. Estos cambios pueden percibirse como no necesarios.

Todo está cambiando muy deprisa. En el mundo sanitario también.  De momento no pasa nada por no querer usar el canal de las redes sociales, por no hablar esta lengua, pero como pasó con el inglés, quien no lo hable quedará fuera de la conversación. Eso no nos suele gustar.


7 comentarios:

  1. ES muy oportuno este post. Yo distinguiría dos usos de las ”redes sociales” para un profesional sanitario. La primera para la gestión del conocimiento y el trabajo colaborativo. Creo que es un tema que no admite discusión. Ni hace falta hacer ningún estudio para demostrarlo. No hay nada más que recordar como se usaba Medline hace 15 años y como lo podemos usar ahora. O como podemos estar al día de determinados temas a nada que elijamos a quién seguir en Twitter o que contenidos merece la pena sindicar mediante RSS.
    Otra cosa es en la relación directa con pacientes. Aquí si hay que mucho que demostrar y grandes riesgos para profesionales, pacientes e instituciones sanitarias por su uso irreflexivo
    Muchas instituciones han visto en las redes sociales y en las soluciones 2.0 un escaparate par demostrar lo “modernos” e” innovadores” que son. Si a eso le sumamos una nueva “industria” y vendedores de crecepelo 2.0, que decía Francisco Lupiañez, muy interesada en colocar sus productos podemos entender el desbarajuste actual. Así asistimos a muchas iniciativas usando telemedicina, plataformas para pacientes,etc…. mientras que se publican sucesivas revisiones sistemáticas cuestionando la efectividad de dichas intervenciones y la necesidad de planificar su evaluación.
    Creo que lo que se trata es de reclamar el mismo rigor que se nos exige y nos exigimos nosotros en nuestra práctica clínica en el uso de redes sociales con pacientes. Lo mismo que existe la medicina basada en la evidencia (mbe) existe la atención sanitaria basada en la evidencia (ASBE)

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  2. Salvador y Rafa, me parece que el debate se plantea en términos equivocados.

    Da igual que para los médicos (o el profesional que sea) estar en las redes sociales sea bueno, malo, regular o indiferente.

    Da igual que haya evidencia científica sobre la eficiencia de nuestra presencia personal o corporativa en redes sociales.

    La cuestión no es si tenemos que estar o no en las redes sociales, sino CÓMO vamos a estar ellas.

    Estar vamos a estar. Queramos o no.

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  3. Las relaciones con pacientes en redes sociales dependerán del tipo de asistencia que el profesional sanitario preste. No es lo mismo que el profesional pertenezca a un sistema público, semipúblico, mutua, corporación privada, asistencia mixta, consulta privada personal...

    El nivel de competetitividad que el medio imponga obligará a posicionarse a todo el mundo. No podremos ser expectadores. La ola nos alcanzará a todos.

    Es cierto que faltan evidencias. Las tendremos.

    Recomiendo prudencia y flexibilidad. Lo primero para no ir demasiado deprisa, lo segundo para no quedar atrás. Que cada cual valore qué posición le conviene más, teniendo en cuenta que donde hay incertidumbre hay riesgo. Dependiendo de cómo nos manejemos con él seremos significativos o no. Al final la p será inflexible. Como siempre.

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  4. He tenido mi experiencia en redes sociales. Fué muy destructiva. Pertenezco a una especialidad con muchos detractores. Cualquier defensa de mi especialidad o de mi trabajo era considerada un troleo. Participar en un debate con estos profesionales terminaba aveces en insultos y situaciones muy desagradables. Nunca tuve razón, siempre estuve en minoría ante todos. Intenté ser lo más honesto posible, hablar de evidencia, ser respetuoso. Pero nada más empezar me decían "lárgate ya". Las cosas que leí sobre mi trabajo y mi especialidad fueron siempre atroces. Sencillamente para cierto colectivo profesional mi trabajo no debería existir y por tanto yo debía ser un monstruo o una mala persona. Fué horrible sentirse así y me metió en problemas que antes no tenía y enemigos que no busqué. Incluso condicionó mi trabajo ya que al buscar otros lugares donde trabajar mi mala fama iba por delante distorsionada por cosas que alguno había entendido que podría haber dicho leyendo entrelíneas. Jamás ataqué a nadie, pero hablar en público destruyó bastante de lo que soy. Eso también pasa en las redes sociales entre profesionales.

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  5. Buenos días
    Yo valoro mucho que las RRSS me permitan asistir a una ponencia y en vez de tomar notas escribir tuits para mí y para quienes pueda interesar. Alguna vez he sabido que mis seguidores comentaban "Pero qué está diciendo" y el otro respondía "estará en un curso" :).Y recibir a mi vez los de otros que están asistiendo a conferencias en las que no estoy presencialmente pero gracias a ellos recibo información de lo que se dice.
    Blanca Usoz

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  6. Aprendemos por ensayo y error. Convien no olvidar que lo que pasa en internet no es méramente virtual... tiene efectos, algunos deletéreos.

    Todo lo que implica comunicación exige prudencia y evaluación. Si no nos sentimos bien en un nivel de comunicación cambiemos a otro.

    Gracias por los comentarios ;)

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  7. Salvador, entiendo que estás de acuerdo. Lo pregunta no es si estaremos, sino el "cómo" estaremos.

    Aunque alguien no quiera estar en la red, estará presente porque otros lo meterán. Quizás no se entere, pero estará.

    ¿Cómo?

    Por ejemplo en forma de evaluaciones que le harán pacientes, usuarios, colegas o profesionales diversos. Puede que te metan a cara descubierta o de forma anónima,pero lo harán.

    Si nos despreocupamos, quizás no lo sabremos, pero estaremos y tarde o temprano nos podemos llevar una sorpresa.

    Cuando digo que el problema es el "cómo" estamos, me refiero a lo siguiente:

    ¿Queremos gestionar nuestra propia presencia en la red o queremos que la gestionen otros?

    Estoy de acuerdo con la idea de que se aprende haciendo y de que hay que ser prudente, pero creo que se aplican reglas parecidas al mundo "offline".

    No hagas online lo que no harías offline.

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