La vida privada cada vez es más reducida. Todo tiende a ser público. Las opiniones, las amistades, los enemigos, las quejas, los honores y las miserias.
La reciente publicación de secretos de estado Estadounidenses por wikileaks, de la que hoy se hacen ecos los principales diarios internacionales, pone de manifiesto que la información es de acceso universal.
No puedo evitar hacerme la pregunta: Si podemos saber esto de ellos, ¿qué no podrán ellos saber de nosotros?
Y como médico me hace reflexionar sobre la información de mis pacientes, antes en papel y ahora en formato electrónico... Nuestro mundo, complejo y tecnificado, es cada vez más vulnerable.
Con lo que ha pasado hoy, quizá deberíamos repensar el valor que le damos a la intimidad.
Intimidad/ Confidencialidad/ Lo público. La teoría alemana de los 3 círculos, en el que sólo el paciente tiene la llave para abrir cada círculo voluntariamente. Es un tema apasionante éste, y el de la Hª clínica sobre el que escribí en mi antiguo blog, y que borré por error. Quizá escriba alguún post sobre ello, pero tienes razón, ya no podemos estar (antes tampoco) de que se garantice nuestra confidencialidad, por mucho que los informáticos de los Sist. de salud se afanen en ello.
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