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domingo, 22 de diciembre de 2013

La revolución sanitaria ya ha empezado (y no nos hemos enterado)



El doctor Cubí en su consulta




La caducidad del actual modelo de gestión sanitaria es evidente. Ríos de tinta e incontables charlas de café hablan de la necesaria revolución sanitaria. Desde Eric Topol a Jay Parkinson pasando por Kaiser permantente y el exconsejero Bengoa... todos se consideran apóstoles de esta revolución, pero lo cierto es que no prende, la llama no termina de arrancar. Se han olvidado de incluir a los profesionales sanitarios y sin combustible no hay fuego que arda.

Hace unos días tuve un insight. Asistí a la Jornada sobre Informática Sanitaria y Prescripción Electrónica que la OMC convocó en el Colegio de Médicos de Madrid. Comprobé de primera mano los últimos avances de eCap, el sistema de historia clínica catalán (uno dos millones de euros de inversión, software libre, liderazgo clínico) que saca bastante delantera al mio en Madrid (16 millones de euros, software cautivo de la empresa Stacks, liderazgo informático/gestión).

En Cataluña se basan en el modelo colaborativo (de Kaiser permanente). Se acabó el modelo basado en receta (electrónica) como vale descuento, todo se basa en un plan de medicación personal al que acceden todos los profesionales que trabajan para un paciente (enfermera, médico de familia, urgencias, consultas y plantas de hospital...). Y lo hacen accediendo a la historia mediante su firma electrónica (con tarjeta virtual, un pin que da el colegio de médicos, adiós a las tarjetas físicas, usb y otros gadgets) que deja huella.

El sistema incluye “inteligencia activa”, que es una hoja que monitoriza al enfermo y busca variables específicas de su estado guiando al profesional. Y también una idea tremendamente brillante las “peticiones exprés”, que unifica en una sola plantilla la petición de diversas pruebas y procedimientos reduciendo el número de clics y pantallas de forma notable.



Están barajando quitar las impresoras de la consulta, cosa que me parece brillante. Y de postre pilotan en este momento acceso remoto para 1000 profesionales que pueden acceder a la agenda de pacientes del dia desde una tableta o móvil. El doctor Rafael Cubí me tendió su móvil donde pude ver que efectivamente el acceso a su escritorio era completo. "Así puedo supervisar en tiempo real a mi residente" me comentaba en un aparte. Dar acceso completo a los profesionales de urgencias y UVIs móviles me parece brillante. Sobre todo sin gastar un euro (al contrario que en Andalucía con su historia clínica de movilidad que no ha sido barata, otro programa informático...). El doctor Cubí lidera el programa de historia clínica electrónica a la vez que pasa su consulta de primaria. De este modo detectan y corrigen errores a gran velocidad. Y lo que es más importante, avanzan en beneficio del paciente. La historia clínica es un instrumento complejo clínico y de gestión. Si es predominantemente de gestión dificulta la relación asistencial y no prima la seguridad, fluidez ni calidad asistencial. Si predomina lo clínico permite que el profesional esté más cómodo, fortalece la seguridad con módulos de intereacciones, up to date y otras ayudas desde el programa y coordinación entre todos los niveles asistenciales.

Permitir que los profesionales lideren los procesos complejos en beneficio de pacientes, sistema sanitario, gestión y de los propios profesionales es lo más inteligente y produce valor. En Cataluña lo están consiguiendo.

En Madrid no me consta que haya profesionales sanitarios asistenciales liderando estos procesos. El equipo multidisciplinar de informáticos, gestores, farmacéuticos, políticos y asesores deja poco espacio para los asistenciales. Esto produce grandes retrasos, pérdida de energía y dinero y resultados de calidad pobres. No sé a que esperan para pedir a Rafa Bravo, José Luis Quintana, Epi Ávila, Clara Benedicto o a un sin fin de profesionales competentes ayuda para mejorar y liderar el proyecto.

El mismo día que asistía a estas maravillas veía con dolor lo que están haciendo en Valencia con los protocolos de "control de la medicación" que seguramente han desarrollado un flamante equipo de informáticos liderados por la gerente económica farmacéutica de la consejería. Una tortura china para los profesionales que consume mucho tiempo y que inevitablemente obligará a estos a mentir y buscar atajos para sobrevivir y ayudar a sus pacientes. El sistema fuerza a sus profesionales a hacer mala medicina. Los responsables no deberían estar tranquilos. No ahorrarán dinero a largo plazo, quemarán a sus profesionales y harán que la asistencia a los pacientes sea peor, razones que justificarían más de una dimisión.

Mientras pasan estas cosas en algunos pueblos de Castilla la Mancha se atienden más de 90 pacientes al día. También esto debería hacer pensar a más de un responsable. Claramente no se están gestionando bien las cosas si permitimos que se atienda a la ciudadanía como si fuera ganado. O mejoramos o todo el país acabará en los tribunales.




De dcha. a izq.: Juan José Torres, vocal de Atención Primaria Rural de Badajoz; Rafael Cubí; Salvador Casado, médico de familia; Josep Fumadó, vocal de Atención Primaria de la OMC; Manuel María Ortega Marlasca, médico de familia y José Ventura, vocal de Atención Primaria Rural de Castellón.

5 comentarios:

  1. Creo que en la entrada se dan conceptos clave y mi felicitación por ello al dr. Casado. La historia digital como elemento de ayuda a la gestión - o al control -, y con ello como causa y origen de estrés informático frente a la historia digital como elemento vehiculador de una asistencia cómoda, agil y fluida, elminadora de obstáculos. La ya larga experiencia andaluza con el denostado DIRAYA nos permite decir algunas palabras al respecto. Y, en el mismo sentido, la intervención informática para el control farmacológico está y va a seguir los pasos que ven Valencia. Nos queda esto, el foro, la plaza pública para repetir una y mil veces que no, que no nos conformamos, que no nos intimidamos y que se estrujen las cabezas para parir algo que medio merezca la pena. Porque lo que verdaderamente lo merece es el trabajo que desempeñamos de cara al paciente.

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  2. Tengo la gran suerte de trabajar con el ECAP ya que después de haber usado 5 programas diferentes de gestión de historias clínicas, éste es realmente avanzado, y cada día más. A pesar de las críticas que recibe por muchos de mis compañeros, y de los constantes cambios que ha ido sufriendo que dificultan que los menos informáticos se adapten al programa, es cada día más funcional, inteligente y sinceramente me ayuda a tratar mejor a mis pacientes. No podría trabajar ya si el. Espero que lo copien en otras comunidades. Saludos!!

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  3. Si el sistema sanitario no quiere que se receten novedades terapéuticas que no las financie. Crear estructuras informática que dificulten su dispensación termina haciendo mala medicina, perdiendo el tiempo en consulta y quemando al personal. No es seguro hacer mala medicina, los gestores lo saben. Esa es la línea argumental apropiada. PAra que la historia clínica sea excelente ha de ser clínica. Lo que se aleje de ahí es chapucero. Y ahora podemos comparar. Tenemos 17 sistemas para hacerlo...

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  4. El modelo colaborativo del eCap, la firma electrónica, la integración primaria-especializada... ya de por sí justifican el éxito de esa herramienta.

    En otras comunidades nos toca luchar por conseguir lo que ya es posible para siete millones y medio de ciudadanos y ciudadanas.

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  5. El modelo colaborativo del eCap, la firma electrónica, la integración primaria-especializada... ya de por sí justifican el éxito de esa herramienta.

    En otras comunidades nos toca luchar por conseguir lo que ya es posible para siete millones y medio de ciudadanos y ciudadanas.

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