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viernes, 1 de noviembre de 2013

Médicos y consultas a golpe de tweet.

Imagen:  ALBERTO FERRERAS/ R. PARRADO



Les comparto una entrevista de Alejandra Rodríguez y algunas reflexiones:


  1. Las redes sociales no van a arreglar la sanidad.
  2. Pero cambiarán la forma en que los profesionales sanitarios se relacionan entre sí.
  3.  Abrirán nuevas formas de relación profesional sanitario-paciente.
  4.  Quien quiera que su voz se oiga tendrá que asomarse a esta plaza.

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Los datos no pueden hablar más claro. Según el informe ‘Los españoles ante la e-Health’, desarrollado el pasado año por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, dependiente del Ministerio del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el 30% de la población busca información de salud en Internet.
Trabajos más recientes indican que este porcentaje sube exponencialmente y a una velocidad de vértigo, superando a estas alturas el 40%, una cifra que seguirá ascendiendo a medida que los ordenadores, tabletas y dispositivos móviles adquieran mayor implantación en los hogares.
Es más, muchos internautas sostienen que rastrean en la Red sus dudas antes de acudir a la consulta del médico con el fin de ir con más información. Tampoco dudan en señalar que en numerosas oportunidades se medican siguiendo las pautas que encuentran en Internet sin contar con la intervención de ningún sanitario, tal y como se desprende del informe ‘You share,we care, communicating the future of health’, realizado por Marco de Comunicación yMSLGroup Healthcare en Europa y presentado en Madrid hace pocos días.
En definitiva, el usuario ha dejado de ser un sujeto pasivo que recibe información acerca de su salud por parte de un único agente: su facultativo. Ahora además busca, y lo hace en muchos sitios, casi siempre a través de Internet y redes sociales. Se trata de un individuo pluralmente informado, proactivo, que reclama su cuota de poder en la toma de decisiones sobre cómo prevenir, curar y tratar las dolencias que le afectan a ellos o a los suyos.
El tradicional paternalismo ha desaparecido casi por completo y las barreras que antes separaban a profesionales de usuarios se han diluido y han dado paso a una conversación entre iguales que se desarrolla entre cientos de interlocutores casi a la vez en un entornomultimedia global. Esta explosión virtual ha espoleado a los profesionales sanitarios más inquietos, que sostienen que estas nuevas vías de comunicación les ayudan a hacer mejor Medicina y a establecerundiálogomás fructífero con sus pacientes. 

Los comienzos 

Salvador Casado, médico de familia en Collado Villalba (Madrid) y uno de los especialistas más activos en redes gracias a su blog (El Blog del Doctor Casado) y su cuenta de Twitter (@doctorcasado) lo tuvo claro. «Hubo dos cosas que me abrieron definitivamente los ojos. Una fue el primer Congreso de la Blogosfera Sanitaria, en 2010. Un montón de profesionales que nos conocíamos virtualmente a través de nuestros blogs pudimos ponernos cara y cambiar impresiones con gente que consideramos importante. Por otro lado, los Seminarios de Innovación de Juan Gérvas; un referente. Tuvo la gran idea de combinar médicos, enfermeras, gestores, residentes... para mejorar la práctica clínica. Estas cosas tienen un valor enorme; hay que mostrarlas y las redes ahora mismo nos ofrecen unas posibilidades casi infinitas», afirma.
Incluso los que adoptaron una actitud más prudente de entrada ahora no tienen dudas: Internet y las redes sociales han supuesto un salto cualitativo sin precedentes en el mundo de la salud. «Al principio no tenía clara la utilidad, pero cuando me metí lo hice hasta el fondo», argumenta Joan Carles March, otro de los profesionales de cabecera en este ámbito, quien ensalza las redes como vehículo para mejorar y difundir el conocimiento científico a una velocidad y con un nivel que no hubiera ni siquiera atisbado hace unos años. «Tener acceso a la inteligencia global sanitaria no tiene precio», resume Mónica Lalanda.
Sin embargo, los profesionales de la salud no solo exprimen el conocimiento que pulula por la esfera virtual para formarse y compartir sabiduría con sus colegas. Gracias a estos canales han ideado nuevas formas de mejorar la atención que ofrecen a los pacientes para prevenir y también para curar.
«Durante mucho tiempo los médicos hemos dado consejos en papel. El usuario salía de la consulta con un folleto que acababa en la papelera. Hace varios años que ya no los ofrezco. Hago una explicación lo mejor que puedo en consulta apoyándome en mi ordenador buscando fotografías, imágenes, vídeos... o en un papel y un lápiz donde dibujo esquemas o un garabato para que el paciente entienda lo que le está pasando. Luego le receto una búsqueda sencilla en Google para que amplíe su conocimiento en un lugar fiable; tanto si es material elaborado pormí como de otros colegas, enfermeras, instituciones...Todo el mundo busca información de salud en la Red, así que hemos de guiarle en esa búsqueda porque hay mucha paja», resume Salvador Casado, que en esta declaración da otra de las claves del papel de los sanitarios con respecto a las redes sociales: la de orientadores.

Una buena orientación

La revolución de Internet y todos sus canales, plataformas y redes ha favorecido un aluvión de datos imposible de digerir y, sobre todo, de cribar por parte del usuario convencional. De hecho, se calcula que menos del 25% de toda la información que circula por la Red es de calidad. Ante esta circunstancia «tenemos que prescribir foros, links, blogs y páginas fiables y útiles; es nuestra obligación. Por ello debemos orientar a nuestros pacientes para que sean capaces de diferenciar », dice March.
En la misma línea se expresa Julio Mayol (@juliomayol), que con más de 7.000 seguidores en Twitter es otro referente. «Tenemos el deber de transmitir buena información al usuario; si los profesionales no lo hacemos otros lo harán, aunque sea con mensajes incorrectos». «A través de las redes podemos interceptar y rebatir argumentos pseudocientíficos y el sensacionalismo que a veces se asocia a los temas de salud, protegiendo así a pacientes potenciales», abunda Lalanda.
Pero, ¿son las redes sociales tan saludables? Los profesionales coinciden en que hay algunos inconvenientes, asociados sobre todo al ruido (información superflua) y al componente adictivo, pero igualmente confluyen en que se trata de herramientas y que, como tales, hay que saber sacarles el provecho necesario controlando su uso.
«Creo que una intervención sencilla en la que todos ganamos debe ser tenida en cuenta. Se puede monetizar y es rentable para el sistema sanitario [ahorra tiempo, consultas, visitas innecesarias, automedicación peligrosa...]. Nos formamos más y mejor y atendemos más y mejor. No somos caprichosos ni ‘frikis’, también defiendo que hay que saber desconectar, pero en general las redes causan un impacto positivo en toda la cadena asistencial y nos permite ser mejores profesionales, que es lo importante», defiende Casado. 

Vea el reportaje completo aquí. 



1 comentario:

  1. Muy buen post, estoy totalmente de acuerdo con que una de nuestras obligaciones es prescribir foros, links, blogs y páginas fiables a nuestros pacientes. Y además no se pierde mucho tiempo haciéndolo (lo comento, ya que el factor tiempo es importante en nuestro trabajo).

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