Estos dos términos, aparentemente antagónicos, merecen una reflexión.
Pero por mucho que "pasemos de los políticos" no nos es posible pasar de la política como actividad humana que tiene como objetivo gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad.
Si la ciudadanía no participa en política, otros lo harán. Si la ciudadanía delega su gobierno completamente perderá su libertad.
Recuperar la dimensión espiritual o trascendente del ser humano va de la mano de la participación activa en la transformación y avance de la sociedad. Ningún ciudadano no ciudadana puede eximirse de ambos derechos y obligaciones, el del crecimiento personal y el de la participación social.
Cristobal Cervantes es un visionario. Escribe un blog que trabaja los conceptos de Espiritualidad y política desde hace años. Sus ideas y propuestas ayudan a pensar. También lo hará el libro que está preparando y sale a la venta en Noviembre.
En este tiempo de cambios sociales y de zozobra de las instituciones
clásicas, el estado del bienestar y el sistema actual de cosas, vale la
pena leer a sabios como Francisco Traver, María Elena Ferrer, Raquel
Torrent, Jordi Pigem, Pablo de la Iglesia,
Koldo Aldai, Antoni Gutiérrez-Rubí, Miguel Aguado, Marià Corbí, Vicente
Merlo, Ángeles Román, Ervin Laszlo, Ken Wilber, Leonardo Boff, Benjamín
Forcano, Dokushô Villaba, Joan Antoni Melé, Tariq Ramadan, Andrés
Schuschny y Federico Mayor Zaragoza.
El índice de autores, lo hace claramente recomendable. Pueden consultar alguna información aquí o reservarlo en la librería el jardín del libro. Yo no me lo pienso perder, espero que ustedes tampoco.
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