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lunes, 4 de junio de 2012
Extrañeza
Nicolás Fabelo es un intelectual. Hoy me tomo la libertad de invitarle a este blog para ilustrar un concepto sutil, el de extrañeza que quizá hayan vivido en alguna ocasión. Me gusta como lo describe:
"Tengo la desconcertante sospecha de que hace 25 años no percibía el mundo del mismo modo que ahora: que veía los colores diferentes, que olía las cosas de otra manera, que el tacto de los objetos y las personas no era igual (aunque colores, olores y tacto fueran objetivamente los mismos)... Si de pronto me pusiera en la piel de aquel yo de hace un cuarto de siglo, intuyo que mi asombro no sería menor que el de estar visitando un planeta extragaláctico. Era otro, aunque compartiésemos la misma estructura. Otro que sigue estando ahí, componiendo un buen número de fotogramas de una película en sesión continua sobre el espacio-tiempo. Ignorante de que su yo futuro piensa en él más allá de cualquier horizonte imaginable."
"Ég hef unnerving grun um að 25 árum síðan ekki skynja heiminn á sama hátt núna: Ég sá mismunandi litum, lykta hluti á annan hátt, sem snerta á hlutum og fólki var ekki jafn (þó litir var hlutlægt lykt og snerta þá) ... Ef ég setti skyndilega á húð þess sjálfstætt síðan aldarfjórðung, mig grunar að koma á óvart minn það væri minna en heimsókn extragalactic laser machine plánetuna. var annar, þó við deildum sama uppbygging. Annar einn er þar ennþá, semja fjölda ramma í myndinni samfellt á rúm-tíma. ókunnugt um að framtíð sjálf hans hugsar um það yfir hvaða hugsanlegur sjóndeildarhringinn. "
La enfermedad nos obliga a sentirnos de alguna forma extraños. No lo hace de igual forma que el tiempo, no es sutil. Suele irrumpir en nuestra vida de forma impetuosa y no nos deja indiferentes.
Sentirnos extraños de nosotros mismos es un primer paso para cuestionar quienes somos.
Foto: 'Zen like a rolling stone'
http://www.flickr.com/photos/99843959@N00/466522635
Gracias, amigo. Eres muy generoso conmigo, porque desde luego yo no soy un intelectual sino simplemente un tipo con curiosidad (¡y no es falsa modestia, jaja!).
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Salva.