Foto: 'Magnification of morning light'
http://www.flickr.com/photos/29689799@N00/292235498
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La sanidad pública española era hasta el año pasado buena, bonita y barata. Comparada con la mayoría de los países OCDE el cociente calidad/precio era muy razonable, pero dado que el capital riesgo necesita hincar el diente en presas distintas al ladrillo, parece que a la sanidad le ha llegado su San Martín. Por esta razón el trebol sanitario nacional se ha de quedar con una única hoja. Los políticos sanitarios madrileños han decidido escuchar a sus asesores (privados) en lugar de a sus profesionales (públicos): tendremos sanidad bonita (se mantendrá la carrocería en detrimento de la mecánica). Vayan despidiéndose de la calidad y vayan preparando las carteras, nos irá tocando pagar cada vez más impuestos.
En pocos meses veremos como las consultas de los ambulatorios son cada vez más breves, y las listas de espera para pruebas diagnósticas, operaciones y consultas hospitalarias más largas. En el momento actual atiendo a 2200 pacientes, en los próximos meses, no tendré suplentes los dias que falte por vacaciones o enfermedad, lo que hará que las consultas se acumulen. Los médicos que se jubilen no serán renovados, lo que hará que cada vez tenga más pacientes. La burocracia seguirá igual o peor, lo que hará que siga dedicando un tercio de mi tiempo a hacer papeles, recetas y demás...
Si alguien piensa que ver a 60 pacientes en un dia es resolutivo, o ahorrará dinero al sistema sanitario que se pase por una consulta... Podemos olvidarnos de la palabra calidad. Volvemos al ambulatorio de los años setenta.
Este regreso al pasado produce mucha desazón en profesionales sanitarios que hemos trabajado duro para mejorar y llegar hasta aquí. Porque no sólo hemos trabajado nosotros, también lo hicieron nuestros padres y nuestros abuelos. Varias generaciones se esforzaron en crear un sistema sanitario público de calidad. Como todo lo frágil, basta un mal golpe para que se malogre.
El primer embate ya lo hemos encajado. ¿Seremos capaces de impedir los siguientes?
Me asusta mucho este devenir social en el que, con pretexto de la crisis, nos estamos metiendo. Detras de la vuelta de los ambulatorios a los años setenta, vendra la de los hospitales, y con ello la diferenciacion entre hospitales de seguros y de beneficiencia. Creo que nunca una sociedad ha retrocedido tanto en tan poco tiempo.
ResponderEliminarCipriano Viñas
No lo quiero ni pensar. Volver a la consulta de los setenta, yo hice varias suplencias cuando termine la carrera, donde las mamas traían la cuchara de su casa para mirar la garganta a sus hijos, en condiciónes lamentables y con 120 pacientes para 2 horas. Gracias que la consulta era de 9-11 y los pacientes y yo llegábamos a las 8. Luego días de 10 avisos. Menos mal que "aquello" solo duro un mes. Casi me borro de la medicina. No es posible que volvamos a aquello.
ResponderEliminarLos cambios y experimentos que hagan con la sanidad, ¿serán reversibles? Temo que si fracasa el nuevo sistema, que tiene pinta de ser un cosa impuesta por cabezonería más que algo razonado, encima no haya vuelta atrás. Si volver a lo que tenemos va a costarnos dinero y va a haber que estar rescatando a la sanidad privada que se van a inventar (como ya ha sucedido con algún hospital) mal vamos. He leído que pretenden que haya competencia para que los pacientes elijan al mejor centro posible y así mejore la calidad. Como si la atención sanitaria fuera una tienda de electrodomésticos. ¿Habrá ofertas para las pruebas diagnósticas? ¿Es posible liberalizar el mercado de algo como la salud humana donde hay limitaciones éticas para el beneficio y el comercio? Lo dudo. Jodidos estamos con los ideólogos del partido.
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