"Fui a vivir al bosque porque quería vivir despierto, enfrentarme tan solo a los hechos esenciales de la vida y aprender lo necesario para no verme obligado, cuando estuviera postrado en mi lecho de muerte, a reconocer que no había vivido"
Henry David Thoreau
Llegué a Walden hace ya muchos años. Mi viaje no siguió la ruta convencional, encontré primero a Skinner, él me llevó a Thoreau.
Y Thoreau me regaló los bosques, la casa de madera, el pasar de los días.
De vez en cuando todos sentimos la necesidad de regresar a Walden, esa zona interior en la que reina el silencio y la conciencia. Ese tiempo especial que nos permite estar completamente presentes ante lo que el instante nos presenta.
Estar mucho tiempo fuera de Walden suele llenarnos de desazón e infelicidad que cada cual expresa de diferenetes maneras. Trastornos en el sueño, diversos dolores o malestares físicos, un ánimo taciturno, excesivo nerviosismo, sentimientos de ira incontrolada y un larguísimo etcétera.
En Walden también encontraremos todo eso, pero el lugar nos invita a descalzarnos, a dejar fuera las botas cargadas del barro de la vida, a calentarnos con un leño y contemplar la chimenea.
En la consulta me encanta invitar a los pacientes a regalarse arte, movimiento, comida sana. Pero mucho más invitarles a ser más conscientes, más presentes, más vivos. Para ello no siempre soy capaz de utilizar palabras. Acordarme un instante de Walden suele bastar. Cada cual tiene el suyo. Y algo puedo decir, es tremendamente contagioso. Afortunádamente.
Retour vers Walden
"Je suis allé vivre dans un bois parce que je voulais vivre éveillé,faire face seulement aux faits essentiels de la vie et apprendre ce qu´il faut pour ne pas être obligé,couché sur mon lit de mort,de reconnaître que je n'avais pas vécu"
Henry David Thoreau.
Je suis arrivé à Walden, il y a de nombreuses années.Mon voyage n'a pas suivi la route classique,j'ai rencontré d'abord à Skinner,qui m'a porté jusqu'à Thoreau.
Et Thoreau m'a fait cadeau des forêts,la maison en bois,les jours qui passent.
De temps en temps,nous ressentons tous le besoin de rentrer à Walden,cette zone intérieure où le silence et la conscience reignent.Ce temps spécial qui nous permet d'être pleinement présents à ce que l'instant nous présente.
Être longtemps hors de Walden nous remplit de malaise et de mécontentement que chacun exprime de différentes manières.Troubles du sommeil,divers maux et douleurs physiques,humeur maussade,nervosité excessive,sentiments de colère incontrôlée et un long etcétéra.
À Walden nous trouvons tout cela aussi,mais le lieu nous invite à nous enlever nos chaussures,à laisser dehors les bottes chargées de boue,à chercher la chaleur d'un tronc de bois et contempler la cheminée.
Dans mon cabinet j'aime inviter les malades à s'offrir de l'art,du mouvement,une alimentation saine.Mais beaucoup plus les inviter à être plus conscients,plus vivants.Pour cela je ne suis pas toujours capable d'employer les mots.Me rappeler de Walden un instant me suffit.Chacun a le sien.Et je peux dire que c'est extrêmement contagieux.Heureusement.
(Traducción de Isabel Nuñez)
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