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viernes, 7 de junio de 2013

Panorámica del ejercicio del médico de familia en España

Sergio Minué coordina una mesa en el congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria que tiene lugar hoy. Es el congreso más importante de España en número de asistentes, un foro complejo donde se debatirán muchos temas, el que hoy les presento de rabiosa actualidad. En la mesa se abordarán otras perspectivas desde varios países de la mano de Tiago Villanueva, Virginia Hernández y un servidor.

Lo importante es la conversación. Las fotos panorámicas requieren perspectiva, alejarse para ver el conjunto. Necesitamos esa perspectiva para entender una realidad tan compleja como la que vivimos. Trataremos de animar un debate lo suficientemente inteligente como para favorecer la toma de conciencia y la generación de ideas.






PANORÁMICA DEL EJERCICIO DEL MÉDICO DE FAMILIA EN ESPAÑA

Una panorámica es una visión con la suficiente perspectiva como para ver con facilidad el conjunto de lo que se quiere contemplar. Es quizá lo que más necesita la medicina de familia (MF) contemporánea para enfrentarse a los retos que la amenazan.

¿Qué está pasando con la Medicina de Familia en España? Al tener menos plazas MIR, menos presupuesto porcentual y menos visibilidad sigue encogiendo mientras los hospitales crecen porcentualmente. entre otras cosas por ofrecer mayor ventajas al nivel político por rentabilidad de votos y por acomodar intereses de otros potentes Lobbys

El principal problema al que se enfrentan los médicos de familia españoles es su propia crisis de identidad y prestigio que no satisface a los propios MF y hace que los MIR la rehúyan. Con dos vertientes: para los jóvenes el muro (menos suplencias, más precariedad laboral, mercado laboral cerrado…), para los seniors el fuego (burn out, desmotivación, burocracia, sistema que no les incentiva ni escucha…).

Pese a todo partimos de potentes fortalezas como una sólida formación de cuatro años que nos permite ofrecer servicios de salud de calidad a personas de muy diferentes ámbitos y condiciones. La posesión de información blanda del paciente, su familia y su comunidad nos permite producir servicios personalizados de alta eficiencia, cerca de donde vive el ciudadano y de manera accesible. El ciudadano valora esto en gran manera[i], otorgándonos su confianza. Contar con profesionales con alta vocación y unos valores centrados en el paciente nos hace muy necesarios para una sociedad en crisis. Por otro lado la belleza de nuestra área de conocimiento, que nos constituye en especialistas de personas y no de fragmentos anatómicos, hace de nosotros profesionales con una visión de la salud y la enfermedad más cercana a la realidad de la persona y la sociedad.

Las debilidades comienzan con las dificultades para reconocer el talento de los médicos de familia jóvenes y proveerles de una estabilidad laboral que ahora no se da. El bajo nivel de moral que cunde en los centros de salud favorece la queja de salón y dificulta el análisis y la producción de propuestas. Hay muchos profesionales quemados y se extiende una cultura “de mínimos” (llegar tarde, irse pronto, hacer poco) dado que el sistema de incentivación falla al premiar al que rellena protocolos y castigar al que desarrolla innovación o servicios no incluidos en cartera. La distribución de roles en Atención Primaria ha favorecido a otros colectivos que han sabido delimitar sus ámbitos laborales dejando que los flecos recaigan sobre el médico que es el que tiene más competencias. El exceso burocrático también sigue bloqueando el 30% del tiempo de asistencia, sin una implementación de la receta electrónica ni mejoras en el control de partes de baja y otros informes.

El horizonte de retos a los que nos enfrentamos es grande, por eso requerimos hacer una panorámica que los incluya todos y nos permita ofrecer respuestas. Quizá el primero sea el horizonte de recortes por la situación de crisis económica[ii] que se suma a los años previos de presupuestos decrecientes[iii]. Esto implica menos personal (se amortizan plazas de médicos que se jubilan), disminuyen presupuestos de suplentes y aumentan los doblajes y las horas trabajadas. A este reto sumamos el de la desmotivación del colectivo favorecido por el escaso diálogo y capacidad de escucha de gestores y políticos (por otro lado hartos de las numerosas quejas que vamos produciendo), el pésimo sistema de incentivación (complemento variable) y la rigidez del sistema que no premia con flexibilidad (gratuita) a sus mejores profesionales.

La pérdida de credibilidad de las instituciones de representación (colegio de médicos, sindicatos, sociedades científicas…) basada por un lado en la diversidad de intereses y la poca capacidad de diálogo por otro, hace que cada cual haga la guerra por su lado y se pierda la función de lobby[iv] que necesariamente necesitamos de cara a la sociedad y nuestros gobernantes.
Desde la reforma de la Atención Primaria hasta hoy hemos generado infinitas charlas de café pero muy pocas propuestas y muy pocos mensajes que la sociedad o los políticos entiendan. Recuperar la iniciativa es una necesidad prioritaria desde el consenso y la inteligencia colectiva, con las instituciones tradicionales y fuera de ellas. “Cablear la primaria” favorecer el diálogo y las conexiones pareciera que es una ruta interesante para salir de la inmovilidad. El potencial argumental de muchos médicos de cabecera, la constitución de think tanks como los Seminarios de Innovación en Atención Primaria, o de trabajos colaborativos de gran interés como el Informe Sespas[v], el blog AP12causas[vi], el libro la Refundación de la Atención Primaria desde la consulta[vii], el documental Seis minutos[viii] y un largo etcétera nos dan confianza para tratar de trasladar conocimiento y posiciones desde nuestro nivel técnico al social o político.

Nos jugamos nuestro presente en cosas tan básicas como la profesionalidad, la comunicación (horizontal con pacientes y profesionales sanitarios; vertical con gestores, políticos y sociedad en general) y la innovación (tratar de producir valor añadido a pacientes y sistema).  Esto solo podremos acometerlo con más inteligencia colectiva, sumando ideas, sumando personas y sumando mensajes.

La sociedad necesita MF que trabajen por su salud y la protejan de los excesos (sobremedicalización, disease monguering…). Hacer valer la Medicina de Familia en tiempos de crisis[ix] será un reto a acometer por cada médico, dentro de su consulta y fuera de ella. Cada uno de nosotros somos embajadores de un mismo mensaje, una forma de hacer las cosas que busca lo mejor para el paciente y su familia. Nosotros solos no podremos salvar la especialidad, con la sociedad de nuestro lado seguramente si.



[i] Evaluación de la satisfacción de los usuarios de los servicios de  asistencia sanitaria pública de la Comunidad de Madrid.  Servicio Madrileño de Salud, Año 2012. http://bit.ly/13I7KLl
[ii] Simó J. Ap21 y esfuerzo previo en inversión en Atención Primaria. En el Blog Salud, dinero y…atención primaria. 2012. http://saluddineroy.blogspot.com.es/2012/10/ap21-y-esfuerzo-previo-en-inversion-en.html
[iii] Palomo L. Atención Primaria, salud y crisis, Nuevatribuna.es 2012.
[iv] Casado S. We need a royal college of General Practitioner in Spain. En el _Blog La Consulta del doctor Casado. http://www.doctorcasado.es/2011/04/we-need-royal-college-of-general.html

[v] Hernansanz F, Clavería A, Gérvas J. Informe SESPAS 2012: Atención Primaria: Evidencias, experiencias y tendencias en clínica, gestión y política sanitaria. Gaceta Sanitaria, 2012.


[vi] Benedicto C, Gavilán E, Padilla J, Casado S. http://apxii.wordpress.com/
[vii] Casajuana J, Gérvas J. La renovación de la Atención Primaria desde la consulta. Springer Healthcare 2012
[viii] Sachez R, López-Fando C, Benedicto C, Baos V, Casado S. Documental seis minutos, 2012. http://www.seisminutos.com/
[ix] Ortún V. La refundación de la Atención Primaria. Sringer Healthcare 2011

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