Hoy me permitirán que les cuente un cuento:
Había una vez una madrastra que todos los días consultaba con su espejito mágico quién era la más bella y popular en las redes sociales. El espejito le contestaba cuantas citaciones, retuits y comentarios había recibido el dia anterior. La madrasta se regocijaba al escucharlo, dando palmas de alegría. Según pasaban los días su ego y su clasificación klout crecía y crecía. Pero cuando las noticias de su popularidad eran adversas montaba en cólera y arramplaba con todo lo que se le pusiera por delante.
Dicen que en más de una ocasión mandó hacer tropelías sin fin para recabar la popularidad perdida. Se disfrazó, envenenó manzanas y cosas mucho peores que no viene al caso contar aquí.
Acabó sus días en un frenopático suizo, siguiendo una dieta macrobiótica y sentada en una silla con vistas, tapada con una mantita de cuadros.
Fin.
Este será el final de muchas historias de internet, lamentablemente.
Poner los piés en la tierra y cultivar relaciones reales, proyectos reales y propuestas reales han de ser el cimiento de todo profesional. Lo virtual es una herramienta más que debe ayudar a fomentar lo primero. Nunca podrá ser un fin en si mismo.
Foto de Faunfretquepela
Salvador, la moraleja del cuento podría ser que detrás de cada cuenta, detrás de cada avatar, detrás de cada url, siempre hay una PERSONA.
ResponderEliminarY no hay nada más bonito que cultivar las relaciones inter-personales; de ahí el ambiente que se respira cada vez que tras muchas horas detrás de un PC, nos juntamos en cualquier sarao "2.0".
Abracemos a las personas y dejemos nuestros egos guardaditos en un cajón.
Gran post y gran reflexión.
Internet no es la realidad, la realidad es el cuerpo a cuerpo, lo demás es humo ....
ResponderEliminarEl personal es infinitamente más complejo y variado de lo que se ve solo en la pantalla.
Y una cosa más, no os enfadéis con lo que el personal pone a través de la red, el estado emocional del que escribe es muy diferente al del que lo lee ....
Siempre es un placer verte en vivo y en directo .... siempre ....
Sin salirme de lo que comenta Iñaki más arriba, añadiría algo, hay que ser siempre uno mismo, no infundarse el disfraz de turno y actuar con un personaje que en realidad no eres.
ResponderEliminarLa base sería ser tu mismo, crear proyectos tangibles no irreales y ayudarlos virtualmente de la mano del avatar o cuenta de turno.
Gran entrada compañero!
Efectivamente Salvador, el 2.0 es un reflejo de nuestra vida analógica, por lo que nuestro comportamiento debe ser igual.
ResponderEliminarConozcamos a las personas que están detrás de una cuenta twitter o un avatar, establezcamos relaciones personales y profesionales como si lo hiciéramos en la vida real.
No creo en la separación de la vida real y la virtual. Las considero igual de válidas individualmente y no excluyentes entre sí.
Por supuesto que la vida virtual es un reflejo de la real, pero también al revés.
El equivalente a estar todo el día pendiente de lo que dicen de uno en las redes, sería el preguntarle a tu vecina qué rumores hay de tí en el vecindario. Mentalmente insano.
Personalmente me gusta más el cara a cara,creo que facilita la comunicación y enriquece las relaciones.
Gracias por hacernos reflexionar.
Estamos en un tiempo de espejitos mágicos. El smartphone, los escaners, las pantallas...
ResponderEliminarHay que volver a mirar a los ojos de la gente... y asombrarse.