Que frecuente que nos quedemos pegados a una emoción. A todos nos pasa. A veces es muy doloroso. Por eso al empezar la primavera nos viene bien recordar que "yo no soy mis emociones".
Es posible.
"Una de las cosas maravillosas que he descubierto a través de mi experiencia con la meditación es que yo no soy mis emociones. Como os podéis imaginar, no me he convertido en un vegetal, me sigo enfadando, pero con una diferencia: ahora soy consciente de que yo no soy mis emociones, de que las puedo observar. Este sencillo hecho lo cambia todo, y lo he aprendido a través de la única forma posible: la experiencia.
No ha sido un camino fácil, tampoco puedo reclamar la total maestría, pero sí puedo decir que esta pequeña conciencia me ha ayudado a convertirme en mi amigo más cercano y mi compañero más fiel."
Luis Martín Santos.
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