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lunes, 19 de marzo de 2012
La sanidad bien temperada
Una de las obras maestras musicales que sostienen la música clásica es el clave bien temperado de Johan Sebastian Bach. Poder escucharla en directo de la mano de Tony Millán al clave, con la acústica de una iglesia barroca de fondo y la compañía de mi buen amigo Fernando Casado es todo un privilegio.
Bach ofrece un despliegue de creatividad impresionante en esta obra. Sus preludios, fugas, bucles y contrapuntos hacen que el oyente vaya dejando caer capas sucesivas hasta quedar completamente inerme ante tantos temas y melodías. Los antiguos griegos llamaban a esta sensación catarsis y permitía una liberación de las pasiones que habitualmente nos afligen. La cultura debería servir para esto. No todo va a ser futbol, con perdón.
El cuidado del ser humano en tiempo de enfermar precisa de un torrente de creatividad semejante. Producir preguntas y respuestas que acompañen la complejidad sin vulnerarla, que acojan la dificultad, la enfermedad y el desasosiego, que animen y sostengan, que permitan crecer a intérprete y oyente...
No les puedo decir cómo se hace. Seguramente haya que dedicar muchas horas a estudiar y ensayar. Muchísimas. Seguramente haya que ser capaces de dejarse llevar por algo mucho mayor que nosotros mismos, llámense valores, vocación o profesionalismo. Tal vez las tres cosas.
En una ciudad de 5 millones de habitantes, 30 personas pudimos ser testigos de que es posible. La armonía existe. Nosotros la pudimos sentir.
Bach
PD1: por muy sublime que sea la música, el silencio puro es todavía más inspirador para el que lo sabe escuchar.
PD2: Siendo hoy el dia del padre parece correcto dedicar este post a todos los padres del mundo. Bach tuvo siete hijos de su primer matrimonio y trece del segundo, incluso en lo personal se salía de la media. La paternidad va más allá de números, espero que estos contrapuntos nos ayuden a ejercerla con alegría y creatividad.
Foto: 'impossible object'
http://www.flickr.com/photos/10508943@N00/153776153
En verdad, Salvador, sería conveniente para todos, profesionales y pacientes, un ámbito sanitario más atemperado y armónico, como la música de Bach. Y desde luego no hay nada mejor que los sonidos del silencio (en algunas partituras se señalan largos y sonoros silencios).
ResponderEliminarPor mi parte, fuera de la obligación diaria que marca el agobiante ritmo de la impuesta agenda, me entrego casi a diario al relajante canto coral.
Por cierto, relajante foto.
Melódicos saludos.
En verdad, Salvador, sería conveniente para todos, profesionales y pacientes, un ámbito sanitario más atemperado y armónico, como la música de Bach. Y desde luego no hay nada mejor que los sonidos del silencio (en algunas partituras se señalan largos y sonoros silencios).
ResponderEliminarPor mi parte, fuera de la obligación diaria que marca el agobiante ritmo de la impuesta agenda, me entrego casi a diario al relajante canto coral.
Por cierto, relajante foto.
Melódicos saludos.