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jueves, 3 de marzo de 2011
El síndrome del tercer carril
En las carreteras españolas se da un extraño fenómeno que no se observa en otros países: adoramos el tercer carril.
En autovías de cuatro carriles, los automovilistas no gustan de circular por la derecha o por el segundo carril, el que más les gusta es el tercero y a un porcentaje no desdeñable el cuarto.
Este fenómeno deja entrever un aspecto social importante, vamos más deprisa de lo que debiéramos.
Y la consecuencia de un fenómeno social termina llegando a las consultas de atención primaria en forma de ansiedad, stress, tristeza, depresión y una larga lista de síntomas somáticos, cefaleas, lumbalgias, ardor de estómago, insomnio, cansancio...
No es una cuestión de que nos obliguen por decreto a ir más despacio en carretera. Es mucho más profundo. O nos damos cuenta a nivel individual y como sociedad de que necesitamos ir más despacio en nuestras vidas, o lo pagaremos con sangre, sudor y lágrimas. Ya lo estamos pagando.
El fin de semana fuí a un curso de meditación con Sesha, me acordé de tí, te hubiese gustado, es la tranquilidad personificada, es un placer disfrutar de la presencia de alguien así.
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